Amable y sin perder la sonrisa, Fernando Colomo nos recibe en lo alto del Teatro Cervantes, el corazón del Festival de Málaga, donde estos días estrena su último trabajo, 'Antes de la quema'.
Una película “de género fluido”, como él mismo denomina esta cinta que considera una amalgama de géneros a medio camino entre el thriller, el drama social y la ironía, en un intento de desetiquetarla como comedia. Una calificación de la que trata de desprenderse con ahínco, a pesar de la reacción del auditorio malagueño, que la recibía entre risas. Con el veterano cineasta, charlamos entre otras cosas sobre las etiquetas y sobre nuestro tiempo, a la vez que reflexionamos sobre su evolución en el cine.
- 'Antes de la quema' es un guión de Javier Jáuregui que inicialmente no estaba previsto como una película de Fernando Colomo, ¿cómo llegó a vincularse con este proyecto?
El guión lo descubre la productora, Beatriz De la Gándara, que estaba de jurado en un concurso de SGAE para jóvenes guionistas debutantes. Entonces se llamaba 'La quema', no tuvo ningún premio, pero Beatriz lo leyó y dijo “aquí hay una película”. Me lo pasó y al principio yo simplemente estaba ayudando a dar algunas notas de guión, como “script doctor”. Entonces eran comentarios del tipo “esto es muy largo o esto tendría que pasar antes”, y así estuvimos durante un par de años en los que el guionista trabajaba en sus ratos libres. Así hicimos como seis versiones, que ya nos parecían bastantes.
Luego ya me proponen dirigirlo yo y entonces ya me tengo que implicar más. Entonces empecé a trabajar más sobre la estructura y la parte de thriller. Le fuimos dando muchas vueltas a todo lo del atraco, el porqué y el cómo. Los personajes no los he tocado porque me parecían maravillosos y era lo que más me gustaba del guión, y determinadas secuencias están tal cual desde la primera versión, porque me parecía que estaban escritas con mucho arte.
"Siempre me ha gustado mucho mezclar géneros."
- ¿Los toques de comedia estaban ya en el guión o se han incorporado para hacer la película más tuya?
Fíjate, yo creo que directamente de comedia solamente hay los momentos de Selu y Jose Mari en el furgón.
- Pero el tono general de la película es de comedia...
Sí, el tono general es de comedia, pero no sé, de pronto tú ves un entierro, aunque sí que hay un pequeño chiste ahí. O sea, sí que es verdad que no he intentado cargar sobre el drama, pero tampoco he intentado huir de ello. Me parecía que había escenas que eran emotivas y que había que mantenerlas así. Sí que es verdad que en otras... por ejemplo, cuando participaban los chirigoteros, claro es que todos tenían una gracia... O sea, el Selu, Jose Mari, Javi Aguilera... Todo eso eran aportaciones suyas, que yo siempre intentaba que no rompieran la parte dramática o la parte del golpe, pero sí que me gustaban. A mí siempre me ha gustado mucho mezclar géneros. O sea, creo que he hecho pocas películas que sean puramente comedias o puramente musicales.
- Hablando de otras películas tuyas, me llama la atención la actualidad de una de los 80, 'La línea del cielo', que trata de un proceso migratorio de la juventud española, que de alguna manera recuerda al actual.
Ah sí, fíjate. Es la película que más me gusta. La gente que ha ido fuera siempre me decía “joe, esto me ha pasado a mí”. Fíjate, esa película está hecha con dos duros, con un equipo de 5 personas. O sea, era como un documental. Y toda la gente que sale no eran actores, nadie es actor salvo Resines, que en aquella época decía que no era.
- En comparación con 'Antes de la quema', aquella de los 80 me parece una película mucho más dramática, dentro de que hay toques de comedia. ¿Te sientes más cómodo ahora en este tono más cómico de tus últimas películas?
