Hace menos de un mes os hablaba de cinco directoras de ahora, cinco mujeres que están tomando el relevo en el cine internacional y conquistando festivales, público y crítica gracias a su particular estilo narrativo y estético y su forma de entender el cine. Hoy, me gustaría centrarme en otras cinco mujeres, aunque está vez se tratará de reputadas directoras de cine que son referentes del cine contemporáneo y admiradas por todos.
Como todas las listas son subjetivas, mi lista de cinco directoras veteranas está compuesta por mujeres cuyo trabajo me ha marcado y emocionado de una forma u otra. Francesas, españolas, norteamericanas y neozelandesas. Un bonito abanico internacional de cinco mujeres con una forma de entender el cine muy distinta, pero igual de apasionada y que en la actualidad, son referentes y su cine es estudiado en las escuelas.
Agnès Varda
Tiene 86 años y es la única mujer directora que perteneció a esa corriente cinematográfica surgida en Francia en los años 50 llamada la Nouvelle Vague y pionera del cine feminista. La llaman 'la abuela de la Nueva Ola' y es una todoterreno: fotógrafa, artista y cineasta. Viuda del también maestro Jacques Demy, cuya carrera la inspiró para dirigir títulos como 'Jacquot de Nantes' (id, 1991), 'Les Demoiselles ont eu 25 ans' (id, 1992) o 'Les plages d'Agnès' (id, 2008), su cine siempre ha sido muy personal, realista y cotidiano.
Sus títulos como 'Cleo de 5 a 7' ('Cléo de 5 à 7', 1962), 'Daguerréotypes' (id, 1975) o 'Los espigadores y la espigadora' ('Les glaneurs et la glaneuse', 2000), la convierten en una directora arriesgada, comprometida y con un muy curioso sentido del humor. Aunque su última película data de 2008, la directora belga no para y además de trabajar en diferentes instalaciones artísticas, se encarga de restaurar sus propias películas y las de su marido con su productora Ciné Tamaris. De hecho, aún están en la cartelera francesa su 'Sin techo ni ley' ('Sans toit ni loi', 1985) y 'Piel de asno' ('Peau d'âne', 1970) de su marido Jacques Demy.
Jane Campion
La neozelandesa Jane Campion es una de las directoras más reconocidas a nivel internacional: fue la segunda mujer —de cuatro— en estar nominada al Óscar como Mejor Director y la primera mujer en ganar la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes. Un reconocimiento que se ganó a pulso gracias a 'El Piano' ('The Piano', 1993), aquella sensible cinta sobre una pianista muda y su hija que terminó haciéndose con el Óscar al Mejor Guión Original y a la Mejor Actriz para Holly Hunter.
Aunque desde el estreno de su galardonada película su trabajos siempre ha tenido tantos defensores como detractores, lo cierto es que sus películas siempre han tenido una sensibilidad únicas. Entre sus títulos más recientes están 'Holy Smoke' (1999), 'En carne viva' ('In the Cut', 2003), 'Bright Star' (id, 2009) y la miniserie 'Top of the Lake' (id, 2013)
Kathryn Bigelow
En 2010, la estadounidense Kathryn Bigelow hacía historia al convertirse en la primera mujer en conseguir un Óscar a la Mejor Dirección por su película 'En tierra hostil' ('The Hurt Locker'), que también ganó el de Mejor Película. Su triunfo llegó después de una carrera un poco a la sombra de su ex marido James Cameron —que también optaba ese año al galardón por 'Avatar'—, aunque ella ya había intentado forjarse una carrera con títulos como 'Le llaman Bodhi' ('Pint Break', 1991) o 'El peso del agua' ('The Weight of Water', 2000).
Pero fue con su cinta sobre Irak, donde demostró su maestría. La brutalidad de 'En tierra hostil' conmovió a reputados críticos como el malogrado Roger Ebert que la describió como 'la mejor película de la década' y la ayudó a sacar adelante otro potente proyecto: 'La noche más oscura' ('Zero Dark Thirty', 2012), sobre la misión de capturar o matar a Osama bin Laden y por la que volvió a optar al Óscar.
Isabel Coixet
En los años 90 en España, comenzaron a aparecer un grupo de jóvenes directoras con las ideas muy claras y un universo narrativo muy particular. Una de esas mujeres era Isabel Coixet, que aunque su primer largo 'Demasiado viejo para morir joven' (1989) pasó desapercibido, su segunda y tercera película 'Cosas que nunca te dije' (1996) y 'A los que aman' la situaron como una de las grandes revelaciones del año. La primera, por estar rodada en inglés y en Estados Unidos, abriendo puertas internacionales con una película pequeña y por su retrato de la superación de una ruptura; y la segunda, por su fantástica ambientación.
Coixet se consolidó con la especial 'Mi vida sin mí' (2003), la emotiva historia sobre una mujer que hace cosas que nunca ha hecho antes de morir de un cáncer terminal y que protagonizó Sarah Polley. La película tuvo una enorme repercusión internacional, así como su siguiente trabajo 'La vida secreta de las palabras' (2005). A estas les siguieron 'Elegy' (2008), 'Mapa de los sonidos de Tokio' (2009), 'Ayer no termina nunca' (2013) y la recién estrenada 'Mi otro yo'. Unas más flojas que otras, pero siempre manteniendo la esencia de sus primeras películas.
Icíar Bollaín
Icíar Bollaín también pertenece a ese grupo de directoras que surgieron en España en los 90, aunque con un estilo totalmente diferente al de Isabel Coixet, ya que su cine siempre tuvo un carácter mucho más social y costumbrista —es pareja de Paul Laverty, guionista de Ken Loach, así que están hechos tal para cual—. Su primer trabajo, 'Hola, ¿estás sola?' (1995) era una refrescante comedia quepoco tendría que ver con su segundo largo, la película 'Flores de otro mundo' (1999), con la que ganó en la Semana de la Crítica de Cannes y se atisbaba su inclinación hacia el cine social.
Sería en 2003 cuando se consolidaría su carrera con un estremecedor y brutal relato sobre la violencia de género en 'Te doy mis ojos' y que, entre otras cosas, nos descubría lo que esa bestia de la interpretación llamada Luis Tosar podía llegar a conseguir. Le seguirían 'Mataharis' (2007), 'También la lluvia' (2010) y 'Katmandú, un espejo en el cielo' (2011), todas ellas comprometidas y con un fuerte carácter.
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