Llegó tarde, pero no tanto como para quedarse fuera de muchas de las listas de lo mejor de 2020. 'Mank', la película de David Fincher para Netflix, se ha convertido en una de las indispensables de buena parte de la actual cinefilia online. Herman Mankiewicz, co-escritor de 'Ciudadano Kane' fue un genio autodestructivo a quien la historia había olvidado injustamente y la película de Fincher lo ha colocado en boca de todos.
El hombre en la sombra
Como suele pasar después de ver una película biográfica o leer un libro del estilo, son muchas las preguntas que se agolpan en nuestras cabezas. La principal, claro, concierne a Herman Mankiewicz, a quien los Fincher, padre e hijo, dan una visión completamente subjetiva, alimentada por su deseo conjunto de poner al guionista de 'Ciudadano Kane' en el lugar que le corresponde y de colocar los méritos de su director, Orson Welles, en un nivel algo más discreto. ¿Fue realmente "Mank" un genio de la escritura incomprendido? Más o menos, eso parece, salvo que es difícil evaluar su contribución real a la edad de oro de Hollywood, ya que no se le atribuye ninguna película importante, excepto la de Welles.
Nacido el 7 de noviembre de 1897 en Nueva York, Herman es el mayor de tres hermanos. Graduado en la prestigiosa Universidad de Columbia a la edad de 19 años, se unió al ejército y sirvió en los marines, hasta que se convirtió en corresponsal del Chicago Tribune en Berlín. De regreso a Estados Unidos en 1922, escribió para Vanity Fair, The New York Times y The New Yorker. Su pluma es brillante y popular, y acabará teniendo su parcela en La Table Ronde de l'Algonquin, un club privado para intelectuales de la Costa Este, local reservado a miembros tan selectos como los dramaturgos Noel Coward y George S. Kaufman, el compositor Irving Berlin, la poeta Dorothy Parker o el mismísimo Harpo Marx. Herman Mankiewicz era entonces un nombre importante. Hasta el punto de despertar el interés del destacado productor de Paramount, Walter Wanger, quien lo llevó a California en 1926. Ahí comienza una nueva vida para Mankiewicz, interpretado por Gary Oldman en un papel que ya hizo suyo John Malkovich en la 'RKO 281' de Benjamin Ross hace más de veinte años.
Como reflejaba 'Barton Fink' a la perfección, la vida de los guionistas en aquel Hollywood era una llena de frustración e ira, a pesar de los dólares que llenaban sus bolsillos. La historiadora y crítica Pauline Kael afirmaba que entre 1927 y 1928, Mank habría escrito los rítulos explicativos de más de 20 películas mudas. Casi siempre pegado a la botella, sus borracheras con Ben Hecht, futuro guionista de Lubitsch y Hitchcock, eran antológicas. Analista de guiones antes de que se inventase el término, retoca todo lo que le llega (sin que se le acredite la mayor parte del tiempo), definiendo de manera informal un estilo sarcástico.
Herman Mankiewicz ya está en todas partes (está detrás de la explosión de los Hermanos Marx en Paramount) y en ninguna parte al mismo tiempo. Despreciado por los estudios por sus maneras (llega tarde al trabajo o borracho, acumula deudas de juego), es a su vez constantemente reclamado por su instinto. Fue él, por ejemplo, quien tuvo la deslumbrante idea de filmar en color el mundo imaginario de 'El mago de Oz'. Sin acreditar, por supuesto. Hablando de los Marx, Louis B. Mayer, poco fan de los hermanos, aparece en la película de Fincher interpretado por Arliss Howard. Su gran valedor, Irving Thalberg, también se deja ver en la piel de Ferdinand Kingsley.
La película de David Fincher comienza en 1939, después de un accidente automovilístico que Herman tuvo en Nuevo México y que lo obligará a quedarse paralizado mientras se recupera. Es en este contexto particular en el que Orson Welles (Tom Burke en la película de Fincher) se pone en contacto con él para escribir de tapadillo la que se convertirá en una de las películas más influyentes de la historia del cine. Lo hizo con la intención de derribar al magnate William Randolph Hearst, interpretado en la película por Charles Dance e inspiración para el personaje de Kane. Así, también tomará como referencia a su amante, Marion Davies (interpretada por Amanda Seyfried) para el papel de Susan Alexander Kane.
Consciente de la obra maestra que ha escrito, el guionista, con el respaldo del Gremio de Escritores, luchará contra Welles por ser mencionado en los créditos. En 1942 ganó, junto con Welles, el Oscar al guión de 'Ciudadano Kane'. Según Pauline Kael, "Mankiewicz tenía abundantes pruebas de su autoría, y cuando las llevó a la Screen Writers Guild Welles se vio obligado a compartir los créditos y a ocupar el segundo lugar".
El resto de la historia es un constante declive, hasta su muerte en 1953 como consecuencia de su alcoholismo. Antes de su trágico final, habrá sido testigo del ascenso al poder de su hermano pequeño, un tal Joseph L. Mankiewicz, a quien llevó a Paramount en 1929 y que será el autor de obras maestras de como 'El fantasma y la señora Muir', 'Eva al desnudo', 'La Condesa Descalza' o 'Cleopatra'. Agradecido, Joseph pagará las deudas de su hermano mayor. Un hermano mayor que se mostró protector hasta el final, advirtiéndole sobre los peligros de la camarilla montada en su contra por Cecil B. DeMille y los McCarthyistas para denunciar sus ideas comunistas. DeMille reunió a un grupo de cineastas y tras varios discursos llegó el turno de John Ford, conocido por sus ideas conservadoras. "Mi nombre es John Ford, hago películas del oeste. No me gustas, Cecil, y no me gusta lo que has estado diciendo hoy aquí. Propongo que le demos un voto de confianza a Joe y luego nos vayamos a casa a dormir un rato". Eso daría para otra película tan interesante como la de Fincher. Probablemente más.
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