La cuarta temporada de The Closer ha llegado a Cuatro los miércoles al filo de la medianoche, después de Cuestión de sexo, y sigue pasando injustamente desapercibida, mientras en Estados Unidos mantiene todos los veranos unos espectaculares datos de audiencia. A estas alturas de la serie, el factor sorpresa de la difícil adaptación de Brenda al Grupo Especial de Homicidios ya se ha pasado, y de hecho todos forman un equipo muy conjuntado. Así que hay que buscar otras cosas que mantengan el interés.
Pero a ‘The Closer’ no le cuesta mantener el interés, porque todos los personajes y sus pequeños detallitos no se agotan, y siempre encuentran nuevas formas de que los casos sean interesantes, de que no se pierda el sentido del humor y de que Brenda nunca abandone su adicción por el dulce. Y eso que la vida que la subjefa está a punto de dar un vuelco.
Las temporadas de la serie se estructuran alrededor de un tema común, que en esta cuarta es el poder en muchas de sus variantes. Resulta muy divertido, e interesante de ver, cómo una maniática del control como Brenda intenta escaquearse de la planificación de su boda con Fritz, renuente a ceder su pequeña parcela de independencia personal en su relación con el agente del FBI. Toda esa trama, que dura toda la temporada, nos trae de vuelta a los padres de Brenda, una garantía de diversión.
Casi todos los casos giran en torno a situaciones en las que alguien intenta imponer su poder sobre otra persona, ya sea en relaciones personales o profesionales, y de esa exploración del término no se librará la relación de Brenda con el jefe Pope y el comandante Taylor. El tono en algunas de las investigaciones es quizás más serio de lo habitual, pero siempre están por ahí Tao, Flynn y Provenza para aportar las notas de humor. De hecho, el propio Provenza dispondrá de todo un capítulo para él solo.
Es una lástima que ‘The Closer’ no goce en España del mismo éxito que en Estados Unidos, porque hay pocas series que consigan de una forma tan eficaz que su estrella principal no eclipse al resto del reparto, y sólo por ver los pequeños detalles entre ellos, que muestran mucho mejor el funcionamiento del equipo que cualguier parrafada de diálogo, merece la pena la serie. Además de que consiguen un par de episodios de los más divertidos de esta temporada.
En ¡Vaya Tele! | The Closer