No deja de ser curioso que, en uno de los momentos más potentes para el cine de terror en salas, uno de los autores de género más destacados de la última década lo haya hecho prácticamente alejado de la gran pantalla. Mike Flanagan se ha vuelto realmente imprescindible con sus diferentes series para Netflix, especialmente 'La maldición de Hill House' y 'Misa de medianoche'.
Se las ha apañado para estar presente a su cita anual cada octubre con un nuevo proyecto que llama la atención, como sucede ahora con 'La caída de la casa Usher', pero su trayectoria en salas de cine ha sido más discreta en comparación. Cuanto no directamente fallida, como en el caso de su mejor película que se topó con una decepción comercial completamente inmerecida: 'Doctor Sueño'.
Sueño o pesadilla
Flanagan se puso ante sí un reto más complicado que adaptar convenientemente a Shirley Jackson o a Edgar Allan Poe. Hacer una secuela de 'El resplandor' que rindiese justa reverencia tanto a Stanley Kubrick como a Stephen King era un desafío imposible, pero logró hacerlo en una estremecedora película que se siente también muy personal y que se puede ver en streaming a través de HBO Max y de Amazon Prime Video.
Ewan McGregor interpreta a la versión adulta de un Danny Torrance todavía impactado por los sucesos acontecidos en el Hotel Overlook, malviviendo en un mundo donde otras personas como él disponen de el don de "el resplandor". En ese mismo mundo, un grupo de merodeadores liderados persiguen a este tipo de personas y extraen de ellos cualquier tipo de brillo. Pronto fijarán su objetivo en una joven excepcional, y Danny puede ser su única protección.
Este grupo de villanos (al que podríamos denominar como "vampiros vapeadores") están liderados por una Rebecca Ferguson que da una de las interpretaciones más hechizantes y carismáticas del cine de terror reciente. Ella es uno de los grandes hallazgos de una película que siente el aura espectral de una de las mejores películas de miedo de todos los tiempos, pero consigue aprovecharlo en su beneficio en escenas donde muestran la imposibilidad de dejarla atrás.
'Doctor Sueño': trazando puentes
Por ese lado, consigue homenajear la maestría de Kubrick. Al mismo tiempo, intenta ser fiel al desarrollo emocional y desolador de la novela de King, que es más manual de alcohólicos anónimos que novela de terror. Flanagan consigue trazar puentes entre ambos autores, y consigue que el drama de adicciones se sienta genuino (además de personal, ya que el director es alcohólico reconocido) mientras elabora secuencias de terror sobrenatural de mucha personalidad.
Por desgracia, la versión más redonda de esta película es la del director, donde se beneficia de una estructura más literaria que permite un desarrollo más orgánico de la historia. Aun así, la versión disponible en streaming (la que se vio en cines) sigue siendo un interesante ejercicio que se aleja de fórmulas o de explotación de una joya incunable. Flanagan consigue hacer una película con una deuda insalvable, pero que encuentra cosas para decir por sí misma.
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