La quinta temporada de 'Granjero busca esposa' echó a andar hace unas semanas y es hora de que analicemos su regreso. Este reality siempre ha sido especial para los seguidores del formato. Ahora estamos curados de espantos con telerrealidad en la que todo es posible, pero, en 2008, cuando se estrenó, su naturaleza resultó más que llamativa.
Fue uno de los primeros programas de telerrealidad que apostaba claramente por el amor (teniendo en cuenta que es el tema principal y el tipo de trama más deseado de muchos de estos espacios) y debutó en un Cuatro que estaba en plena reconversión. Sus audiencias fueron notables y su repercusión social, máxima.
Una nueva oportunidad
Pero el paso del tiempo debilitó la fuerza bruta de espectadores con alma de casamenteros. En 2011, el programa decía adiós con una media del 7,2% del share y la duda de si volveríamos a verlo. Cinco años después, este espacio tiene una nueva oportunidad y, de momento, las cifras acompañan.
El pasado lunes alcancó el 9% de la audiencia y, lo que es casi más importante, superó a laSexta. 'Granjero busca esposa' nunca ha sido un programa fácil de producir por su propia naturaleza. No nos sirve "cualquier" candidato al que podamos caracterizar de freak, pagafantas, chulito de playa o todo al mismo tiempo. Los participantes son granjeros de verdad, con un trabajo real, y localizar a quien pueda dar juego mientras mantiene su esencia es de lo más complicado.
La sombra de los viceversos es alargada
'Mujeres y hombres y viceversa' es un espacio que también nació en 2008. Para quitar la razón a los que sólo piensan en el prime time y los horarios estelares, este programa de sobremesa ha demostrado no sólo su poderío a nivel de audiencias, sino también una influencia en el universo Mediaset que cada vez crece más.
Las sinergias entre los diferentes programas hacen que un concursante de 'Gran Hermano' pueda acabar en este programa y viceversa (nunca mejor dicho). Todos los espacios se construyen ahora con un ojo puesto en lo que puede dar de sí la carrera de ese participante mucho más allá de su primera aparición. Es decir, en su posible participación en otros formatos del grupo. Esto también se nota en un programa como 'Granjero busca esposa', a muchos concursantes nos los podemos imaginar, sin mucho esfuerzo, en otros formatos.
El pedal del acelerador
Otro rasgo que ha caracterizado a los realities de Cuatro como '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' ha sido un uso casi cómico del montaje en el que cualquier cosa que dijeran los concursantes, cualquier mirada y gesto se convertía en un partimiento de caja constante. De hecho, ese tipo de montaje fue muy aplaudido incluso para los que no eran muy partidarios de estos espacios.
Pero llegó un punto en que ese montaje era una verdadera locura y lo mismo nos daba que frente a la cámara hubiese un pretendiente, un perro con dos cabezas o un sandwich mixto, la cosificación del personaje era excesiva. En esta nueva edición de los granjeros, todo esto se ha suavizado, dejando más protagonismo a las verdaderas tramas que construyen los protagonistas. Eso sí, la frescura y naturalidad se siguen poniendo en entredicho. Y vosotros, ¿qué pensáis al respecto?
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