Por una puja cercana a los 35 millones de euros, TVE se ha hecho con los derechos de emisión del Campeonato Mundial de fútbol Qatar 2022, que se celebrará del 21 de noviembre al 18 de diciembre en el estado monárquico árabe.
Según ha adelantado en exclusiva VerTele, el ente público se ha impuesto a la subasta de Mediapro, que esperaba desembolsarse unos 50 millones de euros en la operación. Cifra a la que se habría acercado más TVE, superando a los grupos de televisiones privadas.
24 años sin mundiales en TVE
Así, TVE emitiría por primera vez un mundial de fútbol desde el de Francia 1998, el último que se vio en la pública. Ya Corea 2002 se emitiría por Vía Digital y Antena 3 (los obligados en abierto), Alemania 2006 se repartiría entre Canal+ y laSexta y desde 2010 el campeonato de la FIFA se ha estado retransmitiendo íntegramente en Mediaset.
Esta noticia se une al anuncio hace una semana de que La 1 emitirá la final de la Champions League que se celebrará, previsiblemente, el 28 de mayo en París, después de que la UEFA decidiese despojar a San Petersburgo del evento. Lo que podría indicar que la televisión pública está buscando como pueda el conseguir volver a ser competitiva.
RTVE y La 1 en concreto llevan unos años de capa caída. Ya no es solo el hecho de estar por detrás de Antena 3 y Telecinco, sino que ya no logra ser competencia de las cadenas privadas. Y en esta lucha por las audiencias es donde tiene sentido este desembolso.
La guerra del fútbol y sus inflados precios
Porque a nivel de rentabilidad, es un dinero público que cae en saco roto. Actualmente, los derechos del fútbol son prohibitivos (para comparar, los Juegos Olímpicos de Tokio fueron 60 millones de euro) y apenas logran ser compensados por los ingresos publicitarios en las cadenas en abierto, menos aún cuando solo puedes tener patrocinios como es el caso de la pública.
Pero es que tampoco salen muy rentables para la televisión de pago (Movistar Plus+) o servicios de suscripción como DAZN, que está anunciando a sus clientes una subida sustancial de la cuota que ríete tú de Netflix y sus subidas periódicas.
Volviendo a las audiencias, un evento deportivo de este calado es pan para hoy y hambre para mañana. Podrán ganar en espectadores, pero la retención es otra cosa. Con nueve meses por delante, ahora TVE tiene que esforzarse por presentar para finales de año una programación potente y bombardear de promos la emisión del mundial de tal manera que logren rascar y mantener algo del pico de audiencia que se avecina.
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