No son pocas las series que se han dedicado al mundo del crimen organizado en los últimos años. Una de las favoritas del público fue ‘Narcos’ (2015-), que explora la realidad interna de los cárteles de la droga en Sudamérica. ‘Zerozerozero’, de Amazon Prime, podría ser una más de tantas, pero la diferencia es que viene con el sello de Stefano Sollima, hijo del mítico director de cine bis italiano Sergio Sollima, algo que tiene más importancia de lo que parece.
Para completar el sello de garantía, la serie se basa en el libro de Roberto Saviano, ‘ZeroZeroZero’, una especie de continuación espiritual de su trabajo en ‘Gomorra’, que se adaptó tanto en un film como en una exitosa serie, que marcan bastante del tono de esta nueva visión del mundo del tráfico de drogas, ahora con su escala ampliada, para cubrir las conexiones entre México y el sindicato italiano del crimen organizado conocido como 'Ndrangheta.
Una visión poliédrica del mundo del narcotráfico
Adaptado por Stefano Sollima, Leonardo Fasoli y Mauricio Katz, el libro tiene aquí caras concretas para cada facción. Adriano Chiaramida interpreta a Don Minu, un anciano jefe de 'Ndrangheta cuya capacidad para mantener el poder puede depender de un fuerte cargamento de cocaína que llega de México. Allí, Manuel (Harold Torres), un soldado del ejército mexicano encargado de destruir la infraestructura local corrupta, representa el equivalente al futuro cártel real de los Zetas, un grupo integrado por desertores militares que sembró el terror desde 1999.
Los terceros en discordia son los transportistas de la mercancía, una familia naviera afincada en Nueva Orleans, liderados por el Edward (Gabriel Byrne), padre de Emma (Andrea Riseborough), y Chris (Dane DeHaan) que se verán inesperadamente empujados dentro de la refriega. Un tapiz de múltiples niveles que explora los entresijos del mundo de los narcóticos —la cocaína es el centro—, dejando espacio para a un análisis periférico de arriba hacia abajo sobre las consecuencias en los procesos de producción, distribución y consumo.
'ZeroZeroZero' es una apuesta fuerte de Amazon, y aunque no sea tan revolucionario como podría dar a entender su enfoque con múltiples historias en varios continentes y docenas de personajes que hablan varios idiomas, la familiaridad con el género le puede quitar frescura, pero no por ello el resultado no es menos impresionante. La escala de la acción no solo es ciclópea por lo geográfico, sino por el ojo panorámico de Sollima, que abre el campo de visión en todos los frentes para rodar tanto el espacio como a sus protagonistas.
De la escala internacional a la intimidad de la familia
Además de ir desgranando con la acción, todos los pasos del proceso, de una forma didáctica y casi documental, la serie logra penetrar en los conflictos de los personajes principales, creando una historia sólida para cada uno, que, de alguna manera, independientemente de sus conexiones, también tiene relación con la de los demás. El poder y la posición, el respeto y el miedo son los temas que logra retratar a lo largo de un camino lleno de violencia e imágenes de pura pesadilla. Un horror que construye un motor por el que circula muchísimo dinero.
Quizá el mayor problema de la adaptación es que no haya logrado incluir los puntos más polémicos del libro de Saviano, las conexiones de esa microeconomía oculta con la superficie, la política y el sistema, pero quizá habría necesitado de más capítulos, y uno de las fortalezas de 'ZeroZeroZero' es, precisamente, su concisión. Con lo que cuenta otras series podrían rellenar tres temporadas, pero el coguionista y codirector lo condensa en ocho vibrantes capítulos que, aunque suene ya manido y se tienda a sobreutilizar, es de los casos en los que parece una película de 7 horas.
Sollima comparte dirección con Janus Metz y Pablo Trapero, pero el tono general parece de una de sus películas. Por una parte añade su conocimiento de la mafia italiana y su forma de tratarlo en ‘Suburra’ (2015) y por otro lado, el arco de México parece salido en forma y fondo de su tremenda ‘Sicario: el día del soldado’ (2018). Rodada en Italia, México, Senegal y Marruecos, la parte que transcurre en África es tan inesperada como espectacular, llevando a la serie casi al terreno del cine de aventuras o bélico.
Un fresco sobre la contienda de poder llena de acción y muerte
En cada episodio hay una acumulación de planos que quitan el aliento, uno tras otro, desde la belleza natural de la costa de Calabria, el desierto o la escala industrial de patio de embarque lleno de contenedores, evitando los filtros de fotografía usados en ‘Traffic’ (2000) o la serie 'Narcos' (2015-) y acompañando el conjunto con una partitura nada menos que de Mogwai, que añade notas inquietantes que añaden nihilismo a un retrato que no da ni un solo paso hacia la luz para mostrar algo que no sea devastador.
La línea argumental más impactante de 'ZeroZeroZero' es la de Manuel y sus vampiros, pero la forma en la que se cierran todos los flecos y se conectan entre ellos roza la perfección, mostrando un fresco en el que nada ha cambiado, pese a que la nueva configuración y distribución de poderes es diferente. A destacar los últimos cinco minutos de la serie, que navegan entre el puro horror y una turbia escala de grises que certifican la recompensa más satisfactoria para un viaje a las tinieblas despiadado, cruel y memorable.
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