De no ser por Silvia Pinal, la cinta nunca hubiera llegado a América
La historia del cine está llena de episodios fascinantes y a menudo desconocidos, pero pocos son tan intrigantes como el que protagonizó una icónica actriz mexicana, que regresó de Europa a México con una copia de contrabando de una de las más controvertidas películas de Luis Buñuel en la maleta.
A inicios de los años 60, el director ya era una figura consagrada en el cine mundial, especialmente por sus primeras obras surrealistas como 'Un perro andaluz', pero también por su trabajo en México, donde realizó películas memorables como 'Los olvidados', cinta con la que creó un gran vínculo con la estrella del cine mexicano de la época: Silvia Pinal.
En 1960, con un viento de cambio en el régimen franquista y con la apertura de ideas que trajo la época, Buñuel regresó España para filmar 'Viridiana', una película que retaba las normas religiosas y morales impuestas por la dictadura. La película cuenta la historia de una joven novicia, interpretada por la mexicana Silvia Pinal, que decide abandonar el convento para vivir con su tío, pero termina involucrada en una serie de eventos que satirizan la religión, la caridad y las estructuras sociales de la época.
La película está cargada de simbolismo religioso subversivo, y tiene escenas tan provocativas como la famosa "Última Cena" protagonizada por mendigos o el utilizar una navaja como daga. Es decir, era una afrenta directa a los valores conservadores del régimen franquista y la institución católica, el gran aparato censor de la dictadura antes de la Ley Fraga de 1966.
De hecho, ante la censura de la época, el guion final se tuvo que cambiar, ya que la idea original del director, en la que Viridiana abandona sus ideales religiosos y parece rendirse a una relación con su primo Jorge y la sirvienta Ramona, se cambió por un simple juego de cartas entre tres, una decisión en la que se sugiere que los ideales espirituales de Viridiana son desmantelados y reemplazados por un pragmatismo que se inclina más hacia el deseo físico y la conveniencia social, sin dejar de lado la interpretación de una crítica a la represión sexual y la moralidad impuesta por la religión
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Silvia Pinal no solo fue la protagonista de 'Viridiana', sino también una pieza clave para que la película se hiciera realidad y sobreviviera a la censura. La relación entre Pinal y Buñuel surgió cuando la actriz, ya consagrada en la época del cine de oro mexicano, expresó su admiración por el director.
Su esposo en ese entonces, el productor Gustavo Alatriste, decidió financiar la película para que su esposa trabajara con Buñuel, y aunque en un principio el director se preguntaba sorprendido del por qué un empresario de la industria de los muebles decidiera invertir en una película no comercial, Silvia simplemente comentó: "es porque me ama", confirmó en una entrevista.
Cuando 'Viridiana' fue presentada en Cannes, ganó la prestigiosa Palma de Oro, el galardón más importante del festival. Sin embargo, su éxito internacional no pudo evitar que el régimen franquista reaccionara con furia. Las autoridades españolas no solo condenaron la película, sino que ordenaron su retirada de circulación y la destruyeron en territorio español, una ola de cancelación a la que El Vaticano también se sumó con su crítica, tildándola de "blasfema", como se leyó en su tiempo en L'Osservatore Romano.
En ese momento de crisis, Silvia Pinal se convirtió en heroína no solo de la película, sino de su preservación. Sabiendo que la obra estaba destinada a ser prohibida y probablemente destruida en España, Pinal tomó una decisión audaz: sacarla de contrabando hacia México.
Según ella misma comentó, aprovechó su regreso al país tras el Festival de Cannes para llevarse con ella una copia de la película, salvándola así del olvido que la censura franquista había planeado para ella:
Salí de Francia con el rollo de la película en una bolsa de plástico metida en la maleta. En España se llevaron la película a la finca la Companza de los Dominguín. Y aunque supuestamente desapareció, por diez años se quedó sin patria porque no se podía vender, porque no tenía derechos de importación de ningún país: se veía en sótanos y colinas. Después, con abogados de todo tipo, en México se consiguió la nacionalidad para la película.
Con el tiempo, Viridiana fue reconocida como una de las grandes obras maestras del cine, no solo por su calidad estética y narrativa, sino también por el contexto político y social que la rodea. Luis Buñuel, un cineasta cuya visión del mundo estaba en constante conflicto con las estructuras de poder, logró crear una película que desafió directamente al franquismo, y gracias a la valentía de Silvia Pinal, esa obra pudo llegar al público mundial.
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