Yo creo que lo que entendemos por comedia es muy confuso y es muy amplio. Desgraciadamente, se entiende por comedia cosas muy evidentes y por eso la comedia está tan desprestigiada. Mi primera película, 'Tigres de papel', creíamos que era un dramón. Entonces, cuando la presentamos en San Sebastián, en el pase de prensa la gente se tronchaba. Y cuento esa anécdota que Carmen Maura me decía “Pero, ¿por qué se ríen?”.
- En el pase de hoy la gente también se reía mucho...
Sí, sí... se ríen más de lo que yo pensaba. O sea, ya te digo, hay pocos gags, hay pocos chistes. A mí no me gusta la comedia en la que lees el guión y dices “ah, qué divertida, tiene muchos chistes”. Yo siempre intento buscar cosas que sean de verdad. Es cierto que dentro de eso, mi punto de vista es un poco desde fuera y busco una ironía, busco distanciarme. Es una forma crítica también de verlo. Esta etiqueta de comedia no me gusta.
- Precisamente en este momento en el que ha habido muchísima crítica a otras personas que sí hacen abiertamente comedia, me gustaría preguntarte qué opinas sobre el debate actual sobre los límites del humor.
¿Te refieres a lo políticamente correcto?
- ¿Crees que se están blanqueando los contenidos para hacerlos más políticamente correctos?
Sí y yo creo que eso no es bueno. Porque con el tiempo se descubrirá que es una cosa un poco impostada. Yo veo ahora películas antiguas mías y digo “si éstas las estrenara ahora me pondrían a parir”. Por ejemplo, vi 'La mano negra' en televisión y pensé “espero que no la esté viendo mucha gente porque me van a poner a parir”. Es decir, se pierde libertad, se pierde espontaneidad. Sí, yo creo que se ha exagerado demasiado todo.
- Aplicado a tu propio cine, ¿es un tema que te da reparo o todavía te sientes “libre” para poder hacer humor a tu manera?
No me lo he planteado mucho y espero seguir no planteándomelo. Porque en el momento en que te lo plantees estás perdido. Yo creo en mi propia honestidad e intento en ese sentido no sobrepasarme de honestidad. Y bueno, es posible que en algún momento me pongan contra la pared.
"No te puedes tomar tan en serio los símbolos de la patria."
- Por poner un ejemplo reciente, el juicio a Dani Mateo. ¿Piensas que te podría llegar a pasar algo similar?
Sí, creo que sí. Creo que me puede llegar a pasar. De todas formas, como yo no busco la comedia directa... Es verdad que es otro tipo de comedia, que puede ser cojonuda, no estoy diciendo que no. A mí Dani Mateo me encanta. Me parece que tiene mucho valor y mucho mérito y me parece una barbaridad que lo crucifiquen por esto de la bandera, que es un gag. No te puedes tomar tan en serio los símbolos de la patria. Me parece cojonudo lo que hace Dani Mateo.
- Otro de los temas de actualidad es la construcción de los personajes femeninos, en 'Antes de la quema' hay dos a priori fuertes. Una de ellas, concretamente (Manuela Velasco), es conductora, como si llevara las riendas. ¿Es una decisión premeditada?
Sí, era la “driver”. Bueno, eso en las bandas existe. No es una decisión premeditada, ha salido así, estaba ya en el guión. No es una aportación mía y, sí, me gustaba que fuera una chica la conductora.
- El otro personaje, el de Maggie Civantos que representa una ex-convicta, quizá se pueda asemejar de alguna manera a otro personaje suyo anterior.
Fíjate, Maggie nunca había hecho de andaluza, o sea, para ella era algo nuevo. De hecho, mucha gente decía “¿Ah, pero Maggie Civantos es andaluza?”. La verdad es que no era fácil el casting. El papel de Maggie, por ejemplo, era muy difícil. De hecho, la elegimos y luego hubo un momento en que no pudo hacerlo, pero afortunadamente la película se retrasó. Entonces llamó en seguida diciendo “oye, si se retrasa, sí que puedo”. Estuvimos buscando otras actrices desconocidas y no acababa de funcionar. Maggie tiene ese punto que le da mucha verdad. Por eso te digo que hablando de comedia, Maggie lo hacía totalmente en serio. Manuela, igual. La secuencia de la discusión hacia el final a mí me parecía super dramática. La secuencia me gustó y Manuela ahí me sorprendió y le dije “cojonudo, Manuela, muy bien”.
