Estaba claro que algo tenía que cambiar en el formato de SOS Adolescentes en esta segunda temporada porque, al tratar con jóvenes que ven la tele, las irrupciones sorpresa de la psicóloga iban a perder gran parte de su fuerza. De alguna manera tenían que contrarrestar el hecho de que, al ser el programa conocido, los adolescentes objeto de terapia ya podían estar sobre aviso y predispuestos a no dejarse tratar.
La solución que se ha diseñado me parece buena. En esta segunda temporada, el enfoque dado al programa es más general y sale de las paredes de el domicilio. Se abordarán temas como el acoso escolar, el consumo de alcohol y todos los caballos de batalla propios de la edad. Para ello, la psicóloga dará, por ejemplo, charlas en los institutos de los jóvenes protagonistas del programa. Se ha dado más espacio también a las quejas de los jóvenes y se ha reforzado el elemento dramático ahondando en la responsabilidad de los padres. Ahora los padres compartirán dinámicas con los hijos y serán partícipes del problema, y no sólo víctimas.
El fin educativo del programa, no obstante, corre el riesgo de terminar siendo una retahíla de consejos morales poco efectivos. En el capítulo del viernes, por ejemplo, perdieron tiempo con una dinámica destinada a impulsar el hábito de lectura. Muy políticamente correcto, sí, pero poco efectivo visto que la iniciación a la lectura es un asunto educacional que requiere un amplio despliegue de medios y trabajo. En la charla sobre el acoso escolar, los rótulos acerca de cómo actuar en caso de ser testigos de acoso tienen muy buena voluntad, pero en la totalidad del programa pasan tan inadvertidos como la lista de ingredientes en los programas de cocina.
El programa sigue siendo entretenido y efectivo. Me sigue asombrando que algunos padres no se hagan responsables del mal ambiente familiar. Me alucina que la psicóloga se meta en casas desconocidas con adolescentes potencialmente agresivos y que no pase miedo. Las novedades planteadas pasan bastante inadvertidas, aunque son coherentes, y al final lo que esperamos todos es ver cómo el joven problemático de turno acaba dando besos tiernos como un corderito, y eso sigue ocurriendo.
En ¡Vaya Tele! | Hoy noche acerca de adolescentes en Cuatro