Es una de las películas más infravaloradas de David Fincher y es perfecta para ver junto a 'El asesino': un thriller de misterio sobre los peores instintos humanos disponible en streaming

David Fincher es uno de los cineastas esenciales de las últimas tres décadas. Cuatro si incluimos también su trabajo previo en el terreno de los videoclips, también muy influyentes. Su particular mirada no sólo ha transformado el género thriller y los extremos a los que podía llegar, o las posibilidades de la fotografía digital (por desgracia, en ambos casos no ha habido muchos ejemplos que lo hayan hecho igual de bien), sino que ofrece mucho más a películas que aparentemente más simples.

Fincher nunca quiso dejar de lado ser un director comercial, y en sus intentos más claros de hacer entretenimiento ha ofrecido siempre aristas y ángulos particulares que han elevado la propuesta más allá de lo debido. 'El asesino' es su regreso a esa clase de películas de género, más pulp en su esencia y con vocación de tener al espectador cautivado, pero también contra las cuerdas por lo inesperado, lo tenebroso, lo humano y/o lo perversamente cómico. Muchas cualidades que también reúne 'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres'.

Dragones y mazmorras

Su adaptación de las exitosas novelas de Stieg Larsson partía con la intención de ser su propia franquicia de cine para adultos, tocando un material perfectamente apto para él que también le podría proporcionar estabilidad. La película ralló por debajo de las expectativas en lo comercial, aunque en lo artístico tenga más que rascar que las adaptaciones suecas. Rooney Mara y Daniel Craig co-protagonizan un thriller detectivesco que mira los aspectos más oscuros de la sociedad, y que se puede ver en steaming a través del canal MGM de Amazon Prime Video.

Después de su debacle pública al ser acusado de difamación, el periodista Mikael Blomkvist tiene que apartarse de su propio periódico durante un tiempo. En este momento es contactado por el patriarca de una poderosa familia sueca para investigar una misteriosa desaparición que les atormenta desde hace cuarenta años. Blomkvist se introducirá en los secretos más oscuros y despiadados de esta dinastía, contando con la ayuda de una hacker antisocial dependiente del Estado, Lisbeth Salander.

Craig se desprende por completo del glamour de James Bond en lo que podría haber sido su saga detectivesca antes de 'Puñales por la espalda'. Aunque la verdadera estrella de la función es la Salander de Rooney Mara, que encarna hasta las últimas consecuencias resultando implacable y hasta escalofriante. Pero también un perfecto reverso del Mark Zuckerberg que retrató en 'La red social', siendo también alguien con dificultades para las interacciones sociales que se refugia en el dominio tecnológico, pero en el caso de Lisbeth dándole uso para el bien.

'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres': un mundo despiadado

Fincher sin duda se siente a gusto con sus actitudes punkis y antisistema, ya que el mundo que dibuja en 'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres' es uno cargado de perversión y corrupción. Elementos que plantea de maneras muy cotidianas, aunque siempre en habitaciones cerradas. Misoginia y explotación campan a sus anchas, aunque cuiden las apariencias, y al final el más honesto con su naturaleza es el tío que nadie quiere porque es abiertamente nazi.

Son terrenos morales tan oscuros como los sótanos que parecen mazmorras a los que teme visitar Fincher desde películas como 'Zodiac', desarrollados de una manera que es rabiosamente entretenida a pesar de los extremos que decide mostrar. Escenas de tortura y revelaciones perturbadoras son elementos que deberían hacerla absolutamente anticomercial, pero el director tiene la habilidad de acompañarte por este mundo y ayudarte a contener el vómito, porque no queda otra si se quiere sobrevivir.

Que no pudiese continuar la historia es una decepción, pero ese final tan demoledor como aparentemente frío se siente idóneo para cerrar lo que se está contando. A pesar de que se comenta mucho como obra menor en su filmografía, el cuidado de todos los detalles de puesta en escena (y más aún, esa manera de usar a Enya en el momento adecuado), ese fino trabajo de Steven Zaillian en el guion donde trastea con la estructura de cinco actos y la tenebrosa banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross superan con creces intentos similares de realizar thrillers de misterio oscuros.

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