Ante la demostración de despotismo de los miembros del jurado, con críticas gratuitas y comentarios rozando el insulto, se pueden mantener dos posturas: se están pasando en la persecución del espectáculo; o es que el mundo de las modelos es así y las chicas deben aprender a moverse en ese mundo.
Ninguna de las dos explicaciones me satisface. El espectáculo debe de tener un límite y si el límite se rebasa se convierte en caricatura. A estas alturas, a nadie se le escapan los intentos de hacer brotar la lágrima fácil y los abusos desproporcionados que buscan provocar un conflicto. Un buen programa de televisión debería de poder mantenerse sin estrategias tan burdas. Un insulto, dicho con clase y educación, sigue siendo un insulto. Por otro lado, si el mundo de la moda es así en realidad, un programa de televisión debería de aspirar a cambiarlo, a mejorarlo, en lugar de dedicarse a reforzarlo y a justificarlo de esta manera.
Da la sensación de que Cuatro ha decidido dar un paso más en la difusión del mal rollo. Si en Factor X eran tres jurados los que despotricaban de los candidatos y la fórmula les funcionó, ahora se aumenta el corrillo y se da carta blanca en Supermodelo 2007 a que hasta cinco personas critiquen sin piedad a las imprudentes candidatas, que se han metido ellas solitas en la boca del lobo. Como ya decían las Popstars, "todo por un sueño".
Vía | Blog de Supermodelo 2007 En ¡Vaya Tele! | Los casting de Supermodelo 2007