En la final del lunes de Fama se podía intuir un gran éxito de audiencia, adelantado en parte por los buenos datos de la final por parejas del domingo. Cuando esperábamos conocer el ganador (a eso de la 1:15), de repente nos encontramos con la sorpresa: el programa acaba y comienza otro sin ningún fallo de continuidad. La presentadora es la misma, el plató es el mismo, el programa es el mismo. ¿Qué consigue con esto Cuatro? Dos programas en lugar de uno situados entre los más vistos del día, uno de ellos, además, con un share espectacular: la primera parte de la final tuvo un 19% de cuota de pantalla y la segunda, de sólo media hora de duración durante la cual se anunció el ganador, un fantástico 31,7%.
Esta estrategia, en realidad, no es una novedad. Yo recuerdo haberla visto por primera vez en Salsa Rosa, aunque probablemente se hubiese hecho ya antes. También Fama la utilizaba en sus directos diarios. Se trata de dividir un programa de larga duración en dos partes, una de ellas más corta y centrada en el momento en el que se puede prever que habrá más espectadores pendientes. De esta forma, se consigue, con sólo una cabecera por medio, dos programas por el precio de uno con cuotas de pantalla muy altas.
Nos preguntábamos algunos de los editores de este blog si Cuatro había acertado en este caso utilizando esta técnica. Sí, ha conseguido dos programas con cuotas de pantalla buenísimas, una de ellas estratosférica en el late night pero, ¿qué habría ocurrido si la gala no se hubiese dividido? La cuota de pantalla del global se habría incrementado al añadirle los datos de audiencia de esa última parte. Si recordamos que la entrevista con el Presidente del Gobierno obtuvo también un 19% y CSI, un 20,7%, no sería raro suponer que el dato resultante hubiese sido superior incluso al de la serie de forenses. Probablemente Cuatro no esperaba que la final de Fama se quedara tan cerca de superar al resto de ofertas.
Bien es cierto que la duración de estos tres espacios es tan diferente que no hace comparables los datos de cuota de pantalla pero, promocionalmente, resulta muy atractivo poder vender que tu programa ha obtenido el mayor share del prime time. Puede que incluso más que vender un share espectacular, pero en el late night. ¿Vosotros qué pensáis de estas estrategias? ¿Creeis que Cuatro se equivocó?
En ¡Vaya Tele! | Zapatero y Fama le pisan los talones a CSI