De forma completamente inesperada y a los 63 años ha fallecido Ringo Lam, maestro del cine de acción de Hong Kong y uno de los nombres más reconocibles del cine de gángsters de los ochenta y noventa, junto a John Woo y Johnny To. Su carrera estuvo siempre marcada por el que fue uno de sus primeros éxitos comerciales, 'City on Fire', una de las fuentes de inspiración más claras de 'Reservoir Dogs' de Quentin Tarantino.
Lam comenzó como actor y director de comedias, pero el espectacular éxito de 'Nunca se muere dos veces' ('Aces Go Places IV'), una de las mejores mezclas de acción y comedia jamás rodadas, le puso en el terreno de la acción. Rodó en 1987 las dos primeras películas de su serie 'On Fire', con la sensacional 'City on Fire' y la también estimable pero algo inferior 'Prison on Fire', ambas protagonizadas por Chow Yun-fat y de gran éxito, lo que ayudó a que el actor se convirtiera en estrella en Hong Kong.
'City on Fire' cuenta una historia de policías infiltrados como delincuentes en una banda que prepara un atraco que acabará mal. No es solo el argumento lo que recuerda a 'Reservoir Dogs': de ella también tomaría prestada Tarantino el enfrentamiento final con varias criminales apuntándose con sus armas. Una película de gran impacto en Hong Kong y, gracias a Tarantino, de gran influencia en Occidente, y que nació como una de las primeras réplicas de la sensacional 'Un mañana mejor' de John Woo, que transformó en su día el cine hongkonés de gángsters.
Tras algunas películas más, muy notables y en la misma onda ('School On Fire', 'Undeclared War', 'Prison on Fire II'), rodó las explosivas secuencias de acción de 'Twin Dragons' para Jackie Chan y volvió a reventar la taquilla hongkonesa junto a Chow Yun Fat con otra película de acción adrenalítica, 'Full Contact'. En ella demostró un dominio absoluto del género y le brindó a su actor fetiche uno de los papeles más icónicos de su carrera.
Como tantos otros directores de su generación, Lam intentó hacer carrera en Hollywood ante la inminente debacle del cine comercial en su país. Por supuesto, colaboró con Van Damme: fue nada menos que en tres películas, la flojita 'Máximo riesgo', la muy superior 'Replicant' y la oscura y violenta 'Salvaje' ('In Hell'). El resto de su filmografía le llevaría de vuelta a Hong Kong, dirigiendo películas ya no tan conocidas en Occidente.
Sin embargo, algunas de ellas no están carentes de interés: la tremenda 'Full Alert' arrasó de nuevo en la taquilla y las entregas de premios hongkonesas y la curiosa 'Triangle' le llevó a colaborar con Tsui Hark y Johnnie To en una película de formato y estructura muy singulares. Por desgracia, sus dos últimas y recientes películas, 'Wild City' y 'Sky on Fire', no consiguieron el mismo impacto, ya muy distanciadas en el tiempo de su cine de principios de siglo.
Incapaz de adaptarse a los continuos vaivenes que la industria de Hong Kong ha sufrido en las últimos dos décadas, su nombre llevaba tiempo sin sonar entre los grandes del género, pero con su muerte nos deja un genuino clásico del mejor cine de acción del mundo.
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