La dinámica que está siguiendo la serie esta temporada, alternando episodios lineales y que ahondan en tiempos, escenarios y personajes específicos -el viaje a Shogun World, el origen de la Nación Fantasma...- con otros que impulsan hacia adelante el choque entre anfitriones y humanos(bueno, con 'Westworld' nunca se sabe hacia dónde está ese "adelante"), nos coloca a puertas del final de la segunda temporada. Y toca ahondar en el conflicto principal.
Y lo hace mostrándonos las intimidades y el pasado de uno de los personajes emblemáticos de la serie (tanto que muchos pensamos, en sus primeros compases, que era el equivalente al Yul Brynner de las películas, una teoría que rechazamos en poco tiempo... y que quizás no estaría de más retomar ahora): William, el Hombre de Negro, el único personaje al que hemos conocido con dos edades y que da buena medida, mejor que ningún otro, de hasta qué punto la historia del parque se extiende a lo largo de varias décadas.
Sin embargo el esperado momento en el que la serie se decide a hincar el diente a una de sus creaciones más memorables es también una trampa, porque deja a la vista hasta qué punto el personaje extraordinariamente interpretado por Ed Harris está, también, algo vacío por dentro. Ahora que conocemos su (posible) auténtica naturaleza y el trágico destino de su mujer, su obsesión con desenredar la complicada madeja de tramas y planes del parque carece del punto trágico de -paradójicamente- seres abiertamente artificiales como Maeve o Dolores.
Al final, tanto hablar de la oscuridad que le atosiga y que guía sus pasos queda en eso, en palabras rimbombantes que, eso sí, conducen a una de las grandes escenas del episodio: la muerte de su hija Emily, que William confunde con una pieza más en el plan de Arnold. Un plan que por un instante podemos llegar a pensar que solo está en la cabeza de William (si no supiéramos bien que a Arnold también hay que darle de comer aparte). En cualquier caso, quizás es a partir de aquí donde el Hombre de Negro puede encontrar el tic trágico que ha hecho tan memorables a algunos anfitriones.
De camino al gran final
La gran traca final de hora y media promete mostrarnos los secretos del núcleo del parque, donde acabarán de un modo u otro todos los personajes. De momento, este episodio hace su trabajo de preparar el camino, pero es efectivo solo a medias: hay muertes de personajes principales, sí, pero por ejemplo, el suicidio de Teddy deja un sabor de boca amargo por su arbitrariedad y el poco esfuerzo que se ha invertido en justificarlo (posiblemente el impacto que causará en el comportamiento de Dolores será mayor que el que ha causado en el espectador).
Otro ejemplo: una moribunda Maeve, tras permanecer varios episodios fuera de combate por culpa de un sangriento tiroteo que debía haber tenido más implicaciones reales, es resucitada por un Ford que cumple un papel de deus ex machina absolutamente literal. Finalmente, Bernard y Elsie juegan a la confusión con una escena que aparenta tener trascendencia pero cuyos efectos ya hemos contemplado: transcurre antes de otras secuencias en las que ya hemos visto a Bernard en tesituras peores.
Lo que sí es cierto es que 'Westworld' ya ha encontrado una dinámica para combinar sorpresas y pequeños empujones a la acción principal que otorga interés hasta a los capítulos más flojos (este no lo es: solo se nota en demasía su condición de trampolín hacia la conclusión). En este caso tenemos imágenes tan poderosas y hábilmente metafóricas como la de Bernard borrando de su programa el fantasma de Ford. O a Clementine convertida en arma de destrucción masiva de anfitriones a las órdenes del parque.
O todo lo relativo a la mujer de William: quizás sea un flashback con demasiadas emociones en muy poco tiempo, pero funciona a la hora de apuntalar la relación entre el personaje y su hija. Y la propia muerte de Emily, si bien es cierto que fulmina a uno de los pocos personajes reales de la serie, proporciona cierta hondura al personaje del Hombre de Negro y, dadas las características que se cuentan sobre el destino del décimo capítulo, cabe la posibilidad de que volvamos a verla. De un modo u otro.
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9 comentarios
Undersky
Pues es una gran serie, no lo pongo en duda, pero ya se me hace pesada.
