Siempre que alguien se queja sobre la falta de mujeres en el mundo del cine, sobre todo en los cargos de dirección y guion, se suele escuchar el mismo comentario: “es que hay menos mujeres que quieran dirigir o escribir”. Y ahora disculpen mis modales, pero: eso es MENTIRA. “Y entonces, ¿por qué hay mayoría de hombres en las escuelas de cine?”, dirán. La historia nos ha hecho creer durante tantos siglos que las mujeres éramos el sexo débil, que es ya algo casi genético creer que no tenemos capacidades para liderar.
Sin embargo, es curiosísimo el caso del cine y su involución a lo largo de las décadas. Desde hace no mucho conocemos la figura de Alice Guy-Blaché, coetánea de los hermanos Lumière y Meliès, considerada una de las primeras personas en dirigir una película de ficción y que cuenta con una filmografía de más de 1.000 títulos, aunque se conservan poco más de 300. ¿Fue la única? Evidentemente, no, y los datos son sorprendentes.
Según la historiadora Cari Beauchamp, “casi la mitad de las películas que se hicieron antes de 1925 estaban escritas por mujeres”. Una tendencia que fue disminuyendo con el paso de los años, aunque también sorprende ver la cantidad de mujeres guionistas que firmaban las películas de los años 40 y 50, algunas de ellas, reconocidas como las mejores películas de la historia del cine.
Pero ya sabemos que la historia la escriben los hombres, y los nombres de estas mujeres que convirtieron Hollywood en lo que es hoy en día, fueron olvidados. Un hecho sorprendente, teniendo en cuenta que estas mujeres no sólo escribían, también dirigían, producían y en algunos casos, actuaban. Así, y en un acto de justicia poética, nos gustaría recuperar los nombres de algunas de esas mujeres pioneras que escribieron Hollywood y crearon el lenguaje cinematográfico.
Lois Weber (1879-1939)
Directora, actriz, guionista y productora, los historiadores sitúan a Lois Weber como una de las directoras más importantes de la era del cine mudo en Estados Unidos, junto al mismísimo D. W. Griffith. Considerada como una de las primeras autoras cinematográficas por cómo utilizaba el cine para plasmar ideas, filosofias y sobre todo, plantear dudas en el espectador, Weber fue la primera mujer en dirigir un largometraje, 'El mercader de Venecia' (1914), aunque lamentablemente, ha desaparecido.
Dirigió un total de 135 películas (al menos que estén acreditadas) y escribió 114, y otras tantas en las que trabajó como actriz. Polifacética, a Lois Weber era normal verla actuar como damisela en apuros en las películas de Herbert Blaché a verla firmando algunas de las películas más polémicas y exitosas de la época: 'The Hypocrites' (1915), cinta anticlerical que contiene el primer desnudo frontal femenino de la historia del cine y 1916 dirigió 'Where Are My Children?', donde hablaba abiertamente sobre el aborto y los métodos anticonceptivos.
En 1917, fundó su propio estudio, Lois Weber Productions, con la asistencia financiera de Universal. Un estudio que dirigía junto a su marido Phillips Smalleys, aunque todo el mundo sabía que ella era la cabeza creativa de la pareja. El estudio de Weber funcionaba a la perfección porque "se hacían películas a bajo coste y se recuperaba rápidamente la inversión en taquilla" (William D. Routt) y porque reflejaba el conflicto de las mujeres de la época desde "la visión tradicional a la libertad" que estaban adquiriendo (Karen Mahar).
Más curiosidades sobre Weber: fue la primera directora en utilizar la pantalla partida en su película 'Suspense' en 1913, y en experimentar con el sonido en sus películas. El maestro John Ford fue su ayudante en sus comienzos en el mundo del cine y descubrió a Frances Marion, otra de las grandes autoras del cine mudo. Su gran obra maestra fue 'The Blot' (1921), co-escrita por ella y otra mujer, Marion Orth, fue rodada en localizaciones reales y con apenas iluminación artificial, hablaba sobre las diferencias de clase.
Frances Marion (1888-1973)
Frances Marion, nacida en San Francisco donde trabajó para un fotógrafo y como reportera para un periódico, se mudo a Los Angeles donde comenzó trabajando como diseñadora de carteles para el Morosco Theatre. Pronto, encontraría su primer trabajo en el cine: como asistente de guión, actriz y ayudante de dirección en Lois Weber Productions. Fue allí y junto a Weber donde decidió que no quería actuar y donde aprendió la profesión de guionista.
Marion se convirtió en una indispensable para Weber, tanto que cuando a ésta le ofrecieron un contrato en Universal, quiso llevársela con ella. Sin embargo, Marion decidió aceptar el trabajo que su amiga Mary Pickford le ofreció.
