La icónica película con Patrick Swayze se convirtió en todo un fenómeno que, hasta hoy en día, es un clásico del cine
El cine de los años ochenta nos dejó un montón de joyas que seguimos recordando hoy en día con el mismo anhelo con el que la fuimos a ver al cine, sin embargo, en una industria en la que la tendencia de las películas era dominada por la fantasía y la acción, la idea de nadar contra la corriente era sumamente atrevida, pero hubo una que, rompiendo los esquemas, se coronó como la favorita de una generación, aunque se presagiaba que en cines fuera todo un fracaso.
Cuando 'Dirty Dancing' llegó a las salas de cine en agosto de 1987, pocas personas, incluyendo los propios involucrados en la película, imaginaban que se convertiría en uno de los éxitos más duraderos del cine.
La historia, ambientada en los años sesenta sigue a Frances "Baby" Houseman (Jennifer Grey), una joven de familia adinerada que, durante unas vacaciones familiares, conoce a Johnny Castle (Patrick Swayze), un instructor de baile de origen humilde. A través del baile, Baby desafía las normas sociales de su entorno, explora su independencia y se enamora de Johnny.
Al terminar el rodaje de la cinta en 1986, el equipo de producción de Vestron Studios no estaba para nada convencido acerca del montaje final que se realizó de la película, sin embargo, con el presupuesto justo para poderla terminar y con el tiempo encima para lanzarla, decidieron hacer una proyección para el productor Aaron Russo, quien según Mitchell Cannold, un ejecutivo de los estudios, este tuvo una muy mala reacción sobre la cinta, a tal grado de que, al final de la película, simplemente exclamó: "Quema el negativo y cobra el seguro".
A la búsqueda de patrocinadores
Sin respaldo ni dinero con el cual lanzar una campaña de publicidad, los involucrados buscaron patrocinadores para poder llevar el filme al cine. Una de las primeras marcas que alzó la mano fue la de productos para el cuidado de la piel Clearasil, que pretendía utilizar la cinta como promoción para llegar a un público adolescente, sin embargo, se echó para atrás cuando la escritora Eleanor Bergstein se negó a cortar la escena de un aborto.
Entonces, casi sin dinero en el bolsillo, Vestron promocionó la película por su propio medio, fue entonces que se fijó la fecha del estreno en agosto de 1987 para estrenarse sólo por un fin de semana para después pasar directamente al mercado del video casero, donde Vestron había estado en el negocio de distribución de video antes de la producción cinematográfica de películas.
Contra todo pronóstico, 'Dirty Dancing' se estrenó y, para sorpresa de todos, comenzó a captar la atención del público: la mezcla de música nostálgica, coreografías envolventes y la química innegable entre Swayze y Grey conectaron con los espectadores de una manera profunda. Además, el filme trataba temas como la diferencia de clases, el empoderamiento femenino y los derechos reproductivos de una forma clara, pero a la vez, emocionante.
El hito que la convirtió en mito
Lo que sucedió después fue histórico: 'Dirty Dancing' se convirtió en la primera película en vender más de un millón de copias en VHS, superando las expectativas de la industria, que ayudó a consolidar la película como un fenómeno de la cultura pop, uno de los primeros en los que el éxito de una película se debiera a una recomendación boca a boca y a la facilidad con la que las personas podrían disfrutarla en casa una y otra vez, haciendo suyas las coreografías que, en su momento, se replicaron en fiestas, bodas y eventos familiares.
Foto de SensaCine
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