El 30 de abril falleció Paul Auster a los 77 años de cáncer de pulmón. El escritor fue mundialmente conocido por su faceta como escritor, pero también estuvo en contacto con el séptimo arte, llegando incluso a guionizar y dirigir varias películas.
"Conozco el placer que se siente al hacer películas"
El autor de novelas como 'Fantasmas' o 'Ciudad de cristal' también estuvo muy cerca del cine a lo largo de su vida. En una entrevista que Wim Wenders le hizo en 2017, le preguntó por las películas que más le hubieran inspirado para hacer sus novelas.
Auster citó dos, empezando 'El increíble hombre menguante' de Jack Arnold: "La vi a los 10 años y cambió mi vida por completo. Me abrió a una nueva forma de pensar". Y siguió con 'Soy un fugitivo' de Mervyn LeRoy: "Tuvo un gran impacto político en mí. Esta película es una obra poderosa".
En la misma entrevista, el director de 'Perfect Days' le preguntó si había considerado la posibilidad de hacer otra película, después de guionizar 'Smoke' (1995) y dirigir 'Blue on the face' (1995), 'Lulu on the bridge' (1998) y 'La vida interior de Martin Frost' (2007). Auster explicó que esa última fue un auténtico fracaso, aunque para él fue una experiencia maravillosa:
"Esa última experiencia fue muy feliz. La hicimos casi sin dinero, producida por nuestro amigo en común Paulo Branco. El presupuesto era muy ajustado. Teníamos cuatro actores y tres localizaciones. Sabía que todo iba a estar muy limitado. Grabamos en Portugal porque sabía que ahí encontraríamos apoyo financiero. Me lo pasé muy bien con un equipo tan pequeño y disfruté inmensamente del proceso".
"De todos modos, la película fue un fracaso. No sirvió para nada. De alguna manera, trabajar durante año y medio en este proyecto para que nadie lo viera y tener 60 años en ese momento hizo que me dijera: 'A lo mejor debería dejar de hacer esto. No me sobra tanto tiempo y prefiero dedicarlo a escribir'. No creo que vuelva a hacerlo pero, ¿quién sabe? Quizá cambie de idea".
"Conozco el placer que se siente al hacer películas. Lo que es implicarse a todos los niveles: en la actuación, en cámara, en los colores, en vestuario, hasta en peluquería y maquillaje. El montaje es emocionante. Todo lo que tiene que ver con el cine es fascinante (menos la parte del dinero, el negocio). Pero me alegro mucho de haber podido vivir esta experiencia".
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