El final de la mítica serie cocreada por J.J. Abrams, y disponible en Disney+, siempre dará que hablar
Probablemente uno de los finales de televisión más debatidos y que ha dejado abierto a todo tipo de interpretación es el de 'Perdidos' (Lost). Emitido en 2010, el último episodio ponía fin a seis años de intrigas y misterios en lo que los náufragos intentaban resolver qué narices era esa isla. Algo que fue perpetuando las teorías.
Una de ellas, la más extendida y aceptada de hecho, es la de que la isla es en realidad el purgatorio y que nada de lo que estábamos viendo estaba pasando en realidad. Teoría reforzada porque uno de los temas recurrentes de la serie era la vida, la muerte y el más allá y por ese críptico final que Damon Lindelof y compañía le dio a la historia de estos náufragos.
Están vivos
Una teoría que el propio Lindelof se ha encargado de negar por pasiva y por activa asegurando que todo lo que ha pasado en la isla de 'Perdidos' pasó de verdad. Otra cosa es que hayan estado jugando con la narrativa y con conceptos similares en la temporada final. Un final que ya explicó en 2012 en una entrevista con The Verge:
«Al final de la serie, el último fotograma, Matthew Fox cierra sus ojos y muere. Eso ocurrió en nuestro contexto de "lo que ocurre". Entonces, desde el momento que cierra sus ojos, todo lo que hicimos en la temporada 6 de la serie, los "flash sideways" en los que nadie se conoce entre sí y el avión nunca se estrella (...) eso es lo que tu definirías que no ha ocurrido. Todo lo que siempre te hemos mostrado, todo lo que ocurre en la isla y 'Perdidos', ocurrió. Absolutamente, al cien por cien: el avión se estrella, esa gente sobrevive, todo lo que viste a lo largo de seis temporadas. La iniciativa Dharma es real, la isla es real... ahora mismo Hurley y Ben con alguna ayuda de Walt están haciendo cosas en la isla, manteniéndola.»
Al guionista le llevaba preocupando mucho que la gente se quedase con la idea de que nada de lo que habían visto era real y por ello pensaron en esa escena en la iglesia con Jack (Fox) y su padre Christian (John Terry), con este último asegurándole que todo había pasado y que había sido el periodo más importante de su vida y el del resto de pasajeros de la serie.
Liando la madeja para el final previsto
La cuestión es que Lindelof, Carlton Cuse y compañía tenían bastante claro desde varias temporadas atrás cómo querían terminar la serie. El problema, tal como explicó en Collider, era llegar ahí... y es entonces cuando surgió la idea de proponer una suerte de "purgatorio", prácticamente como respuesta a los fans:
«Sabíamos [desde temprano] un puñado de cosas. Una de las cosas que llevábamos sabiendo desde hace mucho tiempo es que la serie iba a terminar con la muerte de Jack. Ese hubiera sido el final de su arco... la simetría de comenzar con su ojo abriéndose y terminar con su ojo cerrándose no parecía realmente bueno. Pero entonces, porque Perdidos fue una serie que disfrutaba de la narración no lineal y le gustaba saltar en el tiempo, empezamos a enamorarnos mucho de la idea de que a pesar de que la imagen final de la temporada final sería el ojo de Jack cerrándose, mostraríamos su experiencia post mortem al completo como una especie de caballo de Troya en la serie... ¿y cómo lo podríamos esconder?, ¿Cómo podríamos dar a la audiencia lo que sentíamos que la audiencia llevaba demandando desde el piloto, lo que es que esto es el purgatorio?, ¿Estás todos muertos? Porque cuando alguien pregunta algo, creo que —porque así soy yo— en realidad te están diciendo lo que quieren.»
Con esto en mente, a los guionistas les vino en un viejo texto religioso, el mal llamado Libro tibetano de los muertos (Bardo Thodol), una guía sobre las experiencias de la vida más allá de la muerte. En ella se habla de un estado "intermedio":
«Nos gustaba la idea del Libro tibetano de los muertos de El Bardo. Estoy simplificando mucho un constructo inmensamente complejo, pero la idea de Bardo es un lugar al que vas cuando mueres pero no sabes que estás muerto. Es como Bruce Willis en 'El sexto sentido'. No sabe que está muerto y el único propósio de estar en este lugar es llegar a la revelación de que has muerto pero nadie puede decírtelo. Es como 'El show de Truman' en ese sentido. Puedes ser presionado por el camino o recibir pistas, pero nadie puede decírtelo.»
Una idea para el final que trazaron entre las temporadas 3 y 4 de 'Perdidos', por lo que gran parte de la segunda mitad de la serie se dedicó a colocar las piezas para que toda la trama de la temporada última de la serie cobrase sentido y, además, jugasen al despiste con la audiencia.
Para ello contaron con estos flash sideways, que fueron interpretados como una realidad alternativa. Pero, para llegar ahí, tendrían que introducir los viajes en el tiempo al final de la temporada 4 y con toda la construcción de la temporada 5 la idea era disfrazarlos de una suerte de paradoja de viajes en el tiempo para, al final, que la gente descubriese la verdad.
«(...) tu cerebro te diría "Oh, esta es una línea temporal paralela donde el avión nunca choca". Y no se sintió como si fuera una revelación del final. Parecia que una vez que Desmond recobrase conciencia o que el Charlie de la línea paralela recordase poner las manos con el "No es el barco de Penny" que la audiencia comenzaría a descubrirlo en plan "¿Cómo recuerdan estos personajes cosas que no les han pasado?" La única respuesta lógica es que están en el más allá. Pero no vi que recibiese una enorme atención teórica.»
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