La imagen de arriba corresponde a un momento de la filmación de ‘El justiciero de la ciudad’ (‘Death Wish’, Michael Winner, 1973), una de la infinidad de películas que surgieron a la sombra de ‘Harry el sucio’ (‘Dirty Harry’, Don Siegel, 1971)
, cuya ideología fue malinterpretada por esos que sólo ven malas intenciones en el prójimo —también por ciegos, y por ese espectador peligroso que juzga sin ver, del cual la platea está llena— y que provocó una saga que con el paso del tiempo fue cayendo en el olvido. El film protagonizado por Charles Bronson fue un enorme exito en su día, y hoy permanece como un film de culto entre cierto sector del público.
Michael Winner falleció hoy lunes tras una larga batalla contra una enfermedad hepática —llegó incluso a plantearse el suicido asistido— en su ciudad natal, Londres, a la edad de 77 años. Winner debutó en el cine con el poco conocido ‘Shoot to Kill’ (1960), y realizó productos de encargo, todos muestras de género hasta que con el film citado tuvo un exito estruendoso. No soy un fan del film citado, y mucho menos de las secuelas, algunas de ellas realizadas por el artesano, y en otros tiempos buen director, J. Lee Thompson, pero a Winner hay que reconocerle dos films cuanto menos interesantes y con mucho atractivo. Me refiero a los thrillers ‘Friamente… sin motivos personales’ (‘The Mechanic’, 1972) —de la que se hizo un olvidable remake con Jason Stathman—, y ‘Scorpio’ (id, 1973), un thriller sobre agentes de la CIA con Burt Lancaster y Alain Delon, y que a dia de hoy permanece como uno de los trabajos más sólidos de Winner.
El director británico era coleccionista de arte, crítico gastronómico y un gran defensor de la labor policial. Su útlima película data de 1998, ‘Parting Shots’, thriller con Ben Kingsley y John Cleese, inédita en nuestras salas.
Hasta siempre Michael
Vía | Deadline
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