'Westworld' se una serie que en todo momento ha optado por el uso de una narrativa más elaborada de lo habitual. En la primera temporada se jugó con ello como un elemento de sorpresa y en la segunda ha servido para dividir cada episodio en una serie de frentes muy concretos sin que eso haya llevado al espectador a echar de menos a los personajes que no hacen acto de presencia en el capítulo de esa semana.
En el caso de 'Akane No Mai' se ha optado por centrar la práctica totalidad del episodio -la única excepción estaría en los minutos iniciales- en los personajes de Maeve y Dolores, mostrándonos así la progresión de sus particulares viajes, tanto físicos como emocionales, y dándonos varias pistas sobre lo que podría estar a la vuelta de la esquina.
La llegada de los samuráis
Hacía tiempo que la serie estaba coqueteando con la idea de mostrarnos otro parque diferente a Westworld y al final ha acabado siendo uno con muchísimas conexiones con el ya conocido. El motivo es que las prisas llevaron a Lee a básicamente copiar todo para un parque que parece una variante para los clientes que tengan una mayor devoción por los derramamientos de sangre.
No obstante, lo realmente jugoso de Shogun es que sirve para conocer a Akane, la equivalente a Maeve de ese mundo, y ver cómo la interacción entre ambas consigue que la evolución de la segunda vaya a un paso más allá. De hecho, casi da la sensación de que la búsqueda de su hija se ha convertido en una especie de macguffin primero para justificar su viaje y luego para ir descubriendo paulatinamente el alcance de sus poderes. Tras lo sucedido al final de ‘Akane No Mai’, ¿alguien concibe alguna forma de detenerla?
Otro detalle clave del encuentro con Akane es que permite a ‘Westworld’ recuperar por momentos un tono más cercano al de la primera temporada y mostrarnos a los anfitriones con la posibilidad de elegir su futuro en lugar de estar totalmente limitados a las narrativas ideadas por Lee. Este último punto ya había quedado claro en anteriores episodios, pero el efecto ligeramente cómico de ver cómo se equivoca en sus predicciones es muy bien recibido aquí.
Más allá de eso, ‘Akane No Mai’ también plantea un escenario que merece la pena tener en consideración: Akane presencia cómo Sakura, que viene a funcionar dentro de su universo como la hija que no tenía, es asesinada por el shogun y luego ella ejecuta su venganza en una escena exquisita que une baile y gore de forma intachable. ¿Un presagio de lo que le espera a Maeve cuando logre encontrar a su hija o un aviso para que a través de sus poderes pueda evitar una situación imposible en otro caso?
La decisión de Dolores
La transformación de Dolores fue probablemente el gran eje emocional de la primera temporada, el asidero que tenía el espectador para no llegar a desconectar por la quizá excesivamente elaborada narrativa de esos primeros episodios. Por ello podíamos llegar a pasar por alto ciertas alertas que el personaje interpretado por Evan Rachel Wood nos había ido mandando durante esta segunda temporada, pero eso llega a su fin tras la decisión que toma con respecto a Teddy.
Ya no es solamente por el hecho de traicionar a alguien que le ha jurado lealtad absoluta y que siempre ha estado a su lado, es que además lo hace después de un momento de gran intimidad entre ambos, el primero que comparten así en toda la serie. Dejaremos pasar que la escena no llega a transmitir en ningún momento una auténtica sensación de erotismo, ya que Nolan y Joy no buscaban en realidad que fuera el acercamiento definitivo entre ambos, sino el punto definitivo para que Dolores se decante.
Espero que Nolan y Joy no opten por intentar convertirla en una villana al uso -eso sería hacerle un flaco favor al personaje-, pero sí que tienen que dar un paso para definir mejor al personaje en esta segunda temporada. Hasta ahora había algo en ella que la frenaba y que incluso afectaba a la propia interpretación de Wood en ciertos momentos por lo difícil que era equilibrar ese giro del personaje con la necesidad de no hacerlo por completo.
Lo que sí parece claro es que la ejecución de su plan va a acabar en una carnicería aún mayor que las que hemos visto hasta ahora en esta segunda temporada y también que el futuro de Teddy no es especialmente prometedor. ¿Es cosa mía o uno de los cadáveres que aparece durante los momentos iniciales del episodio se parece tanto a James Marsden que no resulta descabellado pensar que sea Teddy?
Y quizá esa manipulación que va a sufrir a manos del lacayo de Dolores tenga algo que ver con ese tercio de anfitriones “vírgenes” que se menciona durante el prólogo del episodio, el único momento en el que ‘Akane No Mai’ aleja su atención de las dos grandes protagonistas femeninas de la serie. Por algo será.
Por último, la idea de los clones fruto del trabajo de Lee también lleva a la aparición de una especie de clones de sus personajes en la segunda línea argumental del episodio, pero aquí la reacción de Dolores no tiene nada que ver con la de Maeve. Recordemos que ambas ya cruzaron sus caminos tras el inicio de la revolución y siguieron su camino por separado, pero creo que a nadie le extrañaría un posible enfrentamiento entre ambas y que esa fuera la guinda de esta segunda temporada. Veremos.
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