El director firma una de sus grandes infravaloradas en este viaje épico aunque íntimo
Ahora que es Semana Santa se comenta mucho el profesar la fé, de lucirla en todo el esplendor posible (que deja la lluvia). Por supuesto, la fé implica de base creer fuerte en la posibilidad de algo aunque no sea demostrable a través de métodos empíricos como el científico. Pero muchas veces se confunde eso con el dogmatismo, con el encerrarse en unos trece convencido de que dudar de una doctrina implica traicionar la creencia.
Pero la duda es al fin y al cabo lo más religioso posible, el estar creyendo en algo aunque también haya una parte frágil y humana que considere la alternativa más terrible: que no haya nada más. Es algo que no contemplan determinados feligreses cuando se señalan posibles contradicciones (ahí está la divertida polémica con ‘Immaculate’), y hasta puedan no considerar como verdadero religioso a alguien que hace una película como ‘Silencio’.
Lo que hay cuando no se oye nada
Porque no olvidemos que Martin Scorsese ha mantenido una profunda exploración del catolicismo, aunque no siempre haya hecho películas explícitamente religiosas (y cuando lo ha hecho, como en ‘La última tentación de Cristo’, se le ha acusado de blasfemo). Pero una de sus mejores películas es esta épica pero íntima exploración de la religión que cuenta a través de Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson y que se puede ver en streaming a través de Filmin.
Garfield y Driver interpretan a dos jóvenes jesuitas portugueses que emprenden una peligrosa misión. Desde las lejanas tierras del Japón feudal, donde el catolicismo es perseguido con violencia, llegan noticias de que su mentor el padre Ferreira ha renunciado a su fe. Los sacerdotes se dirigen a la tierra oriental con la esperanza de encontrar a su maestro, desmentir estos terribles rumores, y seguir profesando la palabra de Dios en este territorio.
Con ‘Shôgun’ ahora mismo haciendo una interesante exploración de las tensiones entre culturas dispares desde la épica medieval, es interesante complementar con esta película donde Scorsese intenta comprender este conflicto desde su perspectiva religiosa. Una perspectiva con cierta devoción, pero también muy abierta a las dudas.
‘Silencio’: más allá del dogma
Es por ello que el personaje de Garfield, el del padre Rodrigues, se postula como uno de los protagonistas que más interés tiene el director en explorar. Su convicción férrea con su labor, aceptando casi hasta de muy buen grado convertirse en mártir para llevarla a cabo, se plantea casi como una confusión, como superar los preceptos de la fé hasta confundirse con una misma figura mesiánica. Scorsese prácticamente le obliga a considerar el silencio y las dudas como un camino válido para no quedar devorado por su dogma de autoflagelación.
Sus casi tres horas de exploración son intensas, aunque realizadas con una quietud increíble. Una que asienta un tono que luego el cineasta llevaría otro interesante nivel con ‘El irlandés’ y ‘Los asesinos de la luna’. No es el viaje más sencillo de los que ha planteado en su cine, incluso sus cuestiones resultarán intrascendentes para aquellos con nulo interés en los aspectos de la fé, pero Scorsese se reinventa con interesantes resultados y un estudio de personaje concienzudo además de hermosamente fotografiado.
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