Si hay algo que caracteriza la época navideña son los propósitos inalcanzables para año nuevo y cómo los medios se mofan de ello, además de la impostada tolerancia y compañerismo de la que todo el mundo debe hacer alarde. Al menos hasta las 00:00 del año entrante, cual Cenicienta.
Esta impostura también se deja ver en nuestra cartelera y muestra de ello es ‘Wonder’, nuevo trabajo de Stephen Chbosky, que tras el irónico y excelente retrato de la adolescencia ‘Las ventajas de ser un marginado’ ('Perks of Being a Wallflower') vuelve a la gran pantalla para adaptar la novela de R.J. Palacio.
El film nos cuenta la historia de Auggie, un niño de 10 años que sufre una malformación facial y debe, tras toda una vida educándose en casa, enfrentarse a su nueva etapa en el colegio. Además de sufrir todas las dificultades de un niño de su edad tendrá que lidiar con el rechazo de sus compañeros por su aspecto físico...
La lucha contra los estereotipos
"Cuando puedas elegir entre tener razón y ser amable, elige ser amable", sobre este precepto se basa toda la película, la importancia de la empatía y la tolerancia cero a los abusos quedan reflejados a la perfección desde el minuto uno de metraje.
En estos últimos meses donde más que nunca se fomenta la importancia de denunciar cualquier tipo de abuso y apoyar a las personas que lo sufren sin juzgarlas es idóneo encontrar ejemplos como esta obra que enfaticen este punto tan esencial.
El problema reside en el esquematismo y lo predecible del desarrollo de la película, cayendo en algunos momentos en moralinas innecesarias. Salvo alguna escena con diálogos mordaces o con momentos que rozan la comicidad, el film viene cargado de clichés: el chico pijo matón que sólo quiere llamar la atención por la ausencia de cariño en su núcleo familiar, el niño pobre comprensivo, la madre coraje, el profe joven y enrollado...
Un trabajo cuya razón de ser es intentar que eliminemos los estereotipos y prejuicios cae en ellos constantemente; como la forma de juzgar del protagonista en base a los zapatos de las personas que le rodean, estableciendo una directa conexión entre la calidad de los mismos con el poder adquisitivo o cuando habla de becas y de dificultades económicas de algunos personajes pero dentro del marco de casas de diseño y calzando Adidas... bendita pobreza.
'Wonder': las interpretaciones salvan una narrativa predecible
Si algo sustenta este relato, con un buen fondo pero donde podemos vislumbrar el inicio y el final sólo con echar un vistazo al tráiler, es la excelente elección de casting y la apuesta por esa narración fragmentada en base a varios personajes que a priori ni siquiera parecen protagonistas.
Owen Wilson encaja y resuelve como padre infantiloide que pasa desapercibido y Julia Roberts que elije con precisión sus apariciones en pantalla, sabe captar esa naturaleza compungida y apesadumbrada si dejar de lado su parte luchadora.
Pero sin duda el que destaca y muestra un aplomo y sensibilidad envidiable en pantalla con tan poca edad es Jacob Tremblay en el papel de Auggie. Reconocido por su excelente trabajo en ‘La habitación’ ('Room') ahora consigue emocionarnos con una natural interpretación, en absoluto lacrimógena pese a que el relato sea dado a ello.
La narración fragmentada dando varios puntos de vista del mismo acontecimiento ayuda a acercarnos a diferentes sensaciones y avatares familiares de los personajes, saliendo a relucir los demonios internos que nos atormentan pese a que todo pueda parecer perfecto en la fachada.
Vamos a dejar que el espíritu navideño nos invada y empapémonos de un mensaje de tolerancia y superación, porque a veces no es tan importante tener la razón.
-Crítica de Lara Ben-Ameur-
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