Jason Statham estaba llamado a hacer grandes cosas en el cine de acción tras el éxito de 'Transporter', pero a la hora de la verdad Hollywood nunca llegó a apostar a lo grande por él. 'Crank: Veneno en la sangre' debía haber sido la película con la que empezara a petarlo a lo grande, pero no lo consiguió pese a ser un cinta tan disparatada como entretenida.
La propia premisa de 'Crank: Veneno en la sangre' deja bien claro lo que nos espera, ya que el asesino a sueldo interpretado por Statham ha sido envenenado y solo puede evitar su muerte consiguiendo que su pulso cardíaco no decaiga. Eso le lleva a buscar todo tipo de situaciones que disparen su adrenalina para poder seguir adelante en un espectáculo delirante que Cuatro recupera esta noche a partir de las 22:00.
A por todas desde el principio
'Crank: Veneno en la sangre' es una película que va a por todas desde el primer momento y apenas puede permitirse dar mínimos respiros tanto al espectador como a su protagonista. Eso deriva en un tratamiento extremo de la puesta en escena de Mark Neveldine y Brian Taylor para que todo en ella vaya siempre hacia delante.
Ahí uno no puede esperar un guion especialmente conseguido, pero el libreto firmado también por Neveldine y Taylor sienta unas bases sencillas en lo que no deja de ser una huida hacia delante en la que cualquier cosa vale para que Chev Chelios pueda al menos vengarse de quien le ha condenado a la muerte.
A partir de ahí hay dos formas de enfrentarse a la película, verla como una estupidez a la que se pueden poner de todo tipo, desde el machismo que desprende en su tratamiento de los personajes femeninos hasta lo conveniente que resultan algunas soluciones argumentales para que el protagonista no estire la pata antes de tiempo o dejarse llevar por el festival de excesos que propone.
Para que pueda suceder lo segundo resulta esencial la aportación de un Statham derrochando carisma y defendiendo con plena confianza algunos diálogos bastante peculiares. Personalmente, hubiese preferido que se apostase más por el humor, ya que es cierto que 'Crank: Veneno en la sangre' puede resultar muy divertida en algunas escenas, pero no es algo que busque de forma tan pronunciada como sí haría apenas un año después la estupenda 'Shoot Em Up'.
Otro factor clave es lo desatada que resulta abordando la acción. 'Crank: Veneno en la sangre' sabe muy bien lo loco que es lo que está contando y lo potencia al máximo. Es una película para fliparse y que hace todo lo que está en su mano para fomentarlo. Es cierto que antes de su, en todos los sentidos, increíble tramo final hay un pequeño bache de interés, pero nada tan grave como para que uno desconecte.
'Crank: Veneno en la sangre' funcionó en taquilla pero no fue ningún bombazo, ya que costó 12 millones de dólares y recaudó 42 millones en su paso por los cines. Suficiente para que apenas tres años después nos llegase una secuela, pero no para que Hollywood confiase a Statham una auténtica superproducción.
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