Retrocedamos por un momento al año 2006. Por aquél entonces se conmemoraba el 250 aniversario del nacimiento de Mozart, Televisión Española cumplía 50 años, y un prometedor J.J. Abrams debutaba en la gran pantalla con 'Misión Imposible 3' iniciando un idílico romance con Paramount Pictures; donde presentaban al realizador como "el próximo Steven Spielberg".
La relación de Abrams con la compañía dio como fruto tres taquillazos de la talla de 'Super 8', 'Star Trek' y 'Star Trek: En la oscuridad', amén de la tercera 'Star Trek', dos filmes del universo 'Cloverfield' y las tres últimas entregas de 'Misión Imposible'; proyectos en los que ha participado como productor. Un idilio gracias al que Paramount ha obtenido la friolera de 5.700 millones de dólares.
No obstante, nada en esta vida —por desgracia— es gratis, ya que el trabajo del bueno de J.J. con la productora vino de la mano de un contrato mediante el cual el productor, director y guionista ha percibido diez millones de dólares anuales. Hasta aquí, cifras astronómicas aparte, todo correcto. El problema aparece ahora que dicho contrato está a menos de un año de expirar y los planes de Paramount para que Abrams dirija su cuarto filme para ellos en once años se han ido al garete por culpa de la todopoderosa Disney y su saga galáctica.
La reciente salida de Colin Trevorrow del Episodio IX de 'Star Wars' dejó a Disney con una situación un tanto delicada con la que lidiar; especialmente después de la sustitución de Chris Miller y Phil Lord por el veterano Ron Howard al frente del spin-off de Han Solo. La respuesta a sus problemas era obvia: ¿qué mejor sustituto para cubrir la vacante que el artífice del renacimiento del fenómeno de masas con 'El despertar de la Fuerza'?
Tras la evidente solución de traer de nuevo a Abrams para dar carpetazo a la nueva trilogía de 'Star Wars' en la secuela que seguirá a 'Los últimos Jedi' de Rian Johnson se ha escondido un dardo envenenado en forma de suma millonaria. Como era de esperar, a Paramount no les ha hecho nada de gracia la "deserción" de Abrams durante su último año de contrato, y han llegado a un acuerdo con Disney para recibir una nada desdeñable compensación económica que, según se comenta, alcanza las siete cifras.
Como es comprensible, a pesar de la suma percibida, la salida del creador de 'Alias' ha dejado a más de un directivo —y, probablemente, de dos— con un amargo sabor de boca, por decirlo finamente. No obstante, en Paramount han preferido no hacer llegar la sangre al río y continuar batallado al respecto; cerrar por completo la puerta a J.J. Abrams, eliminando así la opción de futuras colaboraciones una vez finalice su aventura en una galaxia muy, muy lejana, sería, cuando menos, una maniobra suicida.
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