Muchos nos apresuramos a ver una especie de respuesta española al éxito de ‘Orange is the New Black’ cuando se anunció la existencia de ‘Vis a Vis’. Sobre el papel había demasiados puntos en común, pero luego la serie se estrenó y quedó claro que el punto de inicio podía ser muy parecido pero también que iba a ir por otro camino que el de la serie de Netflix.
Tras dos estupendas temporadas, Antena 3 decidió cancelar la serie, pero un milagro se produjo un tiempo después con el acuerdo al que se llegó con FOX para seguir adelante con ella. Menos episodios y más cortos, algo que se tradujo en una tercera temporada intensa de más y que se ha corregido en una cuarta más cercana a lo que fue ‘Vis a Vis’ en sus inicios. Hoy la serie llega a su fin con un episodio probablemente muy diferente a lo que algunos esperan.
La guerra que no lo fue tanto
El penúltimo episodio de la serie prometía lo que parecía ser un vibrante motín con las presas liándola parda. Era de esperar que hubiese múltiples bajas y unas generosas dosis de acción, pero a la hora de la verdad ‘Vis a Vis’ ha optado por un acercamiento mucho más íntimo en el que los personajes y las relaciones entre ellos han pasado a primer plano. Ese también fue siempre una de las señas de la identidad de la serie por mucho que la tercera temporada pareciera olvidarlo.
Al final ha sido la enfermedad de Sole lo que ha motivado las acciones de la mayoría de personajes, pero dando la oportunidad a tres dúos, dos de ellos esperados y otro bastante sorprendente, para servir de eje sobre el que vertebrar todo lo demás. El más intenso ha sido sin duda el esperado cara a cara entre Zulema y Sandoval, pero incluso ahí se ha evitado una alocada carnicería en beneficio de una culminación con sabor más global.
Eso es algo que los responsables de la serie encadenan muy bien con la despedida de Sole, un momento con un dramatismo indiscutible pero que quizá se alargó un poco más de la cuenta al cumplir a rajatabla los deseos de ella. Entiendo lo que se buscaba también a nivel emocional como narrativo, pero es ahí donde me acordé más de que la serie debía dar una conclusión a la altura en los dos frentes en lugar de decantarse tan abiertamente por uno de ellos.
La diversión no decae en la emotiva despedida
No siempre me ha gustado cómo se utilizaba al personaje de Goya, pero el buen hacer de Itziar Castro siempre lo compensaba. Sin embargo, en la despedida de la serie tiene la oportunidad de exprimir todos los puntos fuertes de su personaje para ofrecernos pequeñas desconexiones de la trama principal sin que en ningún momento estemos deseando volver al meollo de la cuestión.
Ayuda mucho la diversión que propone esos momentos a modo de alivio, aunque también es cierto que Maca probablemente merecía algo más de presencia en su regreso a la serie. La serie se resintió con su prolongada ausencia y tardó en reencontrarse a sí misma, pero ya que vuelves a contar con Maggie Civantos al menos acuérdate de que ella era la gran protagonista de la serie en lugar de, hasta cierto punto, una más.
No obstante, eso no debería impedir destacar que el arco de todos los personajes se cierra de forma más o menos satisfactoria. Y es que al prescindir de los grandes golpes de efecto en beneficio de una conclusión que encaje con los visto hasta entonces –en algunos casos hasta desearías que se diese luz verde a un spin-off, aunque en otros mejor no pensar demasiado en lo creíble que pueda ser eso-.
En definitiva, puede que no haya sido la despedida perfecta para la serie, pero sí que ha sabido atar prácticamente todo lo planteado hasta ahora por ‘Vis a Vis’ para dejar a sus seguidores con un muy buen sabor de boca. Gracias por todo.
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