No tengo pruebas, ni tampoco dudas, de que Oz Perkins ha dirigido la película de terror del año. Su 'Longlegs' es un ejercicio de creación y gestión de atmósferas, de planificación y, simple y llanamente, de mal rollo fílmico para enmarcar; pero este logro llama aún más la atención si tenemos en cuenta que el director, hijo del eterno Anthony Perkins, no está influenciado en absoluto por producciones congéneres contemporáneas.
El padre y el terror
Durante una entrevista con The Hollywood Reporter, Perkins ha explicado los motivos que le empujan a no ver cine de terror actual. Estos están estrechamente ligados con su legado familiar y la figura de su padre, cuyos claroscuros profesionales con este tipo de cintas han marcado fuertemente su relación con el género tanto en lo personal como en lo estrictamente profesional.
"Mi padre fue, por un lado, una luz muy brillante en el género, habiendo creado uno de los personajes más indelebles del cine, sin mencionar las películas de terror, de crímenes y de asesinos. Así que había un orgullo intenso y radiante en torno a eso, mezclado con una sensación de incomodidad.
Cuando yo estaba entrando en la etapa de los 12 a los 15 años y empezando a interesarme por el cine, mi padre estaba haciendo películas de terror muy malas. Le pagaban bien para ir a Europa y hacer mierda. Y era obvio que eran mierda; solía molestar mucho a mi madre. Así que la disparidad entre el cenit de todo, que fue Psicosis, y el declive, que fue, por ejemplo, una película de Dr. Jekyll y Mr. Hyde [Edge of Sanity] que hizo cuando yo era niño, sembró en mí una inquietud con respecto al género de terror".
Esta dinámica ha hecho que Osgood pierda el interés en el cine de terror actual, descartando visionados como el de una 'MaXXXine' que ha competido directamente en taquilla con 'Longlegs' y, de paso, perdiéndose unas cuantas joyitas por el camino. Aunque esto no quita que el cineasta reconozca la tremenda libertad creativa, formal y artística que da el género a todos los que deciden recorrer sus caminos.
"Por un lado, quiero identificarme o expiar a mi padre siguiendo el mismo camino y representando el buen nombre en el género en cuestión, pero también tengo una especie de aversión hacia él. No diría que soy alguien a quien le gustan o no le gustan las películas de terror. No veo las nuevas. No me interesan. Nunca veré MaXXXine, nunca veré Pearl. Vi X por ciertas razones; no fue a propósito. No veo cosas contemporáneas. No me interesan en absoluto, y eso no significa que no sean geniales. Estoy seguro de que son geniales y hacen feliz a mucha gente, que es lo único que realmente importa. Pero me gusta el género de terror porque es el género que permite más invención y fomenta más poesía. Es todo adivinanzas y aferrarse a lo que es esencialmente incognoscible".
Imagen de cabecera: Amy Sussman/GA/The Hollywood Reporter
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