El pasado viernes Cuatro estrenó ‘Sex academy’, su nuevo coach que completa la oferta que estamos acostumbrados a ver en la cadena los viernes por la noche. ‘Sex academy’ sigue la estela que encontramos en ‘Ajuste de cuentas’, ‘Supernanny’ o ‘Hermano mayor’, pero aquí no son los apuros económicos o los niños problemáticos el centro del problema. Aquí los conflictos se derivan del sexo, connotación que dicho sea de paso llama la curiosidad de muchos espectadores, por lo que el estreno de ‘Sex academy‘ congregó a casi 800.000 espectadores, lo que supuso un 12,3% de share.
‘Sex academy’ lleva a cinco parejas con problemas sexuales a sentarse tras un pupitre y recibir clases de una sexóloga. El programa ha querido arrancar dejando claro que no entiende de tabúes y está dispuesto a poner sobre la mesa todas las dudas que surjan en las relaciones de aquellos que se han atrevido a participar en el programa. Punto positivo para Cuatro, aunque hay que reconocer que ‘Sex academy’ se podría ahorrar algunos de los momentos que nos provoca incomodidad y nos hace dudar de la credibilidad de lo que estamos viendo.
Si hay algo que rechazo de programas como ‘Hermano mayor’ son esas partes en las que el adolescente problemático de turno es grabado por un cámara en pleno arrebato. No lo rechazo por la situación en sí, sino porque me cuesta creer que esa sea la actitud real de una persona y que no está condicionada por el hecho de que haya una cámara de televisión delante. Algo así ocurre con ‘Sex academy’ sobre todo cuando se muestran las grabaciones que supuestamente realiza la pareja en la intimidad de su casa. Pretenden que el público se sienta identificado pero solo consigue que nos cuestionemos si realmente hay personas que se comportan así y si sus reacciones están marcadas siguiendo algunas directrices.
Algo que sí nos podían haber ahorrado son las demostraciones gráficas que se le invitan a realizar a las parejas. El programa consigue crear una mezcla de pena y vergüenza ajena al ver cómo las parejas ponen en práctica alguna de las posturas que llevan a cabo en la intimidad de su casa. No es mi propósito tener tabúes sobre algunos temas o provocar la censura de algunas escenas, pero no me gusta ver a parejas avergonzadas simulando las posturas sexuales que practican, y no puedo verlo como algo natural si ellos aún muestran recelos.
Por lo demás, ‘Sex academy’ se presenta como un nuevo programa para resolver dudas y conocer algún que otro dato curioso. El programa pierde una buenísima oportunidad al no mostrar a parejas más heterogéneas (puestos a romper tabúes se echa de menos, por ejemplo, una pareja de más edad u otra homosexual), ya que las cinco parejas de ‘Sex academy’ tienen rasgos muy comunes que no permiten explorar ciertos asuntos por lo que algunos espectadores también sentirán interés.
Por último, tenemos que agradecer que ‘Sex academy’ no tenga de presentadora a Nuria Roca, la primera candidata de Mediaset para presentar este coach. No veo yo a la presentadora en estas tesituras y prefiero que sea una sexóloga la encargada de conducir el espacio, aunque en más de una ocasión ponga en apuros a las valientes parejas que se han prestado a abrir la intimidad de su alcoba a la audiencia de Cuatro.
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