'X-Men. La Decisión Final', se fue Singer y con él el buen cine

Primero de nada avisar de algo que mucha gente no sabrá: el film termina después de los largos títulos de crédito. Recordad, no abandoneis la sala en cuanto empiezen a aparecer las letras, no os dejeis llevar por lo que la mayoría hace, pues justo al final hay una secuencia que desvela vital información, aunque a mi parecer no hacía falta que pusieran dicha escena.

Hoy en todo el mundo se estrena oficialmente esta esperada secuela de aquella estupenda película dirigida por ese estupendo director de nombre Bryan Singer, a la que le siguió una también estupenda continuación. Pero como todos sabeis, Singer fue tentado para dirigir 'Superman Returns', tentación en la que cayó. Intentó por todos los medios dialogar con la Fox para que le dejaran dirigir la tercera aventura mutante, pero éstos se sintieron traicionados y le dispidieron. Es más, aceleraron las cosas de forma que 'X-Men, La Decisión Final' estuviera lista para el estreno antes que las nuevas aventuras de El Hombre de Acero. A veces, o casi nunca, las prisas no son buenas.

El argumento de esta tercera parte se centra en el descubrimiento de una sustancia que anula para siempre el ADN mutante. Algunos se sentirán aliviados de que tal sustancia exista y otros no la aceptarán. Entre estos últimos se encuentra Magneto quien liderará un grupo de mutantes rebledes dispuestos a acabar con todos aquellos que no estén de su lado, ya sean mutantes o humanos. Del otro lado, tenemos evidentemente al grupo de Charles Xavier, que no dejarán que el mundo corra peligro. Al mismo tiempo el mutante más poderoso jamás visto hace acto de presencia: Fénix. Lo que más soprende de esta película es su corta duración: 97 minutos. Y digo sorprende porque hoy día la duración media de una película suele ser de dos horas. En este caso no ha sido así, y lo cierto es que han intentado meter demasiadas cosas en tan poco metraje. En ese aspecto, la primera parte era un prodigio de síntesis, abarcando en 100 minutos un montón de información excelentemente narrada. En esta tercera parte flaquea de forma alarmante un guión más bien pobre, con pocos recursos, con pocas ideas y que por momentos resulta hasta cutre. Y es que se nota de lejos que el guionista es otro.

Guionista que ha querido abarcar demasiadas cosas nuevas en esta tercera parte, cosas muy conocidas y queridas para todo amante del cómic. Entre ellas nos encontramos con una pequeñísima pincelada sobre los centinelas, que cuando lo vi me llevé una enorme decepción de que quedara reducido a tan insignificante escena. Nuevos mutantes hacen acto de presencia, como el Ángel o la Bestia, al igual que Kitty Pride, uno de mis personajes favoritos en los cómics en la que probablemente sea la mejor etapa de los X-Men: la guionizada por Chris Claremont y dibujada por John Byrne. Y cómo no, la aparición de Fénix Oscura, uno de los personajes más fascinantes de toda la saga.

Sí, sí, a muchos se nos puede caer la baba. El problema es que muchos de estos personajes apenas están tratados, algunos tienen más protagonismo que otros, pero en líneas generales su tratamiento es bastante endeble. Para colmo de colmos, muchos después de ser presentados desaparecen de la acción, para ser vistos de vez en cuando a lo largo de la película. Incluso pasa con personajes principales. Digamos que los únicos que son tratados con un mínimo de "respeto" son los de Lobezno, Tormena, La Bestia y Magneto. El resto están al servicio y capricho de un guionista un tanto perdido y confuso, que encima adorna la película de frases y diálogos un tanto infantiles y casi ridículos, como todo lo que dice Juggernaut, otro de los nuevos mutantes, bien caracterizado pero sin alma ni personalidad.

La labor de Brett Ratner no ha sido tan mala como yo me esperaba. Pero sí está claro que su trabajo como director es más bien rutinario. Se limita a rodar con cierta corrección todas las escenas, tanto las íntimas como las de acción, e incluso se le agradece que su puesta en escena no sea mareante o videoclipera. El problema es que Ratner es un director sin personalidad. Conoce su oficio pero no sabe imprimirle carácter a una película. En ese aspecto, el film es bastante soso, lo que unido a un defectuoso en todos los aspectos, guión, pues termina por hundir algo que en manos de Singer hubiera sido otra cosa, sin duda mejor. Incluso las escenas de acción, aunque no del todo malas, son un poco descafeinadas.

Los actores es lo único que no ha cambiado drásticamente. Siguen prácticamente igual que en las anteriores entregas. Es un placer disfrutar de Ian McKellen y Patrick Stewart en su eterna rivalidad. Kelsey Grammer está totalmente acertado como La Bestia. Vinnie Jones da el tipo como Juggernaut, a pesar de la pobreza de su personaje. Halle Berry cumple perfectamente como Tormenta. Famke Janssen en su doble rol de Jean Grey/Fénix, que resulta verdaderamente amenazante. Y Ellen Page, recién vista en 'Hard Candy', está muy bien como Kitty Pride. Esta chica tiene un morbo especial que dará que hablar todavía más de lo que se está hablando.

Y cómo no, Hugh Jackman es el único Lobezno posible. Yo ya no puedo imaginarme a otro actor en este papel. Sin duda sigue siendo uno de los grandes aciertos de la saga. Ni Brett Ratner es capaz de estropear el carisma que este personaje tiene gracias a Jackman. Esperemos que este director no se haga cargo de la película de Lobezno, como se ha venido diciendo últimamente.

Una película floja, realmente decepcionante. Podemos decir que no nos aburrimos, pero tampoco nos lo pasamos en grande. Incluso los fans de los comics pueden sentirse defraudados. No hay duda de que será un gran éxito, incluso puede ser la más taquillera de las tres, debido a la enorme espectación que se ha creado alrededor de ella. Espectaciones que se vienen abajo en cuanto uno la ve. La saga no está cerrada, pero si las cosas van a continuar por esa senda, es mejor que lo dejen aquí.

Portada de Espinof