Empezamos a acostumbrarnos a que los reportajes de Callejeros levanten ampollas entre los vecinos de los barrios y zonas que visitan con la cámara. La principal acusación que se hace al programa es la de mostrar un parte de la realidad, la porción quizá más marginal, de barrios y zonas en los que abunda la normalidad.
El argumento contrario suele expresar que esa normalidad no vende en televisión y que hablamos de reportajes, no de documentales. No obstante, empiezan a ser recurrentes en los reportajes del Callejeros el refuerzo al estereotipo de los gitanos y la venta de drogas en zonas marginales. Pero eso sólo molesta dependiendo de lo que el espectador espera ver.
Esta semana, el reportaje sobre el Cabanyal de Valencia ya ha generado reacciones contrarias en las que se expresa disconformidad con la imagen que se ha ofrecido del barrio. En este caso, aún aceptando que la perspectiva empleada sea válida, había otra perspectiva que también podría haber resultado de interés al espectador y que se centra en la lucha que los vecinos han emprendido en contra de los planes urbanísticos del Ayuntamiento.
Así, no está mal que en Callejeros ofrezcan la visión no única de la marginalidad de los entornos, pero sí es cuestionable el por qué eligen ofrecer esa mirada en lugar de otra más constructiva. Resumirlo todo en datos de audiencia puede ser simplista, teniendo en cuenta que el programa presume de ofrecer realidades distintas que nadie ve pero al final a menudo cae en la recreación de la marginalidad y la delincuencia.
Vía | Testigo Accidental Más información | Plataforma Salvemos El Cabanyal, El Cabanyal, un barrio amenazado (vídeo). En ¡Vaya Tele! | Callejeros, ¿toda la verdad y nada más que la verdad?