Le veo mucho de Perdidos, otra grandísima serie que a partir de la 4ª-5ª temporada empecé a perder la paciencia con ella. Si, Westworld tiene una estupenda puesta en escena, brillantes diálogos, actores, etc, pero a la hora de la verdad sigue dando vueltas sobre si misma una y otra vez como una peonza. No sé, no le veo gancho, quieren ser tan transcendentales que muchas veces se pasan de rosca, ¿y absolutamente todos los personajes tienen que tener un Plan?
Algo me falla. Supongo que seguiré con la 3ª, más por curiosidad que por otra cosa y desde luego que si HBO quería repetir el éxito de Juego de Tronos, van apañados.
exospace
A mí el capítulo de ayer me encantó.
No me parece arbitrario el suicidio de Teddy, es una forma más de decir que los anfitriones tienen alma, que aunque fuera reprogramado por Dolores, él no estaba de acuerdo con lo que ella hacía, pero como la quería tanto no tenía otra salida si no quería seguir cargando con su conciencia.
dabisu
Son absurdas las puntuaciones de los capítulos en IMDB. La primera temporada era buena. Esta es una putísima mierda y están escribiendo los guiones con el ojete. Es un Lost 2.0, flashbacks a cascoporro y mucha cosas supermisteriosas, todo para sacar a un montón de gente a caballo dando vueltas y sin hacer nada. Las líneas temporales en la primera tenían un motivo de ser, aquí las utilizan para crear la sensación falsa de "huy que misteriosos somos". La tercera temporada la va a ver su puta madre.
jordicasellasestrada
que William confunde con una pieza más en el plan de Arnold. Un plan que por un instante podemos llegar a pensar que solo está en la cabeza de William (si no supiéramos bien que a Arnold también hay que darle de comer aparte).
No querrá decir Robert Ford en vez de Arnold? O es una errata o no he entendido el comentario...
heimndal
Esta serie cada vez mejor...cada capitulo da un paso para adelante, porque ya lo que interesa, no es lo que pasa en ese mundo artificial, sino saber que es lo que ha ocurrido con el mundo REAL, que hace buscar la inmortalidad de los que pueden pagar el mundo del oeste. A la vez que se vuelve interesante el saber mas de la corporacion Delos y sus "intereses".
Pablo Sanz
Gran capítulo que desde diferentes momentos toca un tema paternal acerca del amor padre/hijo y las diferentes reacciones que pueden tenerse.
Sin duda William es el protagonista con su ya oficial ida de olla sin saber qué es ficción y qué es realidad. No sólo fue el culpable del suicidio de su mujer, si no que años más tarde está tan dentro del juego que también acaba con su hija (la cual, recordemos, le había salvado previamente). Bernard es el otro "padre" que éste sí lucha por no acabar con su acompañante más pequeño y, debido a la imposibilidad, decide abandonarla por su bienestar. Por último, Robert que confiesa a Maeve como su creación más preciada, hace que ésta siga luchando y no se dé por vencida.
El suicidio de Teddy puede ser lo más fuera de sentido. Desde que Penelope le reseteó no mostró indicios de confusión hasta que se encontró con los indios blancos, pero fue apenas una mirada lo que causó una revolución dentro de él hasta el punto de otro suicido (¿comparativa a la mujer de William en el mundo real?). Me resultó un poco precipitado, pudiendo desarrollar la traición del 1º contra Penelope bastante más... pero, ¿quién sabe? Quizás esa pieza del juego se ha movido tan rápido porque ya estamos en 5ª...
marcbluetardis1
Lo que me reí con el final de Dolores y Teddy, la verdad. Ese "jódete" que lance a la pantalla como si Dolores fuera Benjamin Linus (que honestamente, no creo que Dolores sea tan distinta de William, y con el personaje de Ed Harris/Jimmi Simpson se nos hace mas fácil de odiar, me temo).
Por lo demás toda la temporada sigue con "la amenaza" del "todos son clones/no importa cuantas veces mueran porqué siempre habrá una copia a mano". Veremos como termina la cosa.
jmartgal
Esta serie es un sinsentido de proporciones épicas, en la que tienen que poner a un fantasma en voz en off para que explique nosequé a los anfitriones porque no son capaces de hacerlo bien.
El interés principal de la serie ya no pasa por ver cómo acaba, sino que es que acabe, de cualquier forma,..