El momento final de ‘Los Fabelman’ muestra al trasunto de Steven Spielberg en su primer contacto con NBC, pero evita entrar en más detalles sobre cómo empezó realmente la carrera del director, y pocos pueden imaginar que en sus primeros trabajos estuvo muy ligado al cine de terror, incluso con una película para televisión que se adelantaba a grandes clásicos del género como ‘El Exorcista’ (1973) o ‘Expediente Warren’ (2013).
Para muchos su carrera empieza con ‘El diablo sobre ruedas’ (1971), un excelente thriller hecho para televisión que se considera su debut cinematográfico porque en él se distingue ya su imaginación visual característica, pero su período televisivo empezó antes, moviéndose entre atmósferas sobrenaturales en el episodio piloto de ‘Galería Nocturna’ de Rod Serling. El guionista y productor de televisión era popular en la década de los 60 debido al enorme éxito de su programa ‘The Twilight Zone’, no solo por la calidad de su trabajo, sino también porque introducía cada episodio con un enigmático comportamiento de showman, ahora muy reconocible.
En 1969, Serling creó una segunda serie titulada ‘Galería nocturna’ que seguía explorando lo raro, lo extraño y lo macabro con un tono más terrorífico. Fue por esa época cuando Side Sheinberg, vicepresidente de televisión de Universal, firmó un contrato televisivo con un joven director de veintitrés años, Steven Spielberg, tras quedar impresionado por su cortometraje ‘Amblin’ (1968), con lo que el joven obtuvo su primer contrato de realización pagado: uno de los tres segmentos que conformarían una antología piloto.
El segmento de Spielberg se titula ‘ojos’ y cuenta la historia de una mujer ciega, rica y anciana que contrata a su médico para que le realice una operación de trasplante de ojo para que le devuelva la visión, aunque solo por doce horas. El órgano proviene de un hombre desesperado por pagar sus deudas, sin saber que perderá la vista para siempre a cambio de una suma irrisoria. La cirugía se lleva a cabo aparentemente sin problemas, pero la mujer se sumerge en una oscura pesadilla de una noche que le quitará la cordura.
Un cambio generacional unido por las antologías de miedo
‘Ojos’ es la primera ocasión en que Spielberg trabajó con grandes talentos de Hollywood, nada menos que con la leyenda de la pantalla ganadora del Oscar, Joan Crawford. A diferencia de algunos encargos posteriores, en este debut disfrutó de mucha más libertad para darle un aspecto visual propio, muy colorido y brillante, que lo distingue de otros episodios, gracias a los directores de fotografía Robert Batcheller y William Margulies. Entre el enfoque clásico, con un gran diseño de producción de Howard E. Johnson, y la experimentación, el episodio llega a un clímax expresionista al cambiar un escenario tradicional por una combinación inspirada de diseño de sonido y una profunda oscuridad surreal.
Hay algunos puntos de la historia que recuerdan a los conceptos de la trama de su gran pieza de ciencia ficción, ‘Minority Report’, que hizo más de treinta años después, pero lo importante es este contacto con Serling, uno de sus héroes, a quien homenajearía en una de sus mejores producciones de los 80, que también codirigió, ‘En los límites de la realidad’ (1983), remake de la serie original que inspiraría a su vez otro “remake” encubierto del propio Spielberg en la muy destacable ‘Cuentos asombrosos’. Debido a la calidad de su episodio, Spielberg sería llamado a trabajar en varias series más.
Todos conocemos lo bien que fue ‘El diablo sobre ruedas’, sin embargo, la película para televisión que le siguió no ha trascendido demasiado. ‘Algo diabólico’ (Something Evil, 1972) es una de las obras menos celebradas del primer período de Spielberg, y hasta cierto punto de forma injusta, puesto que, aunque no es uno de sus mejores esfuerzos, es una historia sobre posesión demoníaca con un parecido sospechoso con ‘El exorcista’, la exitosa novela de 1971 de William Peter Blatty, que se adelantó un año a la adaptación de esta.
