El estreno de ‘El hobbit: Un viaje inesperado‘ (The Hobbit: An Unexpected Journey, 2012) ha traído de nuevo a primera línea al famoso cuento de Tolkien, pero la película de Peter Jackson está lejos de ser su primera adaptación cinematográfica.
El vídeo que podéis ver al final del artículo incluye la primera versión de ‘El hobbit’ realizada por Gene Deitch en 1966. Apenas dura 12 minutos y se toma tales licencias con la obra original que hubiera sido recibida con muy malas formas si se estrenase por primera vez en la actualidad, algo a lo que también ayudaría bastante su singular apariencia. Sin embargo, hay una historia muy peculiar detrás de esta primera aproximación del séptimo arte a la obra de Tolkien.
Hay que remontarse a 1964 para encontrar el momento en el que William L. Snyder, productor especializado en cortometrajes animados – aunque fue también uno de los que estuvo detrás de la serie protagonizada por Popeye en los primeros años de esa década-, encomendó a Gene Deitch la tarea de llevar a cabo un largometraje basado en ‘El hobbit’. La obra de Tolkien aún no era un fenómeno mundial y lo cierto es que Deitch desconocía la existencia de ‘El señor de los anillos‘, por lo que se puso manos a la obra pensando que podía hacer todo cambio que creyera conveniente para amoldarlo a los gustos del Hollywood de la época.
Deitch decidió cambiar el nombre de varios personajes, alterar la dinámica de la historia e incluso introdujo el personaje de una princesa con la que Bilbo iba a acabar viviendo feliz y comiendo perdices tras la finalización de la misma. El problema es que fue entonces cuando descubrió ‘El señor de los anillos’ y vio que la historia que tenía que contar daba pie a una secuela, por lo que volvió sobre el guión, en el que también había colaborado un tal Bill Bernal, para hacer varios cambios encaminados en gran medida a la posible existencia de una segunda entrega.
Estamos ya a principios de 1966 y el guión estaba casi listo, pero Snyder pidió a Deitch que viajara hasta Estados Unidos debido al interés de 20th Century Fox en participar en la producción de la película. El plácido viaje en barco sirvió a Deitch para hacer unas últimas correcciones en el libreto, pero también para seguir dándole vueltas a la animación a emplear, ya que no dejaba de pensar que era una gran oportunidad para hacer algo a lo grande. El problema es que Snyder había aprovechado la espera para exigir una desorbitada cantidad de dinero a Fox, lo que hizo imposible cualquier tipo de acuerdo.
Todo indicaba que ‘El hobbit’ iba a ser otro de esos proyectos que acaban en nada, por lo que Deitch lo dejó de lado con pesar y se puso a trabajar en otros cortometrajes, pero un buen día todo cambió: Snyder lo llamó para pedirle que hiciera en apenas 30 días el cortometraje sin importar la calidad que pudiera tener. ¿A qué se debía tan súbito cambio de idea? Pues a que la pasión por Tolkien ya se había disparado y Snyder conseguiría retener los derechos de adaptación cinematográfica de ‘El señor de los anillos’ – ahora muy valorados- si tenía lista ‘El hobbit’ para el 30 de junio de 1966.
Pensaréis que como es posible que Snyder pudiera salirse con la suya de esa manera, pero en el fondo es algo bastante sencillo: Los representantes legales de Tolkien le habían malvendido los derechos de adaptación de sus novelas y el único requisito para mantenerla era el de hacer una película completamente en color de ‘El hobbit’. ¿Dónde está la trampa? No se fijó en ningún momento que tuviera que tener una duración mínima. El problema para Snyder es que sólo tenía un mes para hacerlo o los derechos revertirían en sus legítimos dueños, quienes estaban recibiendo ofertas astronómicas por los mismos.
Deitch no tuvo otra salida que aceptar el encargo de Snyder, ya que había firmado un contrato que básicamente le obligaba a ello, para el cual tenía que destruir por completo el guión en el que había estado trabajando durante casi dos años y rodar una especie de previsualización de toda la historia en apenas 12 minutos, contándolo todo desde el principio hasta el final, eso sí. Sin embargo, eso no quería decir que la tarea para Deitch fuese sencilla, ya que tuvo que trabajar contrarreloj para tener listo fuera lo que fuera, viajar a Nueva York y hacer al menos un pase con público.
Lo primero que hizo Deitch fue conseguir la ayuda del ilustrador checo Adolf Born para hacer un storyboard a toda prisa, trabajando en paralelo en algunos recursos visuales algo vetustos para que el cortometraje no fuese excesivamente rígido. Después solicitó la ayuda de Herb Lass, que trabajaba por aquel entonces en las emisiones en inglés de una radio checa, para grabar la voz en off y tomó prestada una cinta de Vaclav Lidl, un compositor amigo suyo, para incorporar algo música a ‘El hobbit’.
El 29 de junio de 1966, Gene Deitch llegaba a Nueva York con una copia el cortometraje lista para exhibirse en la pequeña sala en Manhattan que Snyder había reservado para ello. Tras un primer visionado por parte del productor, Deitch bajó a la calle para buscar gente que quisiera entrar a verla. Lo tuvo sencillo para conseguirlo, ya que él mismo daba a cada interesado los diez céntimos que costaba la entrada. No fueron muchos los espectadores que pudieron verla, pero todos ellos firmaron un papel diciendo que habían pagado una entrada por ver una película en color titulada ‘El hobbit’.
Snyder no tardó en enviar esa nota para retener los derechos de ‘El señor de los anillos’, los cuales vendió de inmediato por casi 100.000 dólares de la época. El cortometraje desapareció poco después – esa fue siempre la intención- y así permaneció durante más de cuatro décadas, pero ahora todo el mundo puede verlo y conocer la infame historia de la gestación de la primera versión cinematográfica de ‘El hobbit’.
Vía | Gene Deitch Credits
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 16 Comentarios