A mediados de los 90 Peter Bogdanovich había perdido su estrella y Sidney Poitier aún sabía aportar clase, estilo y carisma a las producciones que contaban con sus servicios. El director y la estrella (también director, ojo) unieron sus caminos en una inesperada y olvidable secuela de un clásico de los 60 para el mercado doméstico, 'Rebelión en las aulas 2'.
Mentes peligrosas
A mediados de los 90 el mundo del cine seguía explotando las rebeliones en las aulas desde todos los ángulos posibles. 'Mentes peligrosas' había sido un éxito, Gus Van Sant había servido una de las películas favoritas de un par de generaciones con 'El indomable Will Hunting', Premios de la Academia incluidos y hasta la tropa de David Zucker hizo lo propio con la divertidísima 'Aprende como puedas'.
La secuela de la película de James Clavell, basada en la novela de E.R. Braithwaite, llegaba 30 años después, directa a vídeo y sin que nadie la pidiera. Bogdanovich, viejo zorro que unos años antes había hecho lo propio con 'Texasville', secuela tardía de la película que lo encumbró como director, parecía una elección lógica entonces.
Poitier, que elegía con cautela sus papeles, venía de aportar su talento extraordinario en títulos que engrandecía con su presencia. 'Dispara a matar', 'Sneakers (Los fisgones)' o 'Espías sin identidad' se vieron beneficiadas por una estrella que unía generaciones tan separadas en el tiempo como estas dos películas sobre estudiantes problemáticos.
El guión de Philip Rosenberg se adelantó de alguna manera a la moda de estas secuelas separadas por varias décadas, como 'Halloween' o, si me apuras, 'Matrix'. Durante el primer acto, Bogdanovich revive la película de 1967 a través de fantasmales flashbacks superpuestos y de la actuación de Lulu, que 30 años más tarde repite la canción en un acto de homenaje.
Porque, a pesar de lo blando de la propuesta y de un aspecto formal plano y televisivo, la película sirve como homenaje a un legendario personaje que supo mantener la paz en los convulsos 60 y que se prestó voluntariamente a hacer lo propio en la convulsa era de las armas en los colegios estadounidenses.
El veterano Thackeray anuncia su cambio de plan de jubilación para saltar el charco y enseñar en Estados Unidos en la escuela secundaria de Chicago. La propuesta guarda un par de sorpresas en la trama, como el verdadero motivo del viaje del viejo profesor, el tratamiento del proxenetismo entre clases (!) o el silencioso personaje de relleno de un jovencísimo Michael Peña en uno de sus primeros trabajos.
Obviamente, 'Rebelión en las aulas 2' es una película destinada al olvido instantáneo, incluso al desprecio directo, pero es una buena forma de recordar que estos dos astros llegaron a trabajar juntos en dos momentos de sus carreras muy diferentes.
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