Los códigos del terror sobrenatural del futuro
Lo curioso es que además lo hizo con una posesión de un niño que recordaba más al caso real en el que se basó Blatty, y se adelanta también al éxito de taquilla de ‘Terror en Amityville’ de 1979. Muchos elementos estéticos comunes en su carrera ya aparecen aquí, desde algunos movimientos de cámara ingeniosos a efectos de sonido espeluznantes, mientras aprovecha al máximo un elenco carismático, encabezado por Darren McGavin, que se convertiría ese año en un icono del terror con su reportero Kolchak, el personaje que inspiró al creador de ‘Expediente X’.
‘Algo diabólico’ trata sobre Marjorie (Sandy Dennis) una mujer que se muda con su familia a una propiedad en el campo, mientras su esposo Paul (McGavin) quiere estar más cerca de su trabajo en la ciudad, pero lo que no saben es que el dueño anterior murió en extrañas circunstancias. Un abc del cine de terror moderno, pero cuyos tropos aún no estaban exprimidos, con lo que la película es bastante pionera en muchos de ellos. De hecho, en algunos aspectos recuerda a ‘Poltergeist’, el clásico de Tobe Hooper escrito y producido por Spielberg.
En manos del director, aquí el terror se basa en el trabajo de cámara y una máquina de viento que funciona cada vez que ocurre algo maligno, como la representación de la posesión por fuerzas demoníacas, comenzando la tendencia de que más que a los mayores es a los niños a los que realmente había que temer. Aquí, el hijo de los Worden, Stevie, la estrella infantil Johnny Whitaker, es el centro del caos, pero ya se lee entre líneas que el padre está demasiado absorbido por su trabajo—ojo a la constante del cine del director de ‘Tiburón’— como para hacer caso a su familia, y esa es la razón tácita por la que las fuerzas del mal se salen con la suya.
Spielberg y lo sobrenatural en el modo de vida americano
La película ya comparte un aura simétrica con el sentimentalismo de su filmografía, con lo que no sorprende que el amor de una madre sea el aspecto crucial para la resolución. En un final que es, básicamente, una inversión del que nos encontraremos en la primera ‘Expediente Warren’, en cuya segunda parte, además, hay un camisón rojo que también conecta visualmente con esta. El guion de Robert Clouse, quien el año siguiente estaría dirigiendo a Bruce Lee en ‘Operación Dragón’, canalizaba un interés en lo satánico de moda desde ‘La semilla del diablo’ (1968), pero también la trama de varias novelas de la época.
Terrores domésticos que, además de en el de Blatty, se encontraba en libros como ‘Harvest Home’ de Tom Tryon, que conocería una miniserie en 1978 y ‘Burnt Offerings’ de Robert Marasco, que también fue adaptada en ‘Pesadilla diabólica’ e inspiraría a Stephen King para su hit ‘El resplandor’. En cualquier caso, una literatura y películas que certificaban que el terror en los 70 circulaba sobre ansiedades domésticas y los enormes castillos góticos ya no eran necesarios, acentuando los elementos contemporáneos y la realidad social que acabaría convirtiéndose en el ambiente favorito de Spielberg: la suburbia.
Los trucos de terror del director están muy contenidos, lo más que vemos son un par de ojos brillantes, un toque sutil, un frasco de gelatina roja que brilla y se teletransporta sin que sepamos por qué, ruidos de bebé llorando y un planteamiento con lentes de ojo de pez para indicar que algo extraño está pasando. Una rareza curiosa que codifica muchos elementos de películas más populares posteriores y plantea a un director interesado por el género, cuya primera película multitudinaria era de terror con mayúsculas: la influyente ‘Tiburón’ (1975), con piezas de puro pánico y sustos en los que ya se desenvolvía perfectamente.
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