Netflix ha encontrado un nicho muy jugoso con las comedias románticas, sobre todo aquellas orientadas al público adolescente. Esto le ha reportado grandes éxitos como ‘A todos los chicos de los que me enamoré’ o ‘Mi primer beso’, por lo que es lógico que siga apostando por propuestas de ese estilo.
Sobre el papel podría parecer que ‘Violet y Finch’ es una de ellas, pero esta adaptación de la novela de la novela de Jennifer Niven tiene un elemento dramático mucho más marcado ya que sus dos protagonistas tienen que hacer frente a una serie de heridas emocionales que están marcando su vida. El resultado dista de ser memorable, pero sí es una estimable propuesta que sabe cómo manejar su lado más emotivo para no pasarse de frenada.
Dos personajes heridos
‘Violet y Finch’ gira alrededor de los personajes que dan título a la película, pero el eje del relato gira principalmente sobre ella, una joven cuya vida cambió para siempre tras la muerte de su hermana en un accidente de coche. Eso le llevó a recluirse en sí misma y solamente un encuentro fortuito con Finch impide que tome una decisión irreversible. De esta forma, se asienta de entrada que no va a ser una historia romántica al uso.
La película sigue por ese camino al incidir en que son dos personajes en mundos opuestos, pero la determinación de él lleva a que el muro que ella ha levantado hacia el mundo vaya desmoronándose poco a poco. A su manera, el obvio cortejo que él está llevando a caso sirve para sanar las heridas de ellas, de forma más metafórica durante los primeros minutos para pasar a ser más evidente a partir del momento en el que acepta subirse a un coche, algo que se había prometido no volver a hacer tras lo sucedido con su hermana.
Justo es señalar que durante esos minutos sí que ‘Violet y Finch’ se acerca más a ser una comedia romántica dentro de los cánones habituales de este subgénero. Quizá la mayor diferencia está en que Elle Fanning sabe modular muy bien la progresiva apertura emocional de Violet para que uno perciba mejor el proceso por el que pasa su personaje en lugar de ser un cambio brusco de recluida a enamorada.
Como tal, ‘Violet y Finch’ alcanza su punto álgido cuando todavía faltan muchos minutos para que la película se acabe, pero poco a poco se nos recuerda que él tampoco es un novio prototipo. Es ahí cuando entra en escena el retrato de una enfermedad mental que quizá no sea demasiado profundo, pero sí está abordado con el suficiente buen gusto como para que sus repercusiones emocionales no se sientan como una burda manipulación.
Luces y sombras de ‘Violet y Finch’
Para ello se opta por seguir centrándose más en Violet que en Finch, por lo que Justice Smith, al que algunos recordaréis por ser el protagonista humano de ‘Pokémon: Detective Pikachu’, tiene menos recursos para exprimirlo a fondo, pero hace un buen trabajo con lo que tiene, primero percibiéndose como poco menos que un ángel que sabe a Violet de su prisión mental para luego mostrarnos sus propios problemas con poco.
Ahí ‘Violet y Finch’ acierta al no dar más importancia de la necesaria a cómo eso afecta a su relación, sino entrando en el viaje emocional de él a partir de sus ausencias, algo que él mismo explicita como una válvula de escape para recuperar su comodidad en el mundo. Como apuntaba antes, no esperéis un gran profundidad al respecto, aunque sí que hay unas pocas escenas para darle una mayor entidad que cumplen su cometido.
Todo ello está reflejado con soltura por el director Brett Haley, aunque se echa en mano una mayor personalidad tras las cámaras para poner en imágenes el guion firmado por Niven y Liz Hannah. Y es que cuando prima la comedia romántica, todo resulta funcional, pero cuando toca ir más allá apenas se perciben diferencias en lo referente a la puesta en escena, pero la química entre Fanning y Smith evita que eso llegue a jugar en contra de la película.
En resumidas cuentas
‘Violet y Finch’ es una adición interesante al catálogo de películas originales de Netflix, ya que amplía su catálogo de comedias románticas siendo algo más que eso. El buen trabajo de sus dos protagonistas también ayuda a que uno sienta una mayor empatía hacia ellos y que pase por algo que en algunos aspectos quizá sea algo superficial, aunque, eso sí, sin llegar a ser nunca algo molesto.
Ver 3 comentarios