Estas Navidades, ver las películas de sobremesa de Cuatro ha sido como viajar en el tiempo de vuelta a los 80 y a esos fines de semana en los que, en lugar de las tv movies basadas en hechos reales y pobladas por vecinos psicópatas, hijos secretos y romances pastelosos, podíamos ver esas comedias juveniles protagonizadas por adolescentes un poco frikis y sus peripecias en el instituto. Mañana domingo, el revival será completo con uno de esos clásicos navideños (por la época en la que se solía emitir) que hace tiempo que no se ven en la tele en abierto: Los Goonies.
Las aventuras de Mickey y sus amigos tras el tesoro de Willie el Tuerto, además, precederán a otro título mítico de esa época que se emitirá justo después, Aterriza como puedas. Si unimos a eso la programación, ayer por la tarde, de De pelo en pecho y la emisión, hace ya unos cuantos días, de Karate Kid y Gremlins, esto ha sido una regresión a nuestra infancia completa. Lo cierto es que, desde que Cuatro empezó a funcionar, la recuoeración de viejos títulos ha sido una de sus constantes. Ahora mismo, por las mañanas se pueden ver Los Caballeros del Zodíaco y Bola de Dragón, y de madrugada se emite, por ejemplo, Juzgado de guardia. El revival de Pressing Catch, incluso con los capítulos actuales, le está dando a la cadena unos buenos resultados, así que no parece que esta estrategia sea contraproducente.
Por lo pronto, prefiero ver otra vez a Gordy diciendo aquello de "Me gusta la oscuridad... Pero odio la naturaleza" que soportar los cotilleos habituales de la sobremesa, de los que no podemos librarnos ni en fin de semana ni en Navidad. Estas películas son un entretenimiento seguro y, en el caso de Los Goonies, su sombra es mucho más larga de lo que puede parecer. Las aventuras de un grupo de chavales, hechas sin más pretensiones que las de hacer pasar un buen rato, se han convertido en míticas para toda una generación.
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