Hay varios tics dentro del cine independiente americano que se repiten tan a menudo que pueden llegar a ser irritantes. Una de las cosas más comunes es arriesgar en el retrato inicial del protagonista, al cual permiten hacer cosas que serían censurables para algunos. El problema es que también es habitual que la cobardía acabe apoderándose del guionista y dicho personaje sufra una transformación para acomodarse más a los esquemas habituales del cine comercial. Otro punto habitual es la aparición de algún secundario que llama especialmente la atención, el cual no es raro que sea interpretado por alguna gran estrella que busca relanzar su carrera o simplemente alejarse un poco de la asfixiante exigencia de las grandes producciones de USA. Esto que digo también sirve para algunas comedias (‘Mal ejemplo’, ‘Carta blanca’, etc.), en las cuales se hace especial hincapié en los apuntes negativos de los protagonistas en los minutos iniciales para que luego acaben consiguiendo una redención con el objetivo, imagino, de conseguir el innecesario perdón del espectador por su actitud previa.
La pega de ese modelo es que llega un punto en el que a ver que se empieza a dar mucho bombo a una producción indie por su carácter transgresor no queda otra que sospechar: ¿Volverán a intentar colármela con algo que empieza muy bien para luego ir desinflándose por no ser capaz de llevar hasta las últimas consecuencias su propuesta? Ese temor era lo que marcaba cualquier expectativa que se pudiera tener hacia ‘Young Adult’, otra de las olvidadas en las nominaciones de los Oscar, el último vehículo para el lucimiento interpretativo de Charlize Theron. Y una vez vista, la cuestión es ¿estamos ante otro timo o sabe jugar con los elementos a su disposición para mostrar una evolución coherente de su singular protagonista?
Uno de los supuestos grandes atractivos de ‘Young Adult’ era que suponía el reencuentro del dúo Jason Reitman y Diablo Cody tras el notable éxito hace algunos años de ‘Juno’, la cual el primero consiguió ser nominado al Oscar de mejor dirección, mientras que la segunda se llevó la preciada estatuilla a mejor guión original. Eso sí, lo primero que debéis asimilar es que los parecidos entre ‘Young Adult’ y ‘Juno’ prácticamente se acaban ahí, ya que ‘Juno’ jugaba a ser ingeniosa con el problemático tema del embarazo adolescente, mientras que en la cinta que nos ocupa el foco de interés es la determinación de la protagonista por recuperar a su novio del pueblo en el que antes vivía. Hasta ahí puede sonar hasta romántico, pero el problema es que él está casado y encima ha tenido descendencia muy recientemente. Y es que lo importante aquí es conseguir que marcando negativamente al personaje principal se consiga mantener el interés del público y que éste no ceda a la tentación de odiar a Theron y desconectar de lo que se le está contando.
Cody no escatima en dotar a su protagonista de reacciones censurables o comentarios que a algunos les parecerán escandalosos, aunque sí evita cargar innecesariamente contra ella. ¿Qué sentido tendría demonizar a Mavis cuando ella no es más que una misántropa que no termina de encontrar su lugar en la vida? El guión de Cody tiene como objetivo equilibrar la, no voy a negarlo, despreciable actitud de Mavis, y para ello no duda en utilizar a modo de contraste la descripción de un pueblo gris, que goza de algunos de los peores vicios de la gran ciudad (las cadenas de comida rápida a las que es asidua Mavis) y en el que, en el fondo, nunca pasa nada. Esto es algo muy de agradecer, ya que el cine americano tiene una tendencia a potenciar las virtudes del regreso a tus raíces (la vida en una pequeña población), cuando en realidad ésta puede acabar destruyéndote como persona si ése no es el estilo de vida que más encaja contigo. Tampoco es que los habitantes del pueblo sean retratados de forma muy positiva, sino como una especie de perdedores que han asimilado su situación para encontrar una relativa felicidad. Por su parte, Reitman prefiere pasar inadvertido en la puesta en escena y confiar más en el guión (un error a veces, ya que la mediocridad del lugar a veces contagia al relato y el interés decae) y el talento interpretativo de Theron. Ni siquiera se aprovecha de una escena hacia el final de la película en la que un personaje suelta un discurso para intentar destacar.
Sin embargo, el gran atractivo de ‘Young Adult’ es la actuación de Charlize Theron, una actriz que no ha sucumbido a la tentación de vivir de su belleza (no por nada era antes modelo) y ha sabido manejar su carrera combinando producciones más comerciales con otros títulos más pequeñitos, siendo capaz de adaptar su físico a las necesidades del personaje. Aquí sí que es necesario resaltar su belleza física, pero no faltan situaciones donde sale algo más desfavorecida para fomentar así la fragilidad mental del mismo. Y es que Theron lo borda, sabiendo utilizar el carácter desagradable de su personaje, pero sin caer en reacciones gratuitas ni histrionismos baratos, ya que Mavis simplemente es una persona que no ha madurado (no es casual la elección de su profesión) y lo quiere todo a su gusto. Esa inadaptación es lo que aprovecha para modular su actuación y ganarse cierto cariño por parte del público.
En el apartado de secundarios encontramos algún rostro conocido como los de Patrick Wilson (correcto como el antiguo novio de Mavis) o Elizabeth Reaser (cumplidora como la esposa del anterior), pero el otro personaje realmente relevante corre a cargo del poco conocido Patton Oswalt. Es muy curioso que el único que sabe captar la contradictoria personalidad de Mavis sea el habitante del pueblo que tiene una vida más complicada, ya que fue atacado en su adolescencia y eso le ha dejado graves secuelas físicas. Es evidente que su función es la de servir de elemento redentor de la protagonista, la forma de ver que hay que aceptar lo malo que te da la vida y continuar adelante. Y la verdad es que Oswalt realiza muy bien su función como amigo escuchante y encargado de consolar a Theron en sus momentos más bajos, siendo esto lo que podría acabar siendo una grave traición a los postulados de ‘Young Adult’. Lo único que voy a deciros es que en la resolución de esto se encuentra el gran momento de la película, hasta tal punto que no se me ocurre ni una sola forma mejor de resolver la historia de Mavis.
En definitiva, ‘Young Adult’ es una película que sabe jugar a la perfección con la un tanto despreciable actitud de su protagonista, pero no para condenarla, sino para ofrecer un retrato sincero que potencie lo buen personaje que es sin amilanarse a la hora de mostrar todo lo negativo. Además, sabe mantenerse fiel a lo que presenta y ofrecer un desenlace coherente con lo que ha ido sucediéndose. Todo ello potenciado por la excelente actuación de Theron, la cual no tiene problemas en abrazar un complicado personaje en el que ha de equilibrar su censurable comportamiento (recordar la premisa argumental) con la necesidad de conseguir cierta empatía por parte del público. Cierto es que hay tramos en los que a uno no le importa demasiado lo que está pasando, pero el subidón final logra que ‘Young Adult’ sea una experiencia recomendable. Y es que nos ahorraremos muchas frustraciones si aceptamos que no todo pueden ser obras maestras y nos conformamos con propuestas tan estimulantes como ésta.