El título de la película podría ser más sencillo, y desde luego, estar mejor ordenado, pero no podría ser más claro. ‘X-Men orígenes: Lobezno’, estrenada ayer en España, hoy en Estados Unidos, supone por un lado el regreso al universo de los “X-Men”, el famoso grupo de mutantes que dieron el salto del cómic a la gran pantalla, proporcionando mucho dinero a la Fox, que pretende volver a repetir la jugada. Por otro lado, la película nos presenta el origen de, seguramente, el superhéroe más popular de dicha saga, Logan, alias Lobezno (Wolverine en la versión original), a quien por supuesto da vida el actor Hugh Jackman, que se ha esforzado por trabajar su físico especialmente para el papel. A los mandos, Gavin Hood, realizador ganador de un Oscar por ‘Totsi’, extraño elegido para tomar el relevo de Brett Ratner, el último en dirigir una película de la Patrulla X.
Aunque su pasado ya formó parte de las historias de ‘X-Men’ y ‘X-Men 2’, esta nueva entrega pretende exponer al público, con más detalles, cómo llega Logan a tener su indestructible esqueleto de adamantium y sus características garras. La idea es, por tanto, desvelarnos cómo llega a ser el Lobezno que todos, en mayor o menor medida, conocemos. De este modo, tenemos un spin-off y una precuela al mismo tiempo, una película centrada ya totalmente en este personaje y cuya trama tiene lugar antes de lo acontecido en las tres primeras entregas. ¿Era necesario este volver atrás? Con una buena historia, desde luego, ¿por qué no? El problema es que ‘X-Men orígenes: Lobezno’ no la tiene, resultando un producto vacío y aburrido. Me parece peor que ‘X-Men 3’, creo que con eso os lo digo todo.
Es la cuarta vez que Hugh Jackman, de quien dicen ahora que es el hombre más “sexy” del planeta (a sus 40 años), se pone en la piel de Logan, y podría no ser la última, pues el actor ha declarado estar encantado con la posibilidad de seguir protagonizando más secuelas (cuya dirección, por cierto, se apunta en una escena tras los créditos finales de la película que se acaba de estrenar, ya os aviso). Es comprensible que el australiano le tenga un cariño especial al personaje, no en vano es gracias a él que alcanzó la fama, tras el éxito de ‘X-Men’ en el año 2000. Pero ya van cuatro películas, y uno se pregunta qué más quiere sacar el actor de Lobezno, al margen de más dinero y más popularidad. Jackman ha demostrado poseer talento y carisma suficiente como para estar perdiendo credibilidad en producciones como ésta, ‘La lista’ o ‘Austalia’, que rozan el ridículo. Más le vale dejar el gimnasio por un tiempo y centrarse en su carrera como actor, porque igual que te suben a la cima, te tiran al barro. Y luego no es tan fácil recuperarse.
Como señalaba antes, ‘X-Men orígenes: Lobezno’ no es exclusivamente un producto sobre Lobezno, también se pretende continuar un poco con la saga de los X-Men y ofrecer al público tanto la presentación de nuevos personajes, como un vistazo a las “versiones” más jóvenes de otros ya vistos en las películas anteriores. De este modo, volvemos a encontrarnos con William Stryker, Dientes de Sable y Cíclope (hay cameo de alguno más), aunque no con los rostros de Brian Cox, Tyler Mane y James Mardsen, respectivamente. Ahora les dan vida Danny Huston, Liev Schreiber (una de las pocas razones para defender la película, a pesar de los saltitos y el cambio radical de Victor Creed) y el desconocido Tim Pocock, si bien su presencia es muy secundaria. De hecho, hay tantos mutantes y tan poco tiempo para el lucimiento personal de cada uno, que muchos de ellos tienen una aparición casi anecdótica. Una excusa para meter más acción, más efectos especiales, y también para preparar el terreno para más spin-offs, secuelas y precuelas. Como si no tuviéramos bastantes.
Porque cuantos más, mejor, tendremos la oportunidad de ver a Gambito (Taylor Kitsch), Masacre (Ryan Reynolds), Emma Frost (Tahyna Tozzi) o La Mole (Kevin Durand), uno de los mutantes más gratuitos de toda la trama (el interrogatorio a base de puñetazos es sencillamente vergonzoso). La absurda idea de meter muchos mutantes con habilidades y poderes sorprendentes (aunque la mayoría sean cosas ya vistas) contribuye a destrozar una película que debía ser la búsqueda del origen y la identidad de Lobezno. Finalmente, lo que se nos ofrece es a Lobezno conociendo gente, y peleando con casi todo el que se le pone por delante. Pero es que ni siquiera las secuencias de acción y los efectos especiales son nada espectaculares, más bien todo lo contrario, quedándole a uno la sospecha de que la post-producción se ha hecho deprisa y corriendo, de forma chapucera. No es normal que las garras de Lobezno resultaran más creíbles en la primera película de la saga, o que durante la persecución en el bosque no se sepa a qué dirección va nadie, ni qué cerca está uno de otro, ni nada de nada.
Añadir a todo eso un prólogo fugaz e innecesario sobre los padres del personaje, el típico romance ligero “made in Hollywood” entre Logan y Kayla Silverfox (Lynn Collins), que se torna en tragedia para darle un sentido a la furia posterior del personaje (preparad vuestra mejor carcajada para cuando se desvele un supuesto giro sorpresa sobre ese aspecto en particular, y es que no se puede uno fiar del ketchup ni de los ritmos cardíacos), un malo-supermalo sin corazón ni conciencia que sólo busca arruinar al ejército con caros experimentos alocados, y un conflicto entre hermanos que se resume en una pincelada (a uno le gusta matar, al otro no, punto). De los diálogos, la gran mayoría para echarse a llorar, me quedo con dos frases, dignas de enmarcarse: “para hacerte indestructible, primero tenemos que destruirte” y “¿Sabes qué le pasa al que busca pelea? Que la encuentra”.
Si no querían esforzarse demasiado en crear un guión original, tenían material de sobra en los cómics para construir una trama interesante y contar un emocionante origen de Lobezno, pero de nuevo han preferido optar por lo más cómodo. Un producto comercial de repetitiva acción y toscos efectos especiales que dé dinero y posibilite más secuelas; más dinero. Lo he dicho antes, se cargaron a los “X-Men” tras la segunda parte (Singer sí supo qué hacer con ellos), sólo lo están empeorando más. A ver qué tal les va en taquilla, aunque tienen la excusa fácil de la copia pirata que se filtró en Internet. En fin, ¿puede valer ‘X-Men orígenes: Lobezno’ como simple y mero entretenimiento pasajero? Sí, claro, si tus exigencias son mínimas y no tienes otra cosa que ver, adelante, hay cosas peores en las que gastar el dinero.