En 2004, Mel Gibson creó una de las películas más polémicas de la historia (y, desde luego, de su filmografía): 'La pasión de Cristo' era un festín gore religioso que marcó época y fue un exitazo, recaudando más de 600 millones de dólares frente a los 30 que costó. Asombrados en el cine, el público cristiano se rindió a los pies de un director que incluso llegó a crear una versión con menos violencia para que los espectadores pudieran ir con sus familias. Y, mientras, en España, a José María Ruiz-Mateos se le ocurrió una idea.
Que te pego, Mel
Ruiz-Mateos fue, probablemente, el primer fenómeno viral de España y la antesala de los famosos "frikis" de 'Crónicas marcianas': el empresario de Rumasa aparecía vestido como Superman para amenazar a Miguel Boyer (al que ya había zurrado en público al grito de "¡Que te pego, leche!") y a la justicia. A inicios de los 90, recién salido de la cárcel y auto-erigido como presidente del Rayo Vallecano, abría las noticias, los cotilleos y la crónica social con cada una de sus ocurrencias. Toda España conocía a Ruiz-Mateos.
De hecho, unos años antes, en 1983, su historia de impagos y de catástrofe financiera ya había protagonizado un par de películas, 'La avispita Ruinasa' (donde Jesús Puente hacía de Ruíz Mateos acompañado de José Luis López Vázquez y José Sazatornil) y 'Los caraduros', protagonizada por tres banqueros llamados José María, Ruíz y Mateo. Incluso el famoso puñetazo fue parodiado por Mariano Ozores en 'Disparate nacional'. Pero la historia del empresario con el cine va mucho más allá de la simple parodia.
En 2004, Ruiz-Mateos, católico de estirpe, fue religiosamente (y nunca mejor dicho) a ver la película de Mel Gibson. Y, como cada vez que veía una película religiosa, tuvo la intuición de que se debería hacer una cinta igual de seria y sólida, pero sobre la Virgen María. Es más: ¿Por qué no ir directamente a la fuente y pedirle al actor y director estadounidense que la ruede? Dicho y hecho: el 19 de febrero de 2004, una semana antes del estreno, enviaron la primera carta a Gibson. A siete días del estreno estaba Mel Gibson como para leer propuestas, sí.
Ave María, cuándo serás mía
Cristina Figueroa, nuera del empresario, se quedó impactada después de visitar El Vaticano hace veinte años y decidió, nada más salir, hacer de enlace entre Mel Gibson y Ruiz-Mateos. No es que ella conociera de nada a Gibson, pero fue así, a porta gayola: "He propuesto hacerte llegar esta carta importante, significativa y urgente para nosotros". Increíble pero cierto. Después de presentar a su suegro a su manera ("Fue expropiado por el gobierno socialista español de una manera tremendamente injusta e inhumana"), llega la hora de hacer la propuesta. Y no tiene desperdicio.
La mayor ilusión de mi suegro es hacer una buena, completa y extraordinaria película sobre la Virgen María. La idea empezó hace muchos años y por motivos que van más allá de su voluntad nunca continuó, pero ahora lo está persiguiendo con todo su corazón y su deseo. (...) Como es nuestra primera experiencia en este tipo de aventuras estamos un poco desorientados en este enorme y desconocido mundo de hacer cine, pero creemos en que tú, más que en nadie, podemos creer. ¡TE NECESITAMOS!
Y ojo: a su manera, lo consiguieron: los Ruiz-Mateos se reunieron con varios colaboradores de sus películas. Para conseguir este hito, Figueroa tiró de conexiones con los Legionarios de Cristo hasta conseguir una reunión que acabó en nada (como todos sabemos). Eso no le impidió enviar una segunda carta a Gibson en septiembre rogando que hiciera caso a su película. A ver, qué le costaba.
Epístola de Ruiz-Mateos a Mel Gibson
"Querido Mel, primero nos gustaría pedirte disculpas por haber mostrado tanta determinación en conocerte, pero es difícil rendirse cuando crees en algo completamente". Así empezaba esta carta, de tan solo un folio, en la que indicaban que no deseaban tener beneficios con esta obra y estaban dispuestos, simplemente, a no perder dinero con su producción: "Si la película es tan exitosa como esperamos, estaríamos contentos simplemente recuperando nuestra inversión, todos los beneficios serían para ti". El final, en negrita y subrayado. Ojalá me lo estuviera inventando.
En la carta, además, le proponían una reunión en su casa de Somosaguas "para que puedas conocer y experimentar el ambiente de nuestra gran familia". Obviamente, Gibson no se acercó a Somosaguas en su vida, y la familia Ruiz-Mateos abandonó la intentona, centrándose en otro problema que precisaba más su atención: en 2005, un nuevo juicio condenó al patriarca por alzamiento de bienes y le metió tres años más en la cárcel.
José María Ruiz-Mateos falleció sin ver cómo su película sobre la Virgen María acababa llevándose a cabo, pero Mel Gibson sí ha vuelto al cine religioso con una secuela de 'La pasión de Cristo' que se llevaba macerando durante años. ¿Se habrá pasado por Somosaguas para hacerla en condiciones?
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