Cuatro ha vuelto a confiar en Ajuste de Cuentas, uno de los coachings que mejor le funcionaron la temporada pasada y, de momento, su regreso le ha funcionado. En el primer programa de este nuevo curso, el programa se situó a sólo dos décimas del 11% de share, casi dos puntos más que en su estreno del año pasado. En total, 1.754.000 espectadores se reencontraron con los magos de las finanzas caseras de Cuatro, que supieron vender su regreso.
Porque, en tiempos de crisis, Ajuste de Cuentas se presentó durante toda la semana como el programa indicado para sobrevivir a lo que nos espera por delante. Cuatro quiso darle más empaque al regreso del programa haciendo que encabezara un especial sobre la situación económica y la estrategia le funcionó: ¿Quién paga la crisis? se ganó el 12,8%.
La verdad es que yo no soy tan apasionado defensor de Ajuste de Cuentas como mi compañera Ruth, pero sí me parece un programa muy digno. Cierto que a veces coquetea en exceso con el reality puro y duro y que algunas de las muchas lágrimas que muestran se las podían ahorrar. El espectador entiende perfectamente lo crítico de la situación de las familias sin necesidad de que se lo subrayen continuamente. Esos excesos los compensa con un puñado de soluciones que, sin ser la panacea, sí que demuestran que se puede aprender algo de él. Sin ir más lejos, el pasado viernes el equipo de Vicens Castellano enseñó unas cuantas estrategias interesantes para negociar con un banco cuando tienes todas las de perder y fue de esas cosas que merecen la pena. A ver cómo aguanta el tirón y cuánto le dura el reclamo de la crisis.
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