Ya han pasado dieciséis años desde que Hollywood detuvo su actividad por última vez en una huelga de guionistas que se extendió durante 100 días y supuso pérdidas económicas al estado de California estimadas en 2.100 millones de dólares. Ahora, después de que se evitase in extremis otro parón en 2017, la WGA, sindicato de guionistas estadounidense, ha votado a favor de autorizar una nueva huelga si no se alcanza un acuerdo antes del 1 de mayo.
Prácticamente un 98% de los miembros con derecho a voto —9.020 concretamente— se han mostrado a favor de cesar temporalmente la actividad de no alcanzar lo que consideran unos términos justos en los nuevos contratos de producciones cinematográficas y televisivas; cifra que marca un récord de participación y porcentaje de apoyo a la causa.
El comité de negociación de la WGA, que comenzó a dialogar con la AMPTP —Alliance of Motion Picture and Television Producers— el 20 de marzo, transmitió así los resultados a los miembros del sindicato:
"Nuestros miembros han hablado. Habéis expresado vuestra fuerza colectiva, vuestra solidaridad, y la petición de un cambio significativo con una mayoría abrumadora. Armados con esta demostración de unidad y determinación, continuaremos trabajando en la mesa de negociación para lograr un contrato justo para todos los guionistas".
Los frentes abiertos
Esta disputa entre guionistas y productores supone un nuevo capítulo dentro de la dinámica establecida hace una década y marcada por una irrupción del streaming que, según las delegaciones de la costa este y la costa oeste de la WGA, ha empeorado las condiciones laborales y los ingresos de los escritores del país.
Por poner un ejemplo concreto, el showrunner de 'Colegio Abbott' y miembro del sindicato, Justin Halpern, explicó a ABC News cómo antes de la era del streaming, los estudios solían encargar una media de entre 13 y 22 episodios para una temporada de televisión que permitía a los guionistas trabajar en un proyecto durante, aproximadamente, 40 semanas.
En contraposición, actualmente sólo se ordenan seis episodios, lo que obliga a los guionistas a trabajar simultáneamente en varios proyectos y a depender de sus ahorros entre proyectos según palabras de un Halpern que desmitificó la figura del escritor de cine y televisión:
"El mundo tiene una idea equivocada de que los guionistas forman parte de un grupo de gente muy rica que conducen BMWs y llevan a sus hijos a colegios privados. Muchos de ellos no pueden ni pagar el alquiler".
Otro de los frentes abiertos está centrado en la proliferación de las conocidas como "mini-room", salas de guionistas compuestas por un grupo reducido de escritores centrados en crear una serie antes de que reciba luz verde por parte del estudio. El problema con ellas es que, por norma general, las compañías pagan el mínimo permisible a los miembros de mini-rooms e, incluso, prescinden de los servicios de algunos de los escribas si los shows terminan siendo aceptados para entrar en fase de producción.
Además de esto, la WGA está negociando para mejorar aspectos relacionados con las compensaciones y los conocidos como "residuals" —pagos residuales por producciones emitidas en streaming o distribuidas en formato físico, por poner dos ejemplos—, la creación de un plan de pensiones y un seguro de salud dignos y la revisión de los contratos actuales.
Como guinda del pastel, el sindicato también exige la regulación del uso de material producido por inteligencias artificiales o tecnologías similares; un tema de lo más espinoso que lleva una temporada debatiéndose, que, sin duda, provocará más de un quebradero de cabeza a la industria y en el que la WGA ya tiene una postura oficial.
El Reino Unido arrima el hombro
Las últimas noticias referentes a la propuesta de huelga de la WGA llegan, sorprendentemente, desde el otro lado del charco; concretamente desde un Reino Unido cuyo sindicato de guionistas, la WGGB, ha decidido apoyar la causa y "apoyar hombro con hombro a nuestro sindicato hermano".
Lisa Holdsworth, presidenta de la WGGB, ha reconocido que "muchos de sus problemas [de la WGA] son nuestros" y que "su lucha es nuestra lucha", añadiendo lo siguiente en un comunicado:
"Esperamos que la WGA llegue a un acuerdo, pero estamos listos para apoyar hombro con hombro a nuestro sindicato hermano y a sus miembros en defensa del derecho de cada guionista a recibir un pago decente por su trabajo, a ser tratado con respeto y a ser compensado económicamente por el éxito de su trabajo, incluyendo su uso y ventas posteriores".
Por el momento, las negociaciones entre guionistas y productores estadounidenses continúan, pero el tiempo hasta el 1 de mayo se agota, y las consecuencias de no alcanzar un acuerdo podrían poner en jaque la industria audiovisual del país, comenzando por los programas de emisión diaria, como los morning y los late night shows y extendiéndose a nuevas series en fases avanzadas de preproducción y a las nuevas temporadas de títulos ya establecidos.
Estaremos al corriente de cualquier tipo de novedad al respecto.
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