A veces Noah Baumbach no puede evitar tropezar consigo mismo. Figura prominente del movimiento indie conocido como mumblecore, que primaba una determinada manera íntima de mirar a las personas y sus relaciones, sus películas han gozado siempre de aclamación de la crítica aunque no tanto atención del público. Su enfoque intelectual, a veces, es la barrera infranqueable que impide que tenga una mayor sensación de evento con sus películas.
Incluso aunque pueda hacer observaciones pertinentes sobre la humanidad y sus comportamientos, sus historias terminan tan absorbidas por sí mismas y su visión propia de bohemia neoyorquina que sus personajes y sus comportamientos resultan inaccesibles. Sucede, por ejemplo, en su nueva película 'Ruido de fondo', que es capaz de diluir el mensaje de la sociedad consumista y consumida por la paranoia post-catástrofe por culpa de cosas como una familia con personajes excesivamente intelectuales y relamidos que son impenetrables.
Custodia compartida
Su mejor película, curiosamente, cae en lo contrario de todo eso. 'Una historia de Brooklyn', disponible en streaming a través de Filmin, nos muestra a una familia también bohemia, pero en vez de enfrentada a un desastre natural se topan con uno familiar y cotidiano: el divorcio. Baumbach deposita parte de sus recuerdos de infancia (aunque él rechaza que la película sea autobiográfica) en esta historia de dos hijos de padres escritores en la Nueva York de los ochenta.
Jeff Daniels es el padre profesor universitario, con una novela exitosa y aclamada hace tiempo pero que lleva tiempo atascado incapaz de sacar algo lúcido o que cause interés. Laura Linney es también escritora, de menos prestigio pero que logra que su libro se publique y que cause interés. Ambos han llegado a un punto donde no pueden seguir juntos y tienen que hacer custodia compartida de sus dos hijos.
Ambos mantienen una relación compleja con sus padres, siendo cada uno más proclive a elegir un progenitor con el que es más afín. El más interesante y el que parece tener más de la propia experiencia de Baumbach es el mayor, interpretado por Jesse Eisenberg. Absorbido por la falsa autoridad intelectual de su padre, del que copia muchas expresiones para causar mayor impresión, desprecia a su madre por verla como causante del divorcio.
'Una historia de Brooklyn': cómo observar el divorcio
Baumbach logra explorar bien el divorcio desde la perspectiva juvenil, evitando dramatismos convencionales y dejando un realismo creíble e interesante sin que cause distancia que, bueno, estamos ante una familia acomodada de escritores en Nueva York. Se le da bien hasta señalar la miopía del personaje de Eisenberg al observar la separación y en obviar las múltiples fallas de su padre.
Aunque el director ha intentado varias veces en su obra desmontar los delirios egocéntricos de figuras supuestamente inteligentes, muchas veces falla en su empresa (incluyendo otra de sus mejores películas, 'Historia de un matrimonio') y no logra resultar tan auténtico como en ésta. 'Una historia de Brooklyn' presenta una escritura genuina y logra convertirla en interesante desde la dirección, tanto en la atención a los detalles como en cómo enfoca a los actores (espléndidos todos).
Es una donde el humor entra de manera muy limpia, donde ofrece al espectador instantes que pueda observar él mismo y sacar conclusiones propias. Su mirada del divorcio no es dulcificada ni dramática hasta la exageración.
Resulta, además, adelantada a todo el fenómeno de directores mirando a su infancia en una película, con el factor añadido de haberla realizado a una edad más temprana (35 años) que evita un elemento nostálgico que habría empañado el conjunto. Es, en resumidas cuentas, su mejor película.
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