Vuelve la diversión con la exitosa segunda temporada de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'

Había muchas ganas de que volviesen. Luján y las nuevas parejas de madres e hijos con sus respectivos pretendientes y pretendientas ya están aquí. La sombra de la primera edición, tan divertida y exitosa, era alargada, pero tras visionar el primer episodio de esta segunda edición casi podemos afirmar que supera a la anterior.

Lo que no cabe duda es que en cuanto a audiencias ha arrasado. La noche desprovista de competencia, todo hay que decirlo, se lo puso fácil. Unos forenses de ‘CSI’ que demuestran que ya no rinden en el primer canal y unos romanos de ‘Imperium’ en caída libre no eran competencia, ni tampoco la vetusta película de La 1. Así ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?‘ pudo marcar un estupendo 14,1% de share con más de 2 millones de espectadores y liderar el prime time.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Buen casting: el paleto, Edipo, los mellizos…

En este primer episodio hemos visto la presentación de los hijos y sus madres, así como las primeras elecciones de candidatas, que no es poco. La verdad es que me pareció un poco largo, pero había mucho que contar para arrancar con tantos personajes y ya conocemos las duraciones que nos gastamos en España. Además, lo divertido que fue mereció la pena.

Lo primero que hay que destacar es el gran acierto de casting de esta edición, variado y tomando distancia de lo que ya vimos la temporada pasada. No hay ningún guaperas de libro a la vista, ni el mismo prototipo de gay, ni el madurito… otros perfiles. Y madres tremendas. Tenemos a Isidro, un paleto salao junto a su sentida madre; la casi incestuosa relación del príncipe azul Gabriel con su madre; Mary, la señora que intenta adaptarse a las moderneces de su hijo Pedro y se encanta con el señor de la tuna; los re-chonis Javier e Isabel; y por último Paqui con sus mellizos Álvaro y Luis Carlos con su particular competencia.

No tengo todavía una historia como clara favorita porque todas tienen sus pros y sus contras. De Isidro me gusta su madre pero no él, de Gabriel la relación que tiene con Toñi pero no con las candidatas (aunque ame a la china), a Pedro le veo demasiado calmado y me parece que va a haber menos dramaqueenismos en su reino de los que debería, Javier es un pesado aunque Isabel mola y los gemelos a veces son cargantes aunque sus peleas darán mucho juego. Todos tienen algo, desde luego, y eso es muy bueno.

Repite, y mejora, los aciertos de la temporada anterior

Además del casting, la segunda temporada de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ repite, y mejora, en dos aspectos que ya hicieron al programa grande en la temporada pasada: la edición y la banda sonora. Esos contraplanos de las madres poniendo caras ante las acciones de las candidatas, ese montaje con tanto ritmo y esa música… Oir la sintonía de ‘Juego de Tronos’ mientras vemos a Gabriel y Toñi es muy clarificador, y encajaron muy bien otras piezas como la banda sonora de ‘Mujeres Desesperadas’ o ‘Tiburón’, el reaggetton o la canción de ‘Aladdin’ en los momentos justos para hacernos reir.

-Me parece que es etéreo. -Hetero, mamá, qué coño etéreo.

Y qué momentos señores, y qué frases. El paleto que no sabía quién era Dalí, el drama de la madre porque su hijo rechazase a una que ya es madre, y esos “Tengo todas las lentejuelas clavadas en el culo”, “La cojo por el pelo y la enmoñeo”, “Me gusta el mundo latino pero sin pasarse” o el momento cumbre de la noche: “¿Cómo te voy a depilar el culo si te estoy haciendo la merienda?”. Brutales.

Porque aunque a ratos se le ve el cartón al programa, el guión, da igual por que nos divierte igual. El equipo de redacción hace una labor espléndida y, aunque se note a veces la mano del programa para crear conflicto, vemos que la mayoría de los momentos son reales. Yo diría que más de una candidata es actriz, pero los hijos y sus madres son bien originales. Y aunque haya partes, como los videos de presentación, en los que se note que están “actuando”, luego llega la hora de la verdad y sacan lo que tienen dentro. Sobre todo ellas, que ya no están para tonterías, oiga.

El sentido del humor es clave, adornado de exageración con ese recargado glamour hortera de limusina, palacete y vestidos de nochevieja. Es trash, es excesivo y es popular. Lo tiene todo. Y tiene a Luján Argüelles. Ay! Luján. Problablemente la mejor presentadora que pisa este país. Guapa como nunca, divertida como siempre y perfecta maestra de ceremonias.

¿Podemos pedirle algo más al programa? Que mantenga ese nivel, claro. Y que dure.

En ¡Vaya Tele! | ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’ vuelve este jueves con su nueva temporada

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