Durante seis semanas Risto Mejide se ha sentado a hablar con diversas personalidades del mundo de la política, deporte, comunicación o sociedad. Doce conversaciones, no entrevistas, en las que se ha invitado al espectador a asistir a esos encuentros marcados por la personalidad del publicista. El experimento de 'Viajando con Chester' ha perdido adeptos a lo largo que han transcurrido las semanas, pasando de superar la barrera de los dos millones de espectadores de su primera entrega a llegar a acercarse peligrosamente al millón de seguidores, unos datos que a Cuatro no le ha permitido fortalecer la franja del domingo por la noche.
En su contra, la solidez de 'Salvados', un programa que sigue moviendo a las masas tras la televisión cada semana y contra el que se ha dado de bruces 'Viajando con Chester'. Al final, Cuatro no ha podido hacer nada en su lucha por debilitar el programa de laSexta, después de intentarlo con varios productos diferentes en el pasado. Dentro de esta búsqueda, 'Viajando con Chester' aparece como uno de los programas más interesantes que ha estrenado la cadena de Mediaset en los últimos meses, sobre todo por apostar por una hora de conversación y diálogo sosegado con una amplia gama de personajes, una idea poco frecuente en la actual televisión.
Estas propuestas no han perdido el aporte de confrontación, en ocasiones demasiado buscado y forzado por el propio Risto, que desde primera hora no ha dudado en posicionarse contra aquellos que tienen unos perfiles más polémicos de cara al espectador. Lo vimos con Zapatero, con Cristina Cifuentes o con Oriol Junqueras y Ada Colau, estos dos últimos encargados de cerrar la primera temporada de 'Viajando con Chester' en el que el programa mejoró algo en número de espectadores. No es del todo negativo que el encargado de llevar la conversación se posicione y se moje en determinados asuntos, de hecho a veces se agradece, pero se han dado ocasiones en las que era inevitable pensar que Risto se erigía como el portador del bien y del mal, buscando, de manera algo forzada, la simpatía con el pensamiento mayoritario que podría tener la audiencia.
Es este aspecto, junto al protagonismo, en exceso a juicio de quien escribe, que ha tenido Risto en varias conversaciones, lo más negativo de 'Viajando con Chester', un programa que ha buscado convertirse en el 'Salvados' de Cuatro y que, por el camino, ha encontrado una propuesta diferente que ofrecer a la audiencia. Son estos espacios los que la cadena de Mediaset necesita para fortalecer y reencontrarse con los espectadores perdidos, sobre todo porque se trata de un tipo de programa que permite que Cuatro recupere parte de identidad y sello propio, un factor en el que anda perdido hoy en día.
Otro de los problemas de 'Viajando con Chester', como en cualquier espacio de entrevistas, se sitúa en la expectación que pueda causar los invitados que acudan a conversar con Risto, ya que no es lo mismo sentar en los cojines tapizados a Zapatero que a Loquillo, dos personajes que no tienen la misma repercusión para un programa de entrevistas a las 22:00 horas de un domingo. Quizá este sea uno de los factores que explica el descenso de audiencia que ha vivido 'Viajando con Chester' en tan solo seis entregas y uno de los que debe tener más en cuenta si quiere volver a causar expectación en futuras entregas.
Aún así, 'Viajando con Chester' se sitúa como uno de los mejores espacios estrenados recientemente y solo por las conversaciones con personas como Rosa Rodero o Sor Lucía Caram ha merecido la pena su paso por la televisión. Han sido las ocasiones en las que no existía polémica, o confrontación de opiniones mejor dicho, en las que Risto ha sacado lo mejor de quien se sentaba a su lado, a la vez de que otorgaba a la audiencia una experiencia televisiva que le permitiera reflexionar sobre los temas tratados en la conversación.
¿En busca de un nuevo horario?
Llegados a este punto, y valorando la debilidad con la que 'Viajando con Chester' ha terminado su primera temporada, es más que probable que Cuatro le busque una nueva ubicación de cara al futuro. Es inevitable pensar en el late night como hueco idóneo para este tipo de espacio, que podría encabezar al propio Risto como la persona que liderara la recuperación de Cuatro en esta franja. A fin de cuentas se trata de un horario muy adecuado para un programa de las características de 'Viajando con Chester', presentando novedad y resistencia en un horario que la cadena rellena como puede con espacios bien diferenciados.
Por temática, estilo y propuesta, Risto Mejide tiene posibilidades para encontrar en este horario la solidez que anda buscando con un formato que parece que le viene como anillo al dedo. Ya ha demostrado que puede ofrecer cosas muy interesantes derivadas de la sencillez de dos personas que se encuentran y pasan un tiempo juntas en torno a una charla. Porque, aunque 'Viajando con Chester' esté en constante cambio y con cada invitado se modifique de tapizado, música, estilismo o actitud, hemos aprendido a reencontrarnos en televisión con la grandeza de una conversación, un concepto simple y a la vez olvidado hoy en día en nuestra televisión.
En ¡Vaya tele! | 'Viajando con Chester', conversaciones interesantes y distentidas
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