¿De quién puedes aprender cuando ya eres un maestro? Nada menos que Mario Puzo, firmante de la legendaria novela 'El padrino' y de sus no menos proverbiales traslaciones a la gran pantalla bajo la dirección de Francis Ford Coppola, tuvo que enfrentarse a esta encrucijada tras dudar de sus capacidades como guionista cinematográfico.
Puzo, el impostor
Como podréis comprobar a continuación, el conocido como síndrome del impostor puede afectar hasta a las personas más talentosas que han habitado nuestro planeta. Irónicamente, en el caso de Puzo, fue el éxito de las dos primeras entregas de 'El padrino' en sus respectivas temporadas de premios lo que impulsó al autor neoyorquino a buscar formación como escriba fílmico.
Según contó en una entrevista con Terry Gross, recogida en el podcast Fresh Air con motivo del 50 aniversario del estreno de la primera parte de la trilogía, nunca creyó "saber lo que estaba haciendo" mientras escribía el libreto del largometraje, lo que le incitó a buscar consejos externos.
"Fue pan comido porque era la primera vez que escribía un guión, así que no sabía lo que estaba haciendo. Ya sabes, salió bien. Y la historia que cuento es que después de haber ganado dos Premios de la Academia, ya sabes, por los dos primeros 'Padrinos', salí a comprar un libro sobre escritura de guiones porque pensé que sería mejor aprender".
El giro, porque todas las buenas historias tienen uno, se encontró en las primeras páginas del manual.
"El primer capítulo del libro decía, 'Estudia El Padrino I'. Es el modelo para un guión".
De esta anécdota, además de una nueva curiosidad que añadir al proceso de creación de la saga, podemos extraer una lección vital: tenemos que confiar más en nuestras capacidades —aunque no todos llevemos un Mario Puzo dentro—.
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