Después de más de tres meses de entradas y salidas continuas de concursantes, Fama ¡A bailar! el éxito de audiencia de la temporada, ha confirmado por fin que los bailarines que se encuentran ahora mismo en la escuela son los definitivos. Ya no habrá más concursantes, ni nuevos ni antiguos expulsados. Es decir, casi cien días después de que comenzara el concurso (sin contar los castings), el programa se encuentra exactamente en el mismo punto en que estaba el día 7 de enero.
Nos sorprendimos cuando empezamos a ver que nuevas parejas entraban en la escuela para sustituir a las expulsadas, pero Cuatro siempre se guardó ese as en la manga y nunca confirmó cuántos concursantes más entrarían, confiando en explotar al máximo su nueva gallina de los huevos de oro. Eso ha llevado a una situación curiosa: haciendo un cálculo rápido y suponiendo que renuncien a estirar más el programa y que la mecánica de expulsiones siga como hasta ahora, al concurso le quedan al menos dos meses más hasta llegar a una hipotética final con seis concursantes. En otras palabras, este reality tendrá una duración total de al menos cinco meses y medio. Ni Operación Triunfo ni Gran Hermano en sus ediciones más exitosas han durado más de tres meses o tres meses y medio. Y es que, en este tipo de programas hay que tener en cuenta otras cosas además de su capacidad para mantener las audiencias altas. No se puede olvidar que hay un número de concursantes que van a pasarse medio año encerrados en una casa y con un trabajo diario de una gran exigencia física, además de una gala diaria de más de dos horas en directo. Con las cosas así no me sorprendería que empezáramos a ver crisis nerviosas.
Pero claro, para Cuatro esto tiene otras ventajas: ahora que ha descubierto el filón de los realities de sobremesa y parece que pretende continuar su éxito en ese horario con Supermodelo 2008, la cadena, si consigue estirar éste último lo suficiente, puede acabar encadenando los dos realities y ofreciendo una sesión continua de Fama-Supermodelo año tras año. Y eso sin contar el comentado spinoff de Fama para niños, Fama School. En fin, creo que hemos asistido a la explotación máxima de un producto televisivo que funciona.
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