Se estrena en cines españoles el documental ‘Zappa’, un nuevo acercamiento la extensa carrera musical del mítico artista Frank Zappa tras el intento previo ‘Frank Zappa en sus propias palabras’ (Eat That Question: Frank Zappa in His Own Words, 2016) de Thorsten Schütte, que complementa a aquel dándole una nueva dimensión a través de entrevistas, pero explorando su vida privada desde una perspectiva completamente inédita.
Mucho más completo y complejo que el anterior, el nuevo enfoque ha sido posible gracias al acceso ilimitado al legado de la familia Zappa y a todas las imágenes y grabaciones del inabarcable archivo del músico – el documental se abre con el propio artista llevándonos por el almacén en donde archiva su imposible registro de música y vídeo–, lo que hace que el acercamiento a su vida y obra sea casi exclusivamente a base de material audiovisual de una calidad pristina, incluso en las grabaciones de conciertos de pequeñas salas.
Uno de los mejores documentales musicales del siglo
No deja de ser gracioso que el documental haya sido dirigido por Alex Winter, o Bill, el compañero de Keanu Reeves en la muy rockera saga de aventuras de Bill y Ted, que ahora se dedica a dirigir piezas como esta o ‘Deep Web’ (2015), un perturbador estudio sobre la ídem con el que ha conseguido un estatus de prestigio en el formato, siendo este biopic un trabajo que excede la categoría de recorrido musical y se presenta casi como una tesis, un estudio profundo y caleidoscópico sobre una de las personalidades más insondables de la cultura del siglo XX.
Winter incluye entrevistas con Gail Zappa, viuda de Zappa, así como con varios de sus esforzados colaboradores musicales como Mike Keneally, Ian Underwood, Steve Vai, Pamela Des Barres, Bunk Gardner, David Harrington, Scott Thunes, Ruth Underwood o Ray White. Pero el material más importante son las horas y horas de contenido (también entrevistas nunca antes escuchadas con otros periodistas) que nunca habían visto la luz del día y que han conformado gran parte del trabajo previo, y no, no solo verlo y seleccionarlo.
Tras contactar con su viuda, se pusieron a trabajar de inmediato en 2015 para preservar el material del almacén, solo lo cual ya tomó dos años de trabajo y mucho dinero. Incluso la mujer murió poco después de comenzar el proceso, con lo que las entrevistas que vemos son ya de un primer contacto hace siete años. Un proyecto de largo recorrido que tiene sus frutos, descubriendo de primera mano la vocación creativa de Zappa desde muy pequeño. Aprendió a editar a los 6 años.
Facetas inéditas de un enigma con guitarra
Sus películas juveniles eran ediciones caseras que hacía con sus hermanos o imágenes de la boda de sus padres mezcladas con películas de Godzilla y serie B de los 50 en un efecto no muy distinto que lo que cineastas experimentales como Stan Brakhage hacían en el momento, y estas primeras revelaciones hacen que su carrera tome un cariz multidisciplinar que el documental explora y ensalza sobre su mera carrera discográfica, que cualquier mortal consideraría inalcanzable.
Zappa vio publicados 62 álbumes en su vida, pero tras su muerte se han editado la friolera de 53. Una abrumadora variedad que ya solo en su cantidad podría hacer perder de vista los objetivos de la pieza, que es contar una historia con carácter propio, para lo que Winter organiza de manera experta el material para cubrir las muy variadas facetas de la vida del artista: el genio compositor loco, el virtuoso de la guitarra eléctrica de blues, dadaísta, satírico, surrealista…
Cubre su faceta provocadora, al mismo tiempo que su compromiso político por la libertad de expresión en la época de Tipper Gore, cineasta, director junto al mago stop motion Bruce Bickford, comediante en el SNL, gurú underground en los 60 y 70, el hombre de familia cuando su trabajo le permitía y hasta el director de la Orquesta Sinfónica de Londres, todo se entreteje en un retrato que busca la plasmación de cómo puede verse a un hombre totalmente libre de ataduras, concesiones o cualquier amenaza a su integridad más trasparente.
Caos multidisciplinar controlado
Una utopía que el de Baltimore no logró de buenas a primeras, y muchas veces sus performances y ritmo de trabajo y exigencia a The Mothers of Invention era tal que no quiso comprometer en su aventura a personas a las que no podía pagar correctamente. Como George A. Romero en el cine, Zappa no comprometía su forma de ver el arte, y esto es quizá lo más doloroso de comprobar, puesto que su trabajo sinfónico estaba demasiado alejado de las convenciones clásicas como para que pudiera sacar adelante sus piezas con una orquesta de verdad.
Iba más rápido que sus estudiosos y solo al final de su vida puede atisbarse cómo finalmente se acercaba a la absoluta vanguardia musical sin renunciar a su concepción del show, que iba desde dar la espalda a su público o performances propias del teatro del pánico. Eran propuestas bastante radicales para un músico pop, que conectaba quizá con personalidades como Fernando Arrabal, Miles Davis o Andy Kaufman. El documental acaba con su último concierto, que muestra su interacción con el público, los músicos e incluso actores que recoge el espíritu Zappa en un vistazo.
En su investigación, Winter descubre que hay varias clásicas sin publicar e incluso una banda sonora que hizo para la película ‘La mosca’ (The Fly, 1986) la película de David Cronenberg, sin que este lo supiera, con sampleos de sonidos de moscas. Uno de los muchos matices al enigma sin solución de Zappa, quien era una personalidad diferente para cada persona con la que se relacionaba, incluso quienes tocaron con él durante 20 años, seguros de conocerle, chocan con la visión de otros “expertos”.
Un acercamiento inusual a un genio inimitable
Muchas posturas divagan sobre si realmente quería o no ser un músico de rock, demandando que le tomaran en serio como compositor clásico, pero el documental rechaza esa teoría mostrando que todas sus facetas son sus expresiones conscientes y no iban encaminadas a lograr un objetivo particular. Puede que lo más difícil de comprender es cómo ese trabajo polifacético se conjuga con la persona, evitando quedarse en la postura irreverente, tratando de conectar con su vida interior y su vida emocional.
Su sentido del humor, su carisma y su cuestionable adicción al trabajo van más allá del dibujo del genio loco y presenta a un hombre con las ideas tan claras que en ocasiones resulta intimidante. A veces podemos afrontar al personaje con sus miradas o sus contestaciones en entrevistas, y a veces no se percibe el mamotrético trabajo de edición tanto de imágenes como del sonido, cuyo diseño de audio, sacado siempre del trabajo del músico, es a veces tan sutil que tan solo complementa silencios de forma totalmente camuflada.
Da igual si te gusta su música o no, ‘Zappa’ te adentra en un universo absorbente, el mundo que crece alrededor de un creador más allá de la idea del rockero, un iconoclasta que no busca serlo, sino que es la pura expresión de la anarquía, el peligro y la excelencia. Quizá un extraterrestre, quizá un humano al que no le llegaba el cuerpo de un humano para hacer realidad sus ideas, todo un viaje sin retorno que deja la impresión de que dos horas no llegan para tratar de entenderlo, pero sí consiguen ordenar las directrices clave para aprender a intentarlo.
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