El próximo 21 de julio llegará a nuestras salas de cine una de las películas que, sin duda, terminarán 2023 colándose entre las listas de lo mejor del año —y no me extrañaría que de la década—. Podría estarme refiriendo perfectamente a la 'Barbie' de Greta Gerwig, pero en esta ocasión voy a hablaros sobre la ansiada 'Oppenheimer' de Christopher Nolan.
Con extra de realismo, por favor
El cineasta británico, durante una conversación mantenida con Cillian Murphy —protagonista del filme— recogida por Entertainment Weekly, ha echado aún más carne en el asador de cara al lanzamiento dando algún que otro detalle interesantísimo sobre el proceso de rodaje. Una filmación que, según comenta, le hizo retroceder a tiempos pasados en términos prácticos y logísticos.
"El rodaje fue a toda velocidad y eficiente. Hoyte [Van Hoytema, director de fotografía] y yo, desde el punto de vista técnico, volvimos al punto de nuestras carreras en el que no teníamos Steadicam ni monitores en el set. Lo abordamos de un modo muy sencillo que nos dio una energía tremenda. Creo que encajó muy bien con la naturaleza del conjunto de la obra. Aunque Oppenheimer está en el centro de todo, teníamos un grupo de actores increíble que aportaban mucho, y realmente queríamos poder movernos rápido, dar el salto y capturar todo lo que se iba a crear".
Murphy, por su parte, no dudó en reverenciar a los actores y actrices que participaron en la producción; desde las grandes estrellas hasta a los extras más anónimos.
"Todos los días llegaban actores fenomenales, que son héroes para mí. Todos los días tenías que dar el máximo para trabajar con estas leyendas. Todo el mundo estaba increíblemente bien preparado. Cada actor, sin importar el tamaño de su papel o la importancia de su personaje en la historia, tenía un conocimiento profundísimo en el que podía apoyarse".
Y, entonces, el bueno de Nolan desveló una de las armas secretas de 'Oppenheimer'. Esta no es otra que el uso de científicos reales como extras en varias escenas del largometraje, que ayudaron a crear reacciones y conversaciones mucho más orgánicas y reales.
"Estaba pensando que incluso se aplicaba a los extras. Estábamos en el verdadero Los Álamos y teníamos muchos científicos reales como extras. Necesitábamos que la multitud reaccionara e improvisara, y estábamos obteniendo discursos espontáneos y muy cultos. Fue muy divertido escucharlos. Has estado en sets donde tienes muchos extras que más o menos piensan en el almuerzo. Estos tipos estaban pensando en las implicaciones geopolíticas de las armas nucleares y sabían mucho al respecto. De hecho, fue un gran recordatorio diario: tenemos que estar realmente en nuestro mejor momento, tenemos que ser fieles a la historia y saber en lo que estamos metidos".
Puede parecer un capricho o algo irrelevante, pero no cabe duda de que contar con personas relacionadas con el tema a tratar en una escena ayuda a dar ese añadido de realismo que tanto gusta al de Westminster. Y es que no todo se reduce a detonar réplicas de la bomba atómica para ofrecer un espectáculo visual a la altura; hasta el más pequeño detalle ayuda para enriquecer un proyecto o, al menos, para aumentar el hype de cara a su estreno. En un par de meses veremos si sobrevive a las expectativas.
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