- Pero aunque sea una secuencia muy dramática, el personaje protagonista masculino tiene una forma cómica peculiar de relativizarlo todo.
Claro, porque es gaditano. Es un tipo cuya vida es un desastre, es decir, su padre murió, su madre tiene alzheimer, la hermana está en el talego, se enamora de una delincuente... Es decir, su vida no le puede salir peor. Lo que pasa es que eso es en verdad propio del carácter de Cádiz, que lo relativizan todo mucho, es la forma de seguir adelante, de distanciarse y verlo todo un poco desde fuera. Entonces, en seguida hacen un chiste de la parte más dramática. Esto me lo enseñó Azcona, que escribí un guión con él, y me decía "mira, con esto del humor negro y tal, yo recuerdo siempre que cuando ibas a un funeral, muchas veces la gente estaba fingiendo. O sea, la gente adopta un rol, ahora toca el papel serio, luego toca el papel cachondo".
- Comentabas en rueda de prensa que uno de los atractivos de hacer esta película puramente gaditana es que te permitía huir de Madrid. ¿Dónde será la próxima?
Pues la próxima me temo que va a tener que ser en Madrid. Pero bueno, de vez en cuando una excepción...
- ¿Ya está en marcha?
No, no, no está ya en marcha, estamos empezando a escribir el guión.
- ¿De nuevo con guión propio?
Guión mío, sí, con un guionista joven porque ya necesito ayuda para retratar a la juventud porque eso es una historia de gente joven.
"Nunca intento hacer una película al gusto del público."
- Al hilo de ese comentario, y porque probablemente tu público ahora no es el mismo que el de tus primeras películas, ¿has hecho algún intento de adaptarte al gusto actual y a los tiempos?
No, la verdad es que no, porque yo también he cambiado. Yo creo que nunca intento hacer una película al gusto del público. O sea, intento hacer una película a mi gusto, pero pienso que tengo un gusto bastante normal, con lo cual digo “bueno, si esto me gusta a mí, yo creo que va a gustar a la gente”. Tampoco sé si va a gustar a la gente más joven o a la gente más mayor, sí que efectivamente yo vengo arrastrando un público que ya es el de mi edad, que ya son jubilados. Aunque, efectivamente, lo que descubro es que hay otra gente a la que también le gusta y que se puede apuntar al carro.
Crítica de 'Antes de la quema': un pasatiempo propio de una comedia de enredo
'Antes de la quema' cuenta la historia de un chirigotero de Cádiz (Salva Reina) que trata de sobrevivir al fuego cruzado de una vida miserable que se ve implicada en una propuesta ilegal desesperada de la que no tiene escapatoria. Con una madre demente y su hermana condenada por tráfico de drogas, Quique encuentra un trabajo precario como jardinero en la nueva planta incineradora de Cádiz, un ambicioso plan del Gobierno para deshacerse de los alijos incautados en sus operaciones en el Estrecho.
Una posición que convierte a Quique en blanco fácil para una banda de narcotraficantes que planea dar el golpe, robando los 100 kilos de droga que la incineradora custodia, esperando para la quema. Por supuesto, el plan no saldrá según lo esperado por una serie de embrollos provocados por el protagonista, al que se le torcerá todo lo que pueda salirle mal.
Una cinta de ambiente chirigotero más propia de otra época donde triunfaba la comedia de enredo y que a estas alturas poco parece aportar en el panorama cómico actual. Con una estructura convencional, su guión de manual construye una historia tragicómica basada en unos personajes arquetípicos que, aunque bien interpretados, resultan familiares y poco originales.
Con un tono general ligero, aunque con el trasfondo de un drama social enraizado en el sur español, la película recorre una serie de lugares comunes que la convierten en una historia liviana y de carácter “feel good”, que a pesar de sus buenas intenciones no consigue despegar más allá de un producto destinado a consumirse como pasatiempo.