En 2014 llegaba 'Kingsman: Servicio secreto', la apuesta con la que Matthew Vaughn volvía a los personajes de cómic macarra de Mark Millar, a quien ya había adaptado la mucho más irregular 'Kick-Ass: Listo para machacar'. Cuatrocientos millones y tres años más tarde, el director volvía a presentar a sus personajes en una secuela, como mínimo, tan buena como la original: 'Kingsman: El círculo de oro', esta noche en Cuatro.
Pasado de rosca
Channing Tatum y Pedro Pascal de vaqueros. Jeff Bridges de jefe. Halle Berry de nerd con gafas. Julianne Moore como sociópata sonriente. Elton John. ¡Otra vez Colin Firth! 'Kingsman: El círculo de oro', es una secuela descomunal, desproporcionada y descarada. Escrita por Matthew Vaughn y Jane Goldman, basada en los personajes de Dave Gibbons y Mark Millar, la secuela de la entrañable comedia de acción y espionaje tenía una misión mucho más complicada que las asignadas a sus personajes: mantener el tipo.
Este segundo Kingsman (al tercero se lo está poniendo complicado la pandemia) pone toda su energía en ser estratosférica constantemente. El peaje que se pide por ese camino del exceso puede no resultar del gusto de todos los espectadores. Su intensidad y sus ganas de sorprender a cada momento son armas de doble filo con la capacidad de acabar con la paciencia de parte del público, aunque en realidad deberíamos aplaudir propuestas así. Pocas películas han sabido aferrarse a los mayores desvaríos del Bond de Roger Moore y bañarlos en salsa Worcestershire y chili con carne.
Por supuesto, esto es el trabajo de un niño grande. Su agente secreto joven y apuesto rodeado de figuras paternas varoniles y súper elegantes, princesas y una misión imposible para salvar al mundo. El verdadero mérito de la película reside en su innegable capacidad para contagiar al espectadorhttps://www.espinof.com/tag/robert-de-niro de buena onda y ganas de cachondeo. Vaughn tiene un talento innegable y muy buen ojo tanto en lo que hace como en lo que deja de hacer. Dejó la franquicia de X-Men cuando no le gustó lo que vio, no se comprometió con la (estupenda) secuela de Kick-Ass y siempre ha tenido un ojo excelente con los cástings. Ahí están Daniel Craig o Robert De Niro y los despegues de Aaron Taylor Johnson y Chloë Grace Moretz.
El británico ha recorrido un largo camino desde finales de los 90, cuando inició su carrera de la mano de Guy Ritchie, a quien Vaughn "abandonó" después del desastre de 'Barridos por la marea' junto con Madonna, para probar suerte en la dirección con 'Layer Cake (Crimen organizado)', que tiene mucho en común con los divertidos thrillers de su colega.
El corte original de la película tenía una duración de tres horas y cuarenta minutos, y desde Twentieth Century Fox incluso se preguntó a Vaughn si quería dividirla en dos películas separadas. Vaughn rechazó esa idea y redujo la película a dos horas y veintiún minutos, casi quince más que la película original. La secuela terminaría recaudando prácticamente lo mismo que la entrega anterior, apenas cuatro millones menos, pasando de 414 a 410 millones en todo el mundo.
La secuela de 'Kingsman: Servicio secreto', es una inagotable fuente de diversión donde uno no sabe qué destacar por encima del resto. Una polémica secuencia de contenido sexual bastante explícito marca de la casa, a una villana encarnada por Julianne Moore imitando al Lex Luthor de Gene Hackman o con el cachondeo de un Elton John que no se dejaba ver tanto en la pantalla desde 'Tommy'.
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