A nadie pasó desapercibido este verano que en Cuatro, sobre todo durante la emisión de la serie Cinco hermanos, las pausas publicitarias se hicieron insoportables. Este gancho para retener a la audiencia es una estrategia publicitaria que ha inventado la cadena y que se llama "advergaming". Consiste en emitir cortinillas durante la emisión de los espacios para avisar de las pausas y en ofrecer "juegos" durante los anuncios para que el espectador aguante la publicidad.
El "advergaming" está siendo investigado por el Ministerio de Industria a raíz de unas denuncias de Telecinco y La Sexta, que acusan a Cuatro de vulnerar la normativa publicitaria estatal. La estrategia consiste en insertar más bloques publicitarios, hasta ocho, pero más breves, de unos siete anuncios, durante la emisión. Según Cuatro, la fuga de espectadores se redujo un 40%.
Según la normativa actual, las cadenas tienen poco margen de maniobra a la hora de emitir los imprescindibles cortes publicitarios y para sacarles el máximo beneficio tiene que optar por bloques largos de spots, lo que supone una pérdida de audiencia.
Sería de ilusos pedir a estas alturas que las cadenas dejasen de emitir publicidad, pero lo que no pueden pretender es hacer negocio y que los espectadores aguantemos el tirón como si nada. Lo interesante sería que empezasen a buscar fórmulas de financiación paralelas y dejasen de jugar con las emisiones, haciendo coincidir los cortes publicitarios y mutilando los programas para después lamentarse de los quebraderos de cabeza del negocio. A estas alturas no engañan a nadie: la televisión generalista es un anuncio larguísimo interrumpido por algún que otro programa.
Via | El Mundo