Recientemente, por razones que no vienen al caso, quise empaparme de películas cuyo argumento girara en torno al muerto viviente o zombie. Algunos amables lectores y amigos me recomendaron una buena cantidad de títulos, muchos de los cuales no había visto; una lista que voy agotando poco a poco. Resulta curioso como hay tanto cine dedicado al zombie y sin embargo no goza precisamente de buena prensa o valoración crítica. Si bien es cierto que la calidad cinematográfica de algunos de los trabajos deja bastante que desear, la fascinación que ejerce la idea del muerto viviente, el terrible encanto de muchas secuencias y, en ocasiones, el sorprendente sentido del humor, están haciendo que la tarea que me impuse esté resultando más enriquecedora de lo que pensé en un principio.
Aunque no me la hubiesen recomendado, 'Yo Anduve con un Zombie', de Jacques Tourneur, era una película que, de cualquier forma, tenía pendiente. Porque no recordaba haberla visto, pero sí tenía grabada la imagen que tenéis arriba; imagino que, siendo pequeño, la vería junto mis padres (que nunca han tenido demasiado cuidado a la hora de vigilar lo que "debía" ver, lo cual les agradezco enormemente), y mis por entonces inocentes retinas quedaron impactadas por la figura del zombie. Eso explicaría también otras cosas, pero tampoco vienen al caso en este artículo.
En 'Yo Anduve con un Zombie' ('I Walked with a Zombie', 1943), una joven enfermera llamada Betsy Connell es contratada para cuidar a una paciente en San Sebastián, una isla caribeña. Cuando llega, comprueba que la mujer, esposa de un rico hacendado, está en una especie de estado vegetativo. Los nativos del lugar dicen que es una zombie.
Me parece necesario aclarar que en este film, el zombie no es el "establecido" por George A. Romero en 'La Noche de los Muertos Vivientes'. Aquí no hay muertos podridos buscando comerse a los vivos; ni siquiera tienen intenciones violentas. En todo caso, lo que hacen es asustarte por su presencia fantasmal. El zombie que vemos en esta película es el creado por la magia vudú; como reflejó Wes Craven en su no menos interesante 'La Serpiente y el Arco Iris'. Dicho un poco simplemente, se trata de una persona que ha perdido la voluntad y la consciencia. Parece un muerto, de hecho se duda si lo está o no, y obedece órdenes de otro sujeto, el brujo. Quizá la imagen de un sonámbulo sea acertada para comparar.
Afortunadamente editada en DVD en nuestro país, 'Yo Anduve con un Zombie' fue producida por Val Lewton para la RKO (dentro de un ciclo de terror de bajo presupuesto que pretendía rivalizar con la Universal), y escrita por Ardel Wray y Curt Siodmak, a partir de un relato de Inez Wallace, e inspirándose en 'Jane Eyre', la novela de Charlotte Bronte. Dirigida por Tourneur tras 'La Mujer Pantera' (similar y, para mí, superior), la película se encuadra en esos comienzos en los que la fuerza del terror residía en sugerir y no tanto en mostrar. Se teme a lo desconocido. Claro que esto no siempre sale bien. Si se consigue, como en 'Suspense' (pronto en DVD), la jugada es redonda. En este film de Tourneur falla algo, posiblemente no apostar más fuerte por ese miedo al misterio, a lo desconocido. Se queda en momentos brillantes que no tienen continuidad.
Particularmente, me quedo con tres momentos. Que serán los que siempre recordaré de este film, aun cuando pasen décadas. Uno de ellos es el final, por lo que me ahorro el comentario, no quisiera pillar desprevenido a ningún lector. De los otros dos, el primero ya lo he señalado, y tenéis la foto al principio de la crítica; la escena en la que Betsy acompaña a la paciente a través del camino que lleva a la montaña, alumbrado con una débil linterna, y se detiene cuando ve esos huesudos pies... En fin, una genialidad. El segundo, no menos inquietante y magistralmente rodado, ocurre antes, cuando Betsy, en mitad de la noche, se despierta al oír los gritos o lamentos de una mujer. La secuencia completa es una maravilla que te eriza la piel. La imagen que acompaña a este párrafo está sacada de ahí; podéis comprobar el magistral uso de la luz. Y es que lo mejor del film es la cuidada, hipnótica y oscura atmósfera. Está logradísima. La banda sonora, por supuesto, contribuye a ello, por ejemplo con el "mágico" ritmo de los tambores, imitando los latidos del corazón ante la tensión que se respira en determinadas escenas.
Sin embargo, ese mecanismo llamado "inocencia de la época", usualmente utilizado para disculpar cosas que ahora nos parecen ridículas, no me parece suficiente como para pasar por alto ciertos "errores" del film. Sencillamente, hay actuaciones, diálogos y situaciones que no te las crees. Ni siquiera achinando los ojos y tapándote un oído. No hablo de actuaciones de los actores, ojo, o de lo teatral de la puesta en escena de gran parte de la película, o del grito de "¡¡Carrefour!!" que lanza un personaje para que el zombie negro se detenga (al oír su más que curioso nombre). Por mencionar algo, hablo de frases como la del comienzo ("creía que los zombies eran divertidos", fantástica forma de crear suspense), del comportamiento del personaje de Conway en la embarcación (intentando asustar gratuitamente a la enfermera), o de situaciones como la de la canción de los nativos que oyen la enfermera y uno de los hermanos; es tremendamente útil, sí, un mecanismo repetido hasta la saciedad, pero aquí se representa muy falsamente, sobre todo por las reacciones de los implicados, como la del "músico" arrepentido, tronchante. Todo esto contribuye a que desconectes, aunque sea muy brevemente, de lo que estás viendo.
Pero lo peor es que, salvo en contadas ocasiones, la protagonista, que es quien lleva los ojos del espectador, ni pasa miedo ni se siente angustiada, ni nada de nada. Hay veces que parece que está tomándose unas vacaciones o representando una obra en el colegio. No digo que la interpretación de la hermosa Frances Dee sea poco adecuada, es que su personaje es así, la película es así. Y me parece un error. Le sobra toque alegre y le falta tensión. En cuanto a los hermanos, que no es que se quieran precisamente, están interpretados por Tom Conway y James Ellison. Los secretos que ocultan les han tratado de forma desigual. El primero (Conway) es el esposo de la zombie, el más adulto, y desde el principio atrae a Betty; es uno de los personajes más enigmáticos del film y está muy lograda su engañosa personalidad, producto del sitio en el que vive. Algo que afecta a toda la familia, a algunos más poderosamente como a otros. Ellison encarna a un hombre más débil, bebedor, e impulsivo. Teniendo en cuenta, y dejando a un lado, lo dicho arriba de la teatralidad, los diálogos a tres bandas entre la enfermera y los hermanos son interesantes, por las relaciones que subyacen; como de costumbre, dan mucha información en poco tiempo. Quizá los misterios sean un tanto obvios, pero aquí sí que creo que es la poca inocencia actual la principal culpable, pues a menudo vemos historias de este tipo, con "sorpresas" similares.
'Yo Anduve con un Zombie' dura poco más de una hora y en su interior posee elementos más que suficientes como para seguir siendo el clásico que es actualmente, tanto por la elegante realización de Tourneur como por algunos fascinantes momentos, casi oníricos, donde la luz es protagonista. El terror queda reservado a la atmósfera y a las apariencias, más que a lo que vemos realmente; lo cual, paradójicamente, espantará a todo aquel que busque una ración de género sangriento. No me parece una obra maestra, como creo que he dejado claro, pero sí un film de imprescindible visionado por la ejemplar forma en que está rodado. Algo que ya no se ve hoy en día.