Se trataba de un trabajo en el estudio Famous Players-Lasky, que terminaría convirtiéndola en la guionista oficial de las películas protagonizadas por Mary Pickford, la actriz más famosa y taquillera de la época. Juntas, se convertirían en uno de los tándems más poderosos del Hollywood del momento gracias a la genial forma en la que añadían comedia slapstick al drama.
Se le acreditan más de 300 películas como guionista y 130 como productora y llegó a ser una de las guionistas mejor pagadas de la época. Entre sus títulos más célebres destacan 'The Poor Little Rich Girl' de Maurice Tourneur (1917), 'Rebecca of Sunnybrook Farm' de Marshall Neilan (1917), and 'The Little Princess' de Marshall Neilan(1917) con Mary Pickford o 'The Big House' de George Hill (1930) y 'The Champ' de King Vidor (1931), ambas ganadoras de premios Oscar al Mejor Guion.
Conocida sufragista que participó en las manifestaciones por el voto femenino en Nueva York, Frances Marion también viajó a Europa como reportera de guerra para cubrir la Primera Guerra Mundial, centrándose especialmente en el laborioso trabajo de las mujeres que se encontraban en primera línea del frente.
Frances Marion es una figura indispensable para entender la evolución del guion cinematográfico, e incluso llegó a escribir un manual: "How To Write and Sell Film Stories". Y de regalo, una de sus geniales frases: "Los personajes son como prisioneros en la mente de un escritor: siempre están buscando la forma de salir".
Mary Pickford (1892-1979)
Es probable que Mary Pickford sea uno de los nombres que más os suenen de esta lista. Y no es para menos, ya que fue la actriz más famosa del cine mudo, a menudo llamada "la novia de América" o "la Reina del Cine". Junto al actor, director y productor Douglas Fairbanks, formó una de las parejas más populares y escandalosas de Hollywood.
En 1919, fundó junto a Fairbanks, Charles Chaplin y David W. Griffith de United Artists, uno de los estudios más poderosos de la industria cinematográfica y que todavía sigue en activo. Fue precisamente Griffith quien la descubrió en 1909, sólo 10 años atrás para la Biograph Company. Y sólo ese año, Pickford trabajó en 51 películas donde hizo desde pequeños papeles, hasta protagonistas.
Papeles que pronto le dieron popularidad y comenzó a recibir propuestas para campañas publicitarias que querían aprovechar su tirón de incipiente estrella de cine. Fue en esta época donde hizo sus primeros grandes trabajos como 'Just Like a Woman' y 'The Female of the Species'(1912), ambas de Griffith. Su éxito se debía a su perfecto retrato de la damisela en apuros y al personaje femenino inocente, un arquetipo de personaje que nació gracias al trabajo de la actriz.
En 1916, Mary Pickford ya era una estrella absoluta, cuya popularidad y estima del público y la crítica sólo era superada por Charlie Chaplin. Fue entonces cuando comenzó a trabajar con Famous Players-Lasky junto Frances Marion, en películas como 'The Poor Little Rich Girl' (1917), 'Pollyana' (1920), que ya fue producida por la United Artists y que llegó a recaudar más de un millón de dólares, o 'Little Annie Rooney' de William Beaudine (1925), que ella mismo escribió.
Mary Pickford fue una de las 36 fundadoras originales de la Academy of Motion Picture Arts and Science, que entrega los Oscar cada año, y ganó el segundo Oscar de la historia a la Mejor Actriz por su primer papel sonoro en 'Coquette' de Sam Taylor (1929). Un dato curioso puesto que Pickford se mostró muy escéptica ante la llegada del sonido al cine y llegó a decir que "añadir sonido a las películas, sería como añadir pintalabios a la Venus del Milo". En 1976, la Academia de Cine de Hollywood, le entregó el Oscar Honorífico.
Anita Loos (1889-1981)
Aunque Anita Loos comenzó su carrera como actriz de teatro siendo niña, aunque pronto comenzó a colaborar con periódicos de San Diego a los que enviaba relatos cortos. En 1912, David W. Griffith dirigiría el tercer guión escrito por Loos y la primera de muchas que le producirían, 'The New York Hat', protagonizada por Mary Pickford. En los tres años siguientes, Loos vendió 105 guiones. Sin embargo, hasta que no escribió 200 guiones, Loos no pisó un estudio de cine.
Con su trasladó a Hollywood y fichada por Griffith, se convirtió en la primera mujer guionista en estar en nómina en un estudio, el Triangle Film Corporation. Y tras varios inentos fallidos, su primer crédito fue en una adaptación de 'Macbeth' y ya no paró: al cumplir los 20 años, Anita Loos ya había firmado más de 60 películas.
Tras la marcha de Griffith de Triangle, Loos se unió a su futuro marido John Emerson, para el que escribió 'His Picture in the Papers' (1916) con un principiante Douglas Fairbanks y que tuvo un gran éxito gracias a sus intertítulos discursivos e ingeniosos. Gracias al éxito de esta película, Griffith le encargaría específicamente que escribiera los intertítulos de su épica 'Intolerancia' (1916).
Tras su matrimonio con Emerson, escribieron y produjeron películas como 'A Virtuous Vamp' (1919), 'Dangerous Business' (1920) o 'Learning to Love' (1925). Y durante este tiempo tuvo que utilizar el nombre de su marido para ser escuchada por directores y otros ejecutivos que la ignoraban por ser mujer. Habitual colaboradora en revistas como Vanity Fair, en 1926 se publicó su primera novela 'Los caballeros las prefieren rubias'.
La novela fue un éxito inmediato y pronto la propia Loos la adaptó para el teatro, medio en el que también se movió como pez en el agua. Dos décadas después la convirtió en musical de Broadway y en 1953, esa misma versión musical se adaptó al cine bajo la dirección de Howard Hawks, protagonizada por Jane Russell y Marilyn Monroe, que dio vida al personaje "criptofeminista" Lorelei Lee, creado por Loos.
Otro de sus grandes éxitos teatrales fue la adaptación teatral de 'Gigi' de Colette, quien ya había fichado a una jovencísima y desconocida Audrey Hepburn para dar vida al incónico personaje sobre las tablas. El espectáculo se estrenó en otoño de 1951 hasta la primavera de 1952 con un tremendo éxito y que ayudó a Hepburn a conseguir un contrato con la Paramount para protagonizar 'Vacaciones en Roma' de William Wyler, junto a Gregory Peck.
El asentamiento de la industria
Lois Weber, Frances Marion, Mary Pickford o Anita Loos son sólo un ejemplo del relevante papel de las mujeres en la creación de la industria cinematográfica tal y como la conocemos hoy en día. Junto a ellas, otros nombres como los de Bess Meredyth, June Mathys, Carolyn Wells o Jeanie Macpherson.
Con la llegada del cine sonoro en 1927 y en los primeros años del studio system, estas guionistas estaban más que asentadas en la industria e incluso se fomentaba su contratación porque sus historias se acercaban más al público femenino. Sin embargo, con el inicio de la década de los 40, sólo el 15% de los guionistas de Hollywood eran mujeres. ¿A qué se debió este declive?
Con el asentamiento de la industria cinematográfica, el oficio creció y también el número de guionistas por lo que las mujeres dejaron de ser vistas como compañeras, para ser rivales. Y como la sociedad era -y es- de naturaleza machista, terminaron sustituyéndolas. Algunas de las que estaban consiguieron mantenerse, como Loos o Marion, pero cada vez resultaba más raro ver una película firmada por una mujer.
Sin embargo, hubo geniales excepciones, aunque apenas se pueden contar con los dedos de las manos, que desarrollaron su carrera desde la década de los 40. Leigh Brackett, comenzó su carrera como novelista de ciencia ficción, y sus títulos más relevantes en cine fueron junto a Howard Hawks en 'El sueño eterno' (1946) o 'Rio Bravo' (1959), entre otras. Su último trabajo fue una primera versión de 'Star Wars. El Imperio Contraataca' (1980), y aunque fue descartado por George Lucas, muchas de sus ideas terminaron en la película.
O Betty Comden, junto a su socio Adolph Green, creó una de las parejas creativas más longevas de la historia, trabajaron juntos durante 60 años. Y aunque su mayor fuente de trabajo era el teatro, fueron los responsables de algunas de las comedias musicales más emblemáticas de la historia del cine como 'Cantando bajo la lluvia' (1952), 'Un día en Nueva York' (1949) de Gene Kelly y Stanley Donen o 'Melodías de Broadway' (1953) de Vicente Minelli, entre otras.
Todas estas mujeres forman parte de la historia de Hollywood: fueron pioneras y creadoras de un oficio que inventaron, codo con codo con nombres que sí pasaron a la historia como los de David W. Griffith, Charles Chaplin, Douglas Fairbanks o Cecil B. DeMille. Ojalá algún día los nombres de Griffith y Lois Weber se estudien juntos en las escuelas de cine y sus trabajos -aunque muchos se han perdido- sean tan accesibles como los de sus compañeros